INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

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29 agosto, 2009

EL MONTAÑERO Y EL DUENDE



EL MONTAÑERO Y EL DUENDE DE LA MONTAÑA

Por Jaime Suárez

La montaña tiene un Duende,
un Duende que está en todas las cumbres,
lo más cerca posible de Dios
y lo más lejos que puede de los hombres...


DE JOVEN, EN LA MONTAÑA...
Mientras ascendía,
dosificando el esfuerzo;
mientras paraba,
controlando el cansancio;
sentía los rayos del sol,
sobre mi cuerpo
y una suave brisa
que acariciaba mi rostro...
Abajo el valle brillaba
y arriba las crestas
llamaban.

El sol, Y el viento,
el valle y las cumbres
irradiaban una majestuosa paz,
que imposible de explicar,
recibía...
constante y continua,
pura y eterna,
y se mezclaba con mi soledad.

Luego, llegué...
Sentado en la piedra más alta
estaba el duende de la cumbre.
Al recibirme preguntó:
-¿A qué vienes?
Le contesté:
- A estar más cerca de Dios,
y a tratar de hablar con él....
Me respondió:
- ¡Por que no aprovechaste!,
subió acompañándote,
cuando llegaron se marchó...
¿En qué pensabas..?


Jaime Suárez
Andinista - (2006)




UNA VEZ MÁS...

Una vez más emprendía
coronar una cumbre,
cuyo perfil tenía en mi mente
desde tiempo atrás.

Una vez más,
al pie de la montaña...
una vez más le pedía
al duende de la montaña
permiso para acceder a ella.

Una vez más iniciaba
el paso a paso,
pidiendo el apoyo
de mis muertos y mis vivos.

Una vez más
pasaban las horas,
mientras ensimismado
en mis pensamientos
y bebiendo cántaros
de luces y paisajes,
llegaba al fin
de la agotadora jornada.

Una vez más la vista
de millones de estrellas
estallaba en mis ojos
antes que mis párpados
se plegaran al sueño.

Una vez más
con el milagro
de un nuevo amanecer
y la tibieza del sol
sobre mi cuerpo,
reiniciaba mi tarea.

Mientras ascendía,
ya en confianza
y reconociéndonos,
una vez más,
pude dialogar
con el duende de la montaña.

Él me hablaba
de personas,
de historias y desventuras
de tiempos pasados y lejanos,
en su dominio.

Yo le hablaba
del mundo
que quedaba abajo.
Y así pasaban las horas
hasta que nuevamente
una brillante alfombra de estrellas
volvía a cubrir
el ocaso del sol.

Una vez más,
al siguiente amanecer,
al proseguir el diálogo,
no podía evitar
acariciar la compañía
del espíritu de la montaña.

Una vez más,
me acompañó,
hasta llegar a la cumbre
y se emocionó con mi emoción.
Y conjuntamente
disfrutamos emociones
hombre y duende.

Una vez más
lo sentí materializarse
en alguna que otra lágrima
que brotó de mis ojos.

Y por primera vez,
le escuché esta pregunta:
-Te suelo ver en las cumbres,
¿cuéntame que sientes en ésta?
-Una vez más siento frío...
Me respondió:
-No es mi frío,
es tu soledad...
-Una vez más,
siento cansancio.
Me contestó:
- No es tu cansancio,
es tu falta de ilusión...
-Pero una vez más,
siento que Dios existe...
Y me dijo
“No ha sido en vano acompañarte...
Vuelve a visitarme;
estaré en cualquier cima.”

Agradecí mientras comprendía
que debía iniciar el descenso
y que bajaría solo,
pero pensando
en la conversación de cumbre.

El duende de la montaña
quedaría en su cúspide,
y tal vez en su espiritualidad
cavilando sobre los mortales
que desde
la dimensión de las emociones,
hollábamos su reino.

Jaime Suárez
Andinista - 2007



DE HOMBRE, EN LA CUMBRE

La montaña...
Verla de lejos,
es ansiarla.
Contemplarla,
es gozarla.
Estar inmerso en ella,
es sacralizarla.

Otra vez la coronaba,
mientras
caía el atardecer,
lentamente
sobre mí,
absorbiendo luz,
imponiendo oscuridad,
y robando pensamientos...,

Un fugaz sobresalto
me hizo presentir
una compañía...
-¿Sigues viniendo?
Tenía a mi lado,
sobre una piedra,
al duende de la montaña...
Alcancé a responder:
-¡ Sí, y me has visto mucho;
y me ves...,
pero algún día,
sólo me verás de lejos...!

-Ése día aún no te ha llegado
y el ayer no existe más...
¡Ambos sentidos no existen...!
Me alegro que hoy estés...

- Yo me alegro que tu sentido,
sea el momento...
¡qué absurdo para un inmortal..!

-No, no lo es.
El presente es la puerta que nos une,
pero cuando ambicionas,
desaparece.
Estoy porque
dejaste de pensar
y comenzaste a ver...

Otra vez más, pudimos hablar...
de cuando el paisaje era venerado
y los montes, valles, ríos,
y animales, eran sagrados.
Que la tierra es un ser vivo,
e incomprensible para la razón,
porque la realidad
no es razonable...
Porque el siempre
es simplemente el ahora,
y lo que nunca se acaba,
es el presente.

Teníamos ambos,
el momento a momento.
No teníamos
absolutamente,
ninguno de los dos,
nada premeditado.

Jaime Suárez
Andinista
El Cóndor – Enero 2008



DE VIEJO EN LA MONTAÑA

Una vez más,
y años después...,
ya no para emprender una cumbre,
sino tal vez,
para recordar y remozar
perfiles y emociones
que desde siempre
tenía en mi mente,
estaba...
al pie de la montaña.

Una vez más
iniciaba el paso a paso,
sólo que ahora,
cansinamente,
con torpeza,
dirigiéndome
en pos de la montaña,
lo más allá que pudiese,
no ya pidiendo el apoyo
de mis muertos y mis vivos,
sino que sintiéndolo
profundamente.

Estaba en el punto,
en que solicitaba
al duende de la montaña
como siempre hacía,
permiso para acceder.
Pero en esta circunstancia
no la subiría,
sólo quería,...
despedirme de ella.

Y escuché su voz:
- ¡Extrañaba nuestros encuentros!
¡Te veo abajo y no subirás!,
Advierto que llegó el momento...
¡Cuéntame qué sientes!
Le dije:
- Una vez más siento frío...
Me respondió:
- No es mi frío,...
ahora son tus recuerdos.
- Una vez más, siento cansancio.
Me contestó:
- No es tu cansancio,...
ahora son tus emociones.
Y contesté:
-Pero más que nunca siento
que Dios existe...

Y me dijo:
Has perdido lo individual,
casi somos uno.
Todos quieren
coronar la cumbre,
sin saber
que la mayor emoción
es ascenderla.
Has descubierto
más que el límite
de lo que tus ojos
han visto...
¡Has entendido,...
lo que ya sabes!

Y concluyó gravemente:
-Viejo amigo,
¡ simplemente llámame...!
yo estaré...
no sólo en las cimas,
también junto a ti,
donde sea te encuentres...

Hubo lágrimas
en un rostro,
un brillo etéreo
en el otro,
y ninguna despedida.

Pronto...
acompañando el atardecer,
comenzó el inicio
del último retorno,
pero por fin...
menos solo



Jaime Suárez
Andinista


20 mayo, 2009

INTRODUCCION

INTRODUCCIÓN



Montañista amigo


Con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible.
¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER.

Durante años fui informando de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he juntado en este blog.
Espero te sirvan mis relatos...

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

jaime suarez
ASCENSOS A MONTAÑAS DE ALTURA
Por Jaime Suárez

Andinismo y Expediciones
Argentina es un país privilegiado al tener la mayoría de las más altas montañas de Occidente dentro de sus fronteras, con maravillosos y semi-vírgenes entornos naturales que son la admiración de los montañistas que nos visitan de otros países del mundo con el propósito de coronarlas. A pesar de ello, el número de personas que desarrollan en nuestro país esta actividad no es muy numeroso, debiendo intensificarse el interés hacia la montaña.

Estamos en la cumbre de una alta montaña. Según la altura en que nos encontremos podemos adivinar en los confines del horizonte como éste se redondea. Incluso desde algunos lugares, apreciar la línea del Océano Pacífico. La vista es totalmente tridimensional, no sólo hay imagen hacia el azul cielo sino que también debajo de nuestros talones, donde centenares de picos forman un manto alfombrado. Por la mente de cada uno de los andinistas cruzan emociones inenarrables y bastante difíciles de explicar. Cada persona es un mundo. A algunos les brotan lágrimas, otros experimentan júbilo por haber superado esa meta que puede no estar en la altura alcanzada sino que en su interior, mientras algunos conversan íntimamente con seres queridos que a veces ya no están en este mundo. Es imposible allí no creer en Dios.

Pero la montaña, y las actividades que en ella se practican, entrañan riesgos específicos y técnicas que es imprescindible conocer para poder con razonables garantías de éxito hacer frente a la ascensión y disfrutar de ella.
Trataré de ser práctico y sencillo sugiriendo la forma elemental de los pasos a seguir para ascender las cumbres de altura con que cuenta nuestro país. Por supuesto que lo que indicaré es enunciativo y no taxativo y dependerá de las experiencias del grupo o los individuos que lo integran las modalidades que se apliquen.
Hay por suerte ahora mucha bibliografía y notas sobre temas de montaña, también en Internet, donde el lector interesado podrá ampliar sus conocimientos e interrogantes, pero a la hora de encarar la aventura deberá conocer perfectamente, como método de trabajo, primero a sí mismo y luego los conocimientos prácticos esenciales. La inexperiencia, el desconocimiento, la improvisación y la temeridad son factores que contribuyen a accidentes y al fracaso de una expedición. Es necesario superarlas con capacitación, entrenamiento, y la compañía de gente experimentada, o de un guía o monitor haciendo paulatina y previamente cumbres de menor altura.

Mientras vamos ascendiendo, llevando a cuestas la mochila, barba de días y varias horas de marcha, más de uno solemos internamente preguntamos ¿Qué hace una persona como yo en un lugar como éste?...¡Pudiendo estar cómodamente instalado en el sillón de mi oficina! Aunque, ante la magnificencia de la montaña, esa pregunta desaparece tan fugazmente como se había presentado. Pero también nace la misma pregunta en el llano, cuando estamos inmersos en la actividad rutinaria, carente de emociones y por unos instantes se fijan en nuestra mente rápidas imágenes de expediciones realizadas y se experimenta añoranza y la necesidad de repetirlas.

Toda la expedición tiene en sí misma vida propia, que se siente en todos sus momentos, sean estos pequeños o grandes, agradables o desagradables e incluso también si equivocamos la ruta o no se llega a la cumbre. Pero en una expedición debe prevalecer la necesidad común, la gloria personal no existe ya que se obtienen solamente metas con trabajo de equipo.
Aunque una expedición nace tanto en una reunión de andinistas, en un club, o en cualquier sitio por más inverosímil que este sea, el pleno éxito depende de la cuidadosa planeación y planificación de la misma. Es en sí una verdadera empresa, casi con métodos similares a establecer objetivos y pronósticos y el cumplimiento de los mismos con sus etapas y escalas, de una actividad comercial compleja.

Para organizar una expedición primero deberá determinar, en base a la experiencia y conocimiento adquirido, sus límites y el de sus acompañantes. Luego obtener un mapa de la zona donde se encuentra la montaña elegida. En el Instituto Geográfico Militar hay excelentes cartas en la escala 1:250.000 con equidistancias de 200 metros. Aprenda a conversar con su mapa estudiando sus accidentes y el posible recorrido, no tema preguntar a quien sepa más o a algún experto en geografía. Ubique la posición de su montaña y averigüe todo lo que pueda sobre ella –informes de expediciones anteriores, tiempos, campamentos, etc. -. Trate de utilizar el maravilloso artilugio que es el GPS, que se puede emplear magníficamente durante el viaje y en la aproximación, determinando hasta dónde podrá acceder en vehículo y allí poder establecer un Campamento Base y desde ese sitio los campamentos que necesitará para la distancia - la que no es muy conveniente evaluar en kilómetros, sino que en horas de marcha - y altura que restan hasta la cumbre.
Tenga en cuenta la importante necesidad de obtener aclimatación, la que necesita tiempo, y que se consigue considerando la altura en que se encuentra, las horas de marcha, la altura a ascender - tratando de no superar los 600/700 metros por día -, y el organismo de cada integrante. Recordando que la planificación y la planeación deben realizarse pensando en todos los miembros del grupo. A medida que se desarrolle la marcha - lo ideal es caminar de 4 a 6 horas por día, haciendo muy pequeños descansos cada 50 minutos u hora -, marque en el GPS los puntos relevantes de la misma y los campamentos, nominando y volcando las posiciones al mapa y evaluando los resultados.
Esto es ideal realizarlo luego de armar la carpa, tras del té o previo a la cena, para determinar con tranquilidad la etapa del día siguiente y el logro del día.

Para montañas de más de 6.000 metros de altura es normal acceder en vehículo 4x4 hasta campamentos base ubicados entre los 3.000 y 4.000 metros. Con suerte nuestro objetivo podrá encontrarse de unos 10 a 20 kilómetros, pero también podemos llegar a tenerlo en distancias que a veces superan los 40 kilómetros y más. Es conveniente considerar aquí el alquiler de mulas que nos trasladen la carga. Si el grupo es experimentado no tendrá problemas con uno o dos días de descanso antes del inicio de la marcha. Pero si participan en él montañistas que desde hace varios meses no han estado a esas cotas, es necesario para ellos una previa aclimatación en altura antes de la salida de la expedición o llegar varios días antes al lugar. A partir de allí se irá aplicando lo que se cumpla primero, las horas de marcha - de 4 a 6, que inicialmente pueden representar de 10 a 15 kilómetros, o el desnivel en metros desde los 600 a 700 indicados. Considerando que a medida que se asciende, con la mochila sobre la espalda, se achican las distancias hacia la cumbre pero se incrementa, con la altura, el tiempo en recorrerlas.
Suponiendo que se parte de los 4.000 metros, establecer otro día de descanso al llegar a los 4.600/4.700 resulta beneficioso para la aclimatación. El próximo campamento podría ser a los 5.200/5.300 y el siguiente a los 5.800/5.900. Aquí dormir no es placentero casi para nadie, produciéndose inclusive algunos dolores de cabeza, dependiendo esto entre otras cosas de la aclimatación obtenida, el régimen de alimentación que se tenga, y otros factores que analizaremos en artículos posteriores. Desde este último campamento se inicia el acceso a la cumbre. La carga de la mochila queda dentro de las carpas armadas que esperarán el regreso. Bien abrigados, más livianos y con un poco de agua, alguna naranja o caramelos y unas frutas secas, ascendiendo a un promedio de unos 100 metros por hora, en el tiempo determinado por la altura de la cumbre que queramos coronar, se llegará a ella. Nadie estará exento del cansancio, pero tampoco de disfrutar las emociones que la cima brinda.

Algunos consejos:
-Planifique la expedición dentro de un plan definido y detallado.
-Prevea eventuales dificultades.
-No debería estar integrado el grupo por menos de 3 personas.
-Analice el recorrido y los campamentos, evalúe los tiempos, y compare (si las hay) experiencias de otras expediciones.
-Trate previamente de obtener posiciones de GPS.
-Informe sus itinerarios y tiempos a conocidos y amigos y si es posible reporte al puesto más cercano al lugar de Gendarmería. Deje un informe en su club.
-Infórmese de las condiciones climatológicas de la zona y de las mejores fechas para la ascensión. Aprenda a conocer las fases lunares y sus incidencias. No ascienda si se presentan fuertes vientos, tormentas, ventiscas, nevadas o tormentas. El mal tiempo en la montaña es peligroso y una de las mayores causas de accidentes.
-El jefe de la expedición debe controlar el equipo personal y el colectivo.
-También el estado físico y de salud de cada componente, en cada jornada.
-No lleve cosas superfluas o que no va a utilizar, el mayor peso reduce la movilidad y aumenta el esfuerzo.

Jaime Suárez

28 abril, 2009

BERTRAND cráter

Cerro  BERTRAND  (Cumbre Oeste)

ascendido el 7 Febrero 2009
                                                                                                                Por Jaime Suárez




Cumbre principal






Posee una segunda cumbre en la parte Norte del cráter, con 5.188 metros y una tercera cúspide, al Oeste, de 5.122 metros. Pero considerando que muchas veces el borde del cráter supera los 5.100 metros, principalmente en el noreste, hay en su entorno varios pináculos sobresaliendo del labio, que seguramente superan los 5.122.


Vista del Bertrand con sus cumbres, desde posición Oeste, a 5 km. de distancia




Las Grutas












Jaime Suárez

12 febrero, 2009

Volcán PEINADO


VOLCÁN EL PEINADO


ascendido 9 de Febrero 2009


Hay montañas que ejercen una muy especial atracción... Se imponen sobre todo su entorno aún  teniendo menor altura que otras.  Y predominan por muchas  decenas de kilómetros.
Una de ellas es el Volcán El Peinado. Bella y negra cumbre que sobresale majestuosamente en su medio sobre mayores elevaciones que la rodean.






















     Volcán  El Peinado   

Objetivo bien claro

Todavía seguían en mi memoria los gratos recuerdos de la cumbre del San Francisco, en Abril del 2006, donde pude repetir satisfactoriamente la misma foto, que sacó del Inca Huasi, Walter Penck en el año 1913. Tras llenar el libro de cumbre y sólo presionado por un suave, aunque bastante frío viento, observé mirando hacia el Norte  cómo florecía a 34 kilómetros de distancia con sus 6.400 m. el Nevado Cóndor, tachonadas sus bellas crestas por algunos glaciares. Y en el mismo sentido, hacia su derecha, aprecié el volcán Peinado de 5.741 metros, a unos 36 km. de distancia.
Dos volcanes con definidos perfiles que se esconden a la vista normal de los que transitan el Paso San Francisco, salvo que se ascienda alguna cumbre cercana. Montañas de las que había muy poca información y que fijé en mi mente como un próximo objetivo.


Con posterioridad, el 26 de  Enero del 2008 ascendimos El Cóndor, con Hans Siebenhaar, Magguy Acevedo y Lis Sable previo paso por las cercanías del Peinado al cruzar la Laguna Amarga.  Durante el ascenso, en los días en que se desarrolló la expedición, en cada momento posible no pude dejar de observar al volcán Peinado, desde los escasos 24 Km. a los que me encontraba.
Esta montaña nos seguía atrapando y una vez más hicimos con Hans  desde la cumbre del  Cóndor,  la promesa de volver.




El Peinado desde El Cóndor


Durante el regreso y como siempre en la distancia, nos acompaño su imagen  que mantuvimos por bastante tiempo y kilómetros. Y continué aún contemplandola con furtivas miradas a través del espejo retrovisor de la camioneta.




Mirando hacia el Volcán Peinado






La partida


Cortaderas
           
Por la hora y para lograr mejor aclimatación,  al llegar a Cortaderas, donde en ese entonces se estaba terminando la construcción del moderno hotel que hoy encontramos con todo su esplendor y servicios. Frente a él, armé mi carpa al lado del río Guanchín. A las 22 horas, y luego de haber cenado, me introduje en la bolsa de dormir y cansado por el largo viaje pronto me quedé dormido.



 Las Grutas
           
            
Al contemplar una vez más las nevadas siluetas de Inca Huasi y el San Francisco, recortadas contra el azul del cielo, no pude menos que echar a volar viejos y gratos recuerdos. La primera vez que estuve en este sitio fue en Octubre de 1991. Las pocas edificaciones que había estaban cerradas y vacías. Hubo que vivaquear en las oquedades del lugar, lo que se compensó con  una maravillosa visión: el amanecer sobre el Inca Huasi, que aún permanece en la retina de mis ojos.  


Hacia el objetivo, con una interrupción

            Salimos el 7 de Febrero pasadas las 9 de la mañana. Tras poco más de 13 km. y sobre los 4.800 metros de altura, salimos de la ruta nacional 60 e ingresamos hacia el norte, por la huella 4x4 que permite –no sin dificultad- alcanzar el Salar de Antofagasta y Antofagasta de la Sierra. Buscamos  llegar lo más cerca posible del cráter del Bertrand. Pronto comenzamos a divisar el cónico perfil  del Peinado sobre el índigo cielo.     
            Nos apartamos luego de la huella que transitábamos, siguiendo parcialmente  una vieja marca de neumáticos y casi por los 5.000 metros entramos a un pequeño valle. Dejamos las camionetas  (26°49´425 S 68°11´063 O) y nos dirigimos en busca de la cercana cumbre oeste del Bertrand. A las 11 de la mañana estábamos pisando su cresta Oeste a los 5.122 metros en la posición 26°49´639S 68°10´690. Ver detalles en:

  Pero debíamos continuar hacia el objetivo final. Regresamos a las camionetas y continuamos la marcha retornando a la huella que nos llevaría al campamento base de El Peinado.
  






Campamento Base

A las 13 horas estábamos armando nuestras carpas a escasos metros de la huella, a los 4.374 m en la posición S 26°38´759”  O 68°09´235”. 
Campamento Base en El Peinado



La mayor es la Amarga,  de tono gris-marrón, y le endilgan contenido de cianuro por pasadas actividades mineras, y la otra es de color turquesa, se encuentra al sudoeste de la primera, y es mucho más pequeña. Están  separadas por un plano y no muy ancho terraplén, transitable para vehículos.  Esa noche pudimos contemplar la belleza de la luna llena inundando las volcánicas tinieblas y la típica belleza de la vía láctea al ser observada por arriba de los 4.000 metros de altura.

La laguna amarga, junto con la turquesa (más pequeña) desde el CB del Peinado. Están a los 4.000 m y desde el entorno de la turquesa se puede apreciar a veces reflejado el Peinado

Campamento de altura Cabeza de Vaca
             
 Abandonamos el Campamento Base, con buen sol, ya las pasadas las 9 de la mañana. Repetimos los pasos trazados de la expedición anterior de Diciembre del año pasado.

A las 14,30, cinco horas después, en un tránsito de tres kilómetros y medio y un desnivel de 601 m,  llegamos al campamento de altura. Estábamos a los 4.975 metros y en la posición S 26°38´025”  O 68°07´407”.





                            Campamento Cabeza de Vaca

             Lo habíamos bautizado Campamento Cabeza de Vaca, motivado este nombre por una muy peculiar piedra que surge perpendicularmente entre las demás, con la efigie de una cabeza de vaca. 


Hacia la cumbre

Partimos desde el campamento de altura “Cabeza de Vaca” a las 8 de la mañana del lunes 9 de Febrero, bien desayunados y con todo el ímpetu necesario para superar los 884 metros de desnivel y el kilómetro y medio de distancia que nos separaban de la cumbre.  




En los momentos que nos deteníamos a descansar durante el ascenso a  El Peinado, podíamos apreciar en bello entorno cordillerano.


En la cumbre

A las 13,30, cinco horas y media después de la partida, tras superar un desnivel  de 884 m pisábamos el punto más alto de la cumbre. 



                                     Cumbre en El Peinado




            
Hacia el Oeste contemplamos el Cóndor, con toda su magnitud, a escasos 25 km de distancia. Hacia el Este era perfectamente visible, a unos 60 Km de trayecto,  la mancha gris del Campo de Piedra Pómez, cercano a El Peñón. En sentido Sur, los Nevados San Francisco y Inca Huasi, a unos 36 y 49 km respectivamente. También pero a unos 68 km de distancia el Ojos del Salado. Hacia el Norte el inicio Sur del Salar de Antofalla, y muy a lo lejos, a 120 km y algo brumoso, el Volcán Antofalla.




                                  Cráter del Peinado



             

          Cuando me dí cuenta, ¡ya estábamos bajando! E inquietos ahora por determinar bien el retorno por el muy inclinado nivel de piedras que faldea esta montaña.




Regreso


              Desarmamos todo. Cargamos los vehículos y enfilamos hacia Las Grutas y luego hacia Fiambalá y sus termas.
            Y luego el retorno.


                                                                                  Jaime Suárez
                                                                                  Febrero 2009


Volcán El Peinado  

(Catamarca – Argentina)   


Integrantes de la expedición:
Jaime Suárez, Hans Siebenhaar.

Altitud cumbre alcanzada:
Oficial 5.741 m.s.n.m. IGM. En un viejo mapa  Ejército Argentino-IGM de 1962 figura con 5.740 m.
Por GPS, en la expedición, 5.859 msobre el nivel del mar.
Fecha cumbre 9 de  Febrero de 2009

Ruta:
Vertiente occidental, desde el sur  con ruta en sentido noreste.




Jaime Suárez

15 enero, 2009

TRONADOR Y LANIN



CERRO TRONADOR, pico argentino




-->
Cerro Tronador - Rio Negro

Cumbre Pico Argentino 3.253 m
13-1-1985
Eduardo Gálvez, Celso Boccolini, Jaime Suárez

En el refugio Otto Meiling, Bariloche


Salimos desde San Carlos de Bariloche y tras 84 km. Llegamos a Pampa Linda. Una marcha de aproximados 18 km. Hasta el refugio Otto Mailing, ubicado entre los glaciares Castaño Overo y Alerce, para partir al día siguiente hacia el “filo de las viejas” y luego la “Depresión” a los 3.000 m. Campamento en la zona que une al Pico Internacional con el Argentino

y al día siguiente salida hacia la cumbre, donde con escasa visibilidad pudimos llegar tras siete horas de esfuerzo.
Luego el regreso al campamento y desde allí al refugio.






VOLCAN LANIN





-->
Volcán Lanín - Neuquén
3.776 m
4 - 11-1988
Cita Evelio Echevarría que su nombre proviene del mapuche: Lan, peñón y Lil, muerte, y que su primera ascensión la realizó en Abril de 1897 el geólogo alemán Rodolfo Hauthal.
Fuimos desde Mendoza a escalarlo junto con Eduardo Gelvez y se nos unió en el puesto de Gendarmería Mario, el Alférez que estaba a cargo del mismo.
Faltan fotografías porque existe una preciosa filmación que, muy abreviada, subiré al blog.

Jaime Suárez

18 noviembre, 2008

VOLCAN MAIPO




LAGUNA DEL DIAMANTE - REGRESO SIN GLORIA

VOLCAN MAIPO


Volcán Maipo

La belleza de las montañas que rodean la Laguna del Diamante, entre las que sobresale majestuosamente el Volcán Maipo, unido al azul espejo de agua, constituyen un espectáculo digno de ser conocido y admirado. En especial cuando el volcán se refleja en la laguna. Guanacos, zorros colorados, y cóndores, señorean su presencia en la zona. A pesar de no poseer peces autóctonos la laguna tuvo siembra de truchas, desde muchos años atrás, constituyendo la pesca deportiva una importante actividad en el verano.


Rodean el entorno de la laguna importantes historias que se reviven cuando sopla el fuerte viento y la nevisca tiñe de blanco el paisaje.
La de Junio de 1930, cuando habiendo partido desde el aeródromo de Colina, en Chile, para cruzar la cordillera de Los Andes con correo, por una tempestad de nieve el avión de Henri Guillaumet tiene que realizar un aterrizaje forzoso en las cercanías de la laguna. Durante el mismo capota, salvando la vida milagrosamente. Se refugia cavando un pozo debajo de la carlinga del aparato y rodeado de las bolsas postales, aguantando una fría espera durante dos días. Camina luego por la montaña y tras 5 días llega cerca de una choza donde lo ve Juan Gualberto García, de 14 años, que con su madre lo socorre. Es luego recuperado por su amigo Saint-Exupéry.

Luego la tragedia de Agosto de 1953, cuando el ejército realizó ejercicios en la zona, con el apoyo de baquianos del lugar. Habiendo partido del refugio Cruz de Piedra un contingente de 35 militares para realizar el reconocimiento del paso Alvarados -al norte del Volcán Maipo- y ejecutar practicas de esquí, son sorprendidos por una tormenta. Se dividen en grupos intentando el regreso y el último formado por 4 personas perece por congelamiento. Otro más también de 4, que aguardaba su llegada, muere también. El grueso del contingente que les esperaba, avanza y pierde durante los siguientes días, fustigados por la tormenta y la nieve, 14 personas más.

Expedición realizada desde el 15 al 17 de Febrero de 2007.
Posición y Altitud
La posición estimada es: S 34°09.500 y O 69°50.000. La altura del Volcán 5.323 m.s.n.m.
Su nombre deriva del vocablo araucano, más precisamente mapuche, “mapu” que significaría “territorio indígena”

Acceso
La Reserva Natural Laguna del Diamante, está ubicada en el Departamento de San Carlos a aproximadamente 200 km de distancia con sentido sudoeste de la capital de Mendoza. Se puede acceder a ella por la ruta 40, llegando luego de superar Tunuyán a Pareditas ( S33°57,083 -O69°04,065; 1.097 m), en que finaliza el asfalto. Se puede proseguir por dos rutas consolidadas, la continuación de la 40 o la 101, hasta llegar a la posición aproximada ( S34°12,337 -O69°07,228; 1.530 m), donde hay que desviar, por buena huella, en sentido Oeste, hacia la zona de la laguna.

Integrantes de la expedición
Jaime Suárez . Sergio Ariel Mercado y Carlos Rodríguez Lastra.

Época más adecuada de ascenso
La Reserva Natural Laguna del Diamante suele estar operable, según los años y sus nevadas, desde el 15 de Diciembre hasta el 30 de Marzo. Conviene siempre consultar a la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Provincia de Mendoza y/o a Gendarmería Nacional en Tunuyán, Mza.

Dificultad
De alta montaña. Experiencia previa en montaña y conocimiento de técnicas para avanzar en glaciares. Algunas expediciones que luego intentarán el Aconcagua, suelen ascenderlo para lograr aclimatación.

Introducción
El Volcán Maipo -que constituye límite con Chile-, y la Laguna del Diamante, se encuentran dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante, en el Departamento de San Carlos, en la Provincia de Mendoza. Esta reserva natural, de casi 13.000 Ha, es controlada por guarda-parques debiendo consecuentemente hacerse las registraciones correspondientes tanto al ingresar como al salir de la zona. Acciones como circular por el camino o huella principal, bajar residuos y no molestar a los animales ni extraer flora, que son ya son hábito en los buenos montañistas, son controladas por los guarda-parques.
En la Laguna del Diamante, gran reservorio de agua natural, nace el río Diamante que luego con el aporte de otros afluentes provenientes de cercanas cumbres, llega al Embalse Los Reyunos, pasa por San Rafael y Monte Comán, hasta el límite de Mendoza.


Una expedición normal

Una expedición, con condiciones normales de aclimatación y climatología, puede ascenderlo en 5 días. Partiendo desde la ciudad de Mendoza, a los 747 m.s.n.m., se llega en el día al sector de Gendarmería Nacional en la base del Volcán Maipo, S34° 11´473 - O69° 42´203; 3.312 m . Al segundo día se parte hacia el campamento uno, sobre los 3.800 m. Al tercero hacia el campamento dos, entre los 4.200/4.400 m. Al cuarto se intenta la cumbre y se regresa al campamento 2. El quinto día se regresa a Mendoza. Suele dejarse un día más para aclimatación en la zona de la laguna.

A veces una expedición se caracteriza por ser exitosa o no. Con todos los matices que ambas situaciones tienen. Pero esta, por la tormenta que debimos soportar y por evitar quedar varios días bloqueados en la cordillera, se caracterizó por el regreso. Constituyó el mismo el principal objetivo de la expedición.
Fueron 12 horas, desde las 14,30, hasta pasadas las 2 de la madrugada que demoramos en transitar los 36 kilómetros que separan la Laguna del Diamante del Puesto Alvarado. Fue un arduo trabajo sacando la nieve que obstruía el camino, con palas y manos.

Nuestra expedición no sería normalHabíamos salido desde Mendoza el 15 de febrero un grupo compuesto por un catamarqueño, un bonaerense y un mendocino, dispuesto a encarar el ascenso al Volcán Maipo. Al llegar a Pareditas ( S33°57,083 -O69°04,065; 1.097 m) encaramos directamente la continuación, consolidada de la ruta 40 hasta llegar al desvío ( S34°12,337 -O69°07,228; 1.530 m) que nos llevaría a la zona de cordillera. Nos restaban unos 25 km. para llegar al Refugio Alvarado, ( S34°14,742 -O69°22,930; 2.300 m) donde está el grupo de guarda-parques que hace las anotaciones del ingreso a la reserva. Luego de los trámites, incluido el pago de $ 10 por el ingreso y la recepción de una bolsa vacía para la basura, por persona, que deberíamos devolver llena, comenzamos una marcha de casi 36 kilómetros. Pasamos por el refugio Cruz de Piedra de G. Nacional, las vegas del Yaucha y la Pampa de los Paramillos, llegando a las 15 horas al puesto de control de guarda-parques al lado del Cilindro, en las adyacencias de la laguna ( S34°10,722 -O69°39,301, 3.383 m.). Las presentaciones de rigor y continuamos la marcha bordeando el espejo de agua, hasta el sector sur donde al cruzar el puente sobre el nacimiento al río Diamante, accedimos al refugio de Gendarmería Nacional, ( S34°11,473 -O69°42,203, 3.312 m). También nos asentamos y solicitamos permiso para colocar nuestra carpa en las cercanías.

Campamento BaseArmamos nuestra tienda base grande dispuestos a gozar de todas las comodidades posibles, incluido disfrutar de una buena cena caliente, y poder dormir bien acolchados ya que nos esperaría una fuerte subida al día siguiente. Pero no contamos con los elementos. Pronto comenzó a terminar de cubrirse el cielo y a nevar copiosamente. Lo hizo durante toda la noche, a pesar de nuestros ruegos para que cesara. Y continúo mientras desayunábamos al día siguiente. Nuestra carpa y camioneta estaban cubiertas por una gruesa capa de nieve. Era un temporal y en esas condiciones no era aconsejable encarar ningún ascenso. A media mañana, mientras arreciaba la nevada, apareció un visitante inesperado y simpático, Luney, una guanaquita que rondaba el refugio y cuya madre había sido cazada por un puma. Varias veces introdujo su cabeza por nuestra puerta para morder alguna galleta o pedazo de fruta.

Luego del almuerzo comenzó un fuerte viento blanco que sacudía la nieve de nuestra carpa y las pocas ganas de continuar el ascenso que alguno de nosotros aún ocultaba. Por las ventanas no podíamos ver ninguna imagen desde muy pocos metros de distancia. Cuando paró, una capa de casi cuarenta centímetros cubría el terreno adyacente. Gendarmería nos invitó a pasar esa noche con ellos y a disfrutar de la chimenea de leña que tenían. Aceptamos muy agradecidos. Fue agradable la charla con esos abnegados hombres que cuidan las fronteras del país. Durante la noche continúo nevando.


Regreso trabajoso
La mañana del sábado 17 apareció con algunos claros azules en el cielo, pero con todo el sector oeste del cielo cubierto por el temporal.


Comenzaría ahora nuestro nuevo objetivo: regresar y no quedarnos varados durante varios días. Desarmamos el campamento, cargamos nuestros equipos en el vehículo y avanzamos hasta el cercano puesto de los guarda-parques. Era tal vez el momento para salir, y si bien teníamos un excelente equipo, comida, combustible y agua, un solo vehículo no era aconsejable que lo intentara. La zona de los Paramillos a 3.700 metros de altura debería estar aún mucho peor, para el tránsito, por la nevada, por lo que quedamos a la expectativa de noticias.
Pocos minutos después aparecieron dos vehículos, otra 4x4 y una casilla 608, de una familia de veteranos pescadores, también con la idea de salir de la zona. Armamos la caravana y resueltamente ya pasadas las 14 horas, emprendimos el retorno. En los primeros tramos los manchones de nieve eran largos pero no muy profundos. Con varias embestidas eran superados, quedando una huella que los vehículos posteriores podían transitar. Pero posteriormente hubo que meter palas, turnándonos en el trabajo y jadeando por el esfuerzo en la altura, para habilitar manchones que alcanzaban casi el metro en algunos sitios.


Fueron incontables las veces que codo a codo, colocamos el cable de acero haciendo avanzar o retroceder a alguno de los vehículos hasta superar la dificultad. También las que hubo que empujar al que quedaba atascado. Pero ya no había marcha atrás. Tras doce horas de esfuerzos por parte de todos los componentes del grupo, pudimos llegar, muy pasadas las 2 de la mañana, al refugio Alvarado. Recién un poco antes de él, el transito pudo considerarse casi normal. Doce horas de trabajo sin descanso para hacer un trayecto de 36 kilómetros.
Pero valió la pena. Quedar cuatro o cinco días atrapado en la nieve no resulta agradable. Con efusividad y festejando la hazaña nos saludamos al separarnos al salir del puesto, pero durante el regreso, debido a la constante preocupación hacia la próxima dificultad, el cansancio y la tensión sufrida, lamentablemente olvidamos darnos los nombres con los tripulantes de los otros dos vehículos. Ya nos cruzaremos seguramente algún día, para conocernos mejor, porque la idea es volver.

WP a LAGUNA DEL DIAMANTE
Sur Oeste altura

Tunuyán (Mza.) 33° 34´308 69° 02´092
San Carlos 33° 45¨170 69° 04´418
Pareditas, entrada 33° 57´083 69° 04´065 1.097 m
Entrada Laguna p/Ruta 40 34° 12 337 69° 07´228 1.530 m
Ref. Guard. Gral. Alvarado 34° 14´742 69° 22 930 2.300 m
Ref. GN Cruz de Piedra 34° 14´865 69° 27´867 3.071 m
Refugio GP Cilindro - 34° 10´722 69° 39´301 3.383 m
Refugio GN Lag. Diamante 34° 11´473 69° 42´203 3.312 m

Jaime Suárez