INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

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20 mayo, 2009

INTRODUCCION

INTRODUCCIÓN



Montañista amigo


Con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible.
¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER.

Durante años fui informando de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he juntado en este blog.
Espero te sirvan mis relatos...

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

jaime suarez
ASCENSOS A MONTAÑAS DE ALTURA
Por Jaime Suárez

Andinismo y Expediciones
Argentina es un país privilegiado al tener la mayoría de las más altas montañas de Occidente dentro de sus fronteras, con maravillosos y semi-vírgenes entornos naturales que son la admiración de los montañistas que nos visitan de otros países del mundo con el propósito de coronarlas. A pesar de ello, el número de personas que desarrollan en nuestro país esta actividad no es muy numeroso, debiendo intensificarse el interés hacia la montaña.

Estamos en la cumbre de una alta montaña. Según la altura en que nos encontremos podemos adivinar en los confines del horizonte como éste se redondea. Incluso desde algunos lugares, apreciar la línea del Océano Pacífico. La vista es totalmente tridimensional, no sólo hay imagen hacia el azul cielo sino que también debajo de nuestros talones, donde centenares de picos forman un manto alfombrado. Por la mente de cada uno de los andinistas cruzan emociones inenarrables y bastante difíciles de explicar. Cada persona es un mundo. A algunos les brotan lágrimas, otros experimentan júbilo por haber superado esa meta que puede no estar en la altura alcanzada sino que en su interior, mientras algunos conversan íntimamente con seres queridos que a veces ya no están en este mundo. Es imposible allí no creer en Dios.

Pero la montaña, y las actividades que en ella se practican, entrañan riesgos específicos y técnicas que es imprescindible conocer para poder con razonables garantías de éxito hacer frente a la ascensión y disfrutar de ella.
Trataré de ser práctico y sencillo sugiriendo la forma elemental de los pasos a seguir para ascender las cumbres de altura con que cuenta nuestro país. Por supuesto que lo que indicaré es enunciativo y no taxativo y dependerá de las experiencias del grupo o los individuos que lo integran las modalidades que se apliquen.
Hay por suerte ahora mucha bibliografía y notas sobre temas de montaña, también en Internet, donde el lector interesado podrá ampliar sus conocimientos e interrogantes, pero a la hora de encarar la aventura deberá conocer perfectamente, como método de trabajo, primero a sí mismo y luego los conocimientos prácticos esenciales. La inexperiencia, el desconocimiento, la improvisación y la temeridad son factores que contribuyen a accidentes y al fracaso de una expedición. Es necesario superarlas con capacitación, entrenamiento, y la compañía de gente experimentada, o de un guía o monitor haciendo paulatina y previamente cumbres de menor altura.

Mientras vamos ascendiendo, llevando a cuestas la mochila, barba de días y varias horas de marcha, más de uno solemos internamente preguntamos ¿Qué hace una persona como yo en un lugar como éste?...¡Pudiendo estar cómodamente instalado en el sillón de mi oficina! Aunque, ante la magnificencia de la montaña, esa pregunta desaparece tan fugazmente como se había presentado. Pero también nace la misma pregunta en el llano, cuando estamos inmersos en la actividad rutinaria, carente de emociones y por unos instantes se fijan en nuestra mente rápidas imágenes de expediciones realizadas y se experimenta añoranza y la necesidad de repetirlas.

Toda la expedición tiene en sí misma vida propia, que se siente en todos sus momentos, sean estos pequeños o grandes, agradables o desagradables e incluso también si equivocamos la ruta o no se llega a la cumbre. Pero en una expedición debe prevalecer la necesidad común, la gloria personal no existe ya que se obtienen solamente metas con trabajo de equipo.
Aunque una expedición nace tanto en una reunión de andinistas, en un club, o en cualquier sitio por más inverosímil que este sea, el pleno éxito depende de la cuidadosa planeación y planificación de la misma. Es en sí una verdadera empresa, casi con métodos similares a establecer objetivos y pronósticos y el cumplimiento de los mismos con sus etapas y escalas, de una actividad comercial compleja.

Para organizar una expedición primero deberá determinar, en base a la experiencia y conocimiento adquirido, sus límites y el de sus acompañantes. Luego obtener un mapa de la zona donde se encuentra la montaña elegida. En el Instituto Geográfico Militar hay excelentes cartas en la escala 1:250.000 con equidistancias de 200 metros. Aprenda a conversar con su mapa estudiando sus accidentes y el posible recorrido, no tema preguntar a quien sepa más o a algún experto en geografía. Ubique la posición de su montaña y averigüe todo lo que pueda sobre ella –informes de expediciones anteriores, tiempos, campamentos, etc. -. Trate de utilizar el maravilloso artilugio que es el GPS, que se puede emplear magníficamente durante el viaje y en la aproximación, determinando hasta dónde podrá acceder en vehículo y allí poder establecer un Campamento Base y desde ese sitio los campamentos que necesitará para la distancia - la que no es muy conveniente evaluar en kilómetros, sino que en horas de marcha - y altura que restan hasta la cumbre.
Tenga en cuenta la importante necesidad de obtener aclimatación, la que necesita tiempo, y que se consigue considerando la altura en que se encuentra, las horas de marcha, la altura a ascender - tratando de no superar los 600/700 metros por día -, y el organismo de cada integrante. Recordando que la planificación y la planeación deben realizarse pensando en todos los miembros del grupo. A medida que se desarrolle la marcha - lo ideal es caminar de 4 a 6 horas por día, haciendo muy pequeños descansos cada 50 minutos u hora -, marque en el GPS los puntos relevantes de la misma y los campamentos, nominando y volcando las posiciones al mapa y evaluando los resultados.
Esto es ideal realizarlo luego de armar la carpa, tras del té o previo a la cena, para determinar con tranquilidad la etapa del día siguiente y el logro del día.

Para montañas de más de 6.000 metros de altura es normal acceder en vehículo 4x4 hasta campamentos base ubicados entre los 3.000 y 4.000 metros. Con suerte nuestro objetivo podrá encontrarse de unos 10 a 20 kilómetros, pero también podemos llegar a tenerlo en distancias que a veces superan los 40 kilómetros y más. Es conveniente considerar aquí el alquiler de mulas que nos trasladen la carga. Si el grupo es experimentado no tendrá problemas con uno o dos días de descanso antes del inicio de la marcha. Pero si participan en él montañistas que desde hace varios meses no han estado a esas cotas, es necesario para ellos una previa aclimatación en altura antes de la salida de la expedición o llegar varios días antes al lugar. A partir de allí se irá aplicando lo que se cumpla primero, las horas de marcha - de 4 a 6, que inicialmente pueden representar de 10 a 15 kilómetros, o el desnivel en metros desde los 600 a 700 indicados. Considerando que a medida que se asciende, con la mochila sobre la espalda, se achican las distancias hacia la cumbre pero se incrementa, con la altura, el tiempo en recorrerlas.
Suponiendo que se parte de los 4.000 metros, establecer otro día de descanso al llegar a los 4.600/4.700 resulta beneficioso para la aclimatación. El próximo campamento podría ser a los 5.200/5.300 y el siguiente a los 5.800/5.900. Aquí dormir no es placentero casi para nadie, produciéndose inclusive algunos dolores de cabeza, dependiendo esto entre otras cosas de la aclimatación obtenida, el régimen de alimentación que se tenga, y otros factores que analizaremos en artículos posteriores. Desde este último campamento se inicia el acceso a la cumbre. La carga de la mochila queda dentro de las carpas armadas que esperarán el regreso. Bien abrigados, más livianos y con un poco de agua, alguna naranja o caramelos y unas frutas secas, ascendiendo a un promedio de unos 100 metros por hora, en el tiempo determinado por la altura de la cumbre que queramos coronar, se llegará a ella. Nadie estará exento del cansancio, pero tampoco de disfrutar las emociones que la cima brinda.

Algunos consejos:
-Planifique la expedición dentro de un plan definido y detallado.
-Prevea eventuales dificultades.
-No debería estar integrado el grupo por menos de 3 personas.
-Analice el recorrido y los campamentos, evalúe los tiempos, y compare (si las hay) experiencias de otras expediciones.
-Trate previamente de obtener posiciones de GPS.
-Informe sus itinerarios y tiempos a conocidos y amigos y si es posible reporte al puesto más cercano al lugar de Gendarmería. Deje un informe en su club.
-Infórmese de las condiciones climatológicas de la zona y de las mejores fechas para la ascensión. Aprenda a conocer las fases lunares y sus incidencias. No ascienda si se presentan fuertes vientos, tormentas, ventiscas, nevadas o tormentas. El mal tiempo en la montaña es peligroso y una de las mayores causas de accidentes.
-El jefe de la expedición debe controlar el equipo personal y el colectivo.
-También el estado físico y de salud de cada componente, en cada jornada.
-No lleve cosas superfluas o que no va a utilizar, el mayor peso reduce la movilidad y aumenta el esfuerzo.

Jaime Suárez