INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

Si le es útil la información de este blog, no deje de teclear en su publicidad, ayudará a mantenerlo; toma tiempo y casi nunca se recibe un "gracias"

17 septiembre, 2009

VALLECITOS

Cordón del Plata



                                       Cordón del Plata (Vallecitos)











VALLECITOS, CORDÓN DEL PLATA, Cumbres varias

(en ajustes)





El cordón de El Plata desde la ruta 7, antes de Potrerillos, Mendoza



El Cordón del Plata, donde se encuentra Vallecitos, a 80 km de la ciudad de Mendoza, se extiende paralelo a la Cordillera de Los Andes por unos 60 kilómetros. No pertenece a la cordillera central ni a la precordillera, siendo de una más reciente formación geológica, que se manifiesta en los espigados perfiles de sus principales cumbres, que concentradamente, por unos 25 kilómetros, sobresalen con alturas que van desde los 4.000 a los 6.000 metros. La variedad de cumbres, cercanas entre si y con variados niveles, unido a la existencia de refugios y abundante agua, permiten lograr que un novel andinista desarrolle paulatinamente su aprendizaje y aclimatación. Ello convierte a este cordón en una estupenda escuela de alta montaña, siendo corolario de las actividades el ascenso a su máxima altura, El Plata (6.000 m), cuyo perfil majestuosamente se yergue en la distancia a la vista de la ciudad de Mendoza. El Plata es también una meta casi obligada, como antesala para un ascenso al Aconcagua. Coronarlo permite, en algún aspecto, proyectar una tendencia positiva hacia el logro de la principal cumbre de América.





Principales cumbres del Cordón del Plata












Cerros, El Plata, Vallecitos, y Rincón (con ventisca), desde el pueblo de Potrerillos, Mendoza






El Cordón del Plata desde el nuevo pueblo de Potrerillos




EL PLATA

EL PLATA - Vallecitos

Todo cambia en el constante devenir de la vida. Cambió la altura de esta montaña. Cuando la subí, en enero de 1986, tenía 6.310 metros de altura, medida esencialmente con los viejos altímetros Thommen que manejábamos en el Club Andinista Mendoza. Y cambió el uso de ésos, entonces admirados altímetros, con la aparición del fantástico posicionador satelital o GPS, que tan bien nos ubica en cualquier sitio y altura de la cordillera. Pero con la salvedad que este artilugio nos hizo retroceder en más de 300 metros la altura de esta montaña, que ahora y con dificultad roza los casi 6.000 metros.
No había regresado a sus faldeos desde hacía 24 años. Lamentablemente con pocos días y con una molesta situación climática que impediría a nuestro grupo concretar su ascenso.
Pude contemplar con tristeza como han desaparecido masas de hielo y como se aprecian grietas abiertas, exhibiendo su base glaciar, en las morrenas adyacentes a la zona del Salto.
No hay ya límite de maniobra. ¡Cuidemos el agua! ¡Evitemos el accionar de la minería química! y juzguemos a los funcionarios que obtienen ingresos de las mineras, cualquiera sea el destino que le den a ellos. No hay marcha atrás en este proceso y forma parte todo esto de otro cambio, que lamentablemente no es para bien, especialmente para nuestros descendientes.

El 24 de enero de 1986, junto con Mauricio Marquez y Susana Céspedes, luego de haber accedido el día anterior, en Vallecitos, al Refugio San Bernardo, hicimos un primer campamento en Las Veguitas.
Iba a probar una excelente prenda, una parka rellena con Thinsulate, que luego también usaría en el Aconcagua en tres ocasiones más. Este producto, por su poco espesor y gran poder de aislamiento, remplazaba a la perfección, y con ventajas, a la pluma de ganso.
Al día siguiente avanzamos hasta un poco más arriba de El Salto; habiendo atravesado previamente varios manchones de glaciar, que hoy no existen. Desde ahí partiríamos el día siguiente, a las cinco de la mañana, para intentar la cumbre.
Luego de una dura travesía, dificultada por un fuerte y constante viento, llegamos a la cumbre a la una de la tarde. Dejamos nuestro comprobante, y retiramos el de la expedición anterior. Para nuestra sorpresa apareció en la lata de pelotas de tenis que guardaba los comprobantes de cumbre, un bello rosario de cuentas, que le había regalado (más tarde nos enteramos) Lanza del Vasto a Don Vicente Chicchitti. Este murió pocas horas después de regresar de esta cumbre. Pero es otra historia, de las tantas que hay en nuestra cordillera, que ya contaré
Veinticuatro años después, entre tormenta y recuerdos, y no dejando de preocuparme por ver varios cauces secos, se inició el camino de regreso.

Jaime Suárez

WP CERRO EL PLATA

Datum,WGS 84

1 Camioneta, -32,58.696, -69,21.565, 2930,m

2 Veguita, -32,58.550, -9,22.252, 3232,m

3 Piedra Grande, -32,58.879, -69,23.344, 3547,m

4 El Salto, -32,58.768, -69,24.890, 4300,m

5 Shangri La, -32,58.824, -69,24.997,

6 La Hoyada, -32,59.437, -69,25.600,

7 PORT L. AMARILLAS, -32,59.744, -69,25.864, 4860,m

8 EL PLATA, -33, 0.939, -69,27.281, (ajustar) 5950,m











El Plata; al fondo el Aconcagua y el Cordón de la Jaula






El Plata, 6.000 m, cumbre enero 1986





Cumbre de El Plata y al fondo en la distancia el Tupungato





VALLECITOS

C° VALLECITOS






Vista del Vallecitos durante el inicio del ascenso



El Salto (foto M. Cicchelli)







Tramo final hacia la cumbre desde el portezuelo Plata-Lomas Amarillas











RINCON






Cerro Rincón (al fondo, al medio), poco antes de El Salto, Potrerillos, Mendoza







Tuti; Celina, Jaime y Karina - Cumbre Rincón, 1985.
atrás el cerroVallecitos, al fondo cumbre de El Plata, 6.000 m






FRANKE





El Franke desde Manantiales, en Potrerillos





Franke, Lomas Amarillas y Vallecitos, desde Las Veguitas






En la cumbre del Franke








Regresando en el sector de cumbre








SAN BERNARDO







El San Bernardo desde las veguitas






Cumbre del San Bernardo




LA CADENITA




Vista de Manantiales-El Salto, Potrerillos y el dique, desde la cumbre del Lomas Blancas




LAS VEGUITAS


Panorama, desde donde queda el vehículo, hacia Las Veguitas...




Ascenso hacia Las Veguitas






Vallecitos, vista general desde Las Veguitas

(foto antigua, observar los cauces que descienden)




Casi la misma foto, noviembre 2009, los cauces de la foto anterior no tienen agua.




ZONA REFUGIOS

Jaime Suárez


Vallecitos, refugio de la UNCuyo










No bote basura en la montaña





LAGUNA DEL PLATITA

LAGUNA DEL PLATA



Por Jaime Suárez



El Cordón del Plata, en Mendoza, florece orgullosamente con sus principales cumbres por unos 25 kilómetros, en el cielo azul y las montañas de la precordillera. Pero es mucho más largo. Nace, al sur, en la zona del portezuelo de Santa Clara y extiende su recorrido, paralelo a la cordillera, por más de 60 kilómetros hasta terminar en la cuenta del Río Mendoza.
Hacía años que conocía de la existencia de una laguna, denominada “Laguna del Plata” ubicada en la base del Cerro Negro, y detrás del Platita, en las cercanías de la pared sudeste de El Plata. Éste con sus 6.000 metros es la montaña más alta del cordón e impone su nombre al sistema, incluida la laguna. Esta laguna es tal vez la única del sistema y por su altitud y muy dificultosa observación, es muy poco conocida y difícil de encontrar.
Todo esto alimentaba la leyenda sobre este espejo de agua de deshielo, que quería conocer. Compartía estas inquietudes con mi hermano Enrique y mi amigo Alberto Castillo quién tenía amistad con Alejandro Maselli, administrador del puesto “Las Lajas” y de la propiedad donde se encuentra la laguna. Aprovechando la oportunidad para una expedición, organizamos entre todos una cabalgata, que para Alejandro sería posterior oferta turística.
Partimos desde Mendoza un viernes a la noche y previo paso por Potrerillos, dormimos en zona turística de Las Vegas, a los 2.050 metros, en la casa de Alberto. Al día siguiente debíamos estar a las 7 de la mañana en el Puesto Las Lajas. Llegamos puntualmente tras 4 kilómetros de marcha en camioneta. La posición es S33°02´487 O69°19´251 a los 2.385 m. Alejandro con su gente, estaba reuniendo los caballos bajo una incipiente luz naranja que se empezaba a asomar entre los picos que nos rodeaban.

Puesto Las Lajas, a los 2.385 m, Cordón del Plata, Mendoza


A las 9 de la mañana abandonábamos el puesto nueve jinetes, dos mulas cargueras y tres perros que ni a sol ni sombra se separarían de nosotros en toda la aventura.
Cruzamos el Arroyo de las Mulas y dos kilómetros y medio más adelante nos detuvimos a apreciar “los morteritos”.

Los morteros, en la zona de "Los Morteritos"



Son tres morteros, horadados en una piedra grande, un poco más alta del nivel del suelo, que fueron utilizados por los indios de esa zona para machacar especias y semillas. Seguramente un asentamiento de cierta importancia.

Continuamos nuestra marcha acomodando poco a poco y paso a paso nuestro cuerpo a la silla y a marcha de los caballos. Pasamos la zona de las Vegas a los 2.773 m. Un kilómetro más de marcha nos posicionó en los 3.000 metros de altura donde les dimos un pequeño descanso a los animales. S33°02´392 O69°21´750.

Vista durante el ascenso de Las Vegas, y el dique de Potrerillos


En los 3.500 metros ya se notaban dificultades al transitar algunos pasos en las laderas y penachos, con largos e inclinados desniveles que terminan en el arroyo Las Mulas. Otro cresteo nos colocó en un abra a los 3.670 metros. Desde ahí nos esperaban dos largos e inclinados acarreos, en el último de los cuales debimos descender de los caballos, y tirarlos de las riendas.


Transitando acarreos que caen 300 metros más abajo al arroyo de Las Mulas

No había huella alguna y nos rodeaban nubes. Llegamos a la subida final a la laguna, las nubes quedaron por debajo, a los 3.922 metros de altura, S33°03´549 O69°23´552.

Un cauce de agua que caía desde lo alto dividía en dos peculiares colores la inclinada faz a ascender. Un tono marrón claro en la mitad este, que se proyectaba hasta la cumbre del Platita y el otro tono plomizo, en la mitad oeste, que ascendía hacia el Negro. Seguramente aprovechó la laguna una falla geológica para filtrar y formar este arroyo.

El ascenso final a la Laguna del Plata


Nos separaban unos 160 metros por esta empinada y pedregosa ladera bicolor hasta llegar a la parte superior en que debía encontrarse la laguna. Los caballos no aguantaban nuestro peso y el esfuerzo. Consideremos que estábamos cerca de los 4.000 metros y llevaban más de 5 horas de marcha. Convinimos desmontar e irlos jalando de las riendas. Lo que supusimos sería una cabalgata se había convertido en una expedición de montaña, lo que no dejaba de alegrarme. Comenzamos con cortos zig-zag ganando poco a poco cada metro que nos separaba del collado superior. Cada vez que parábamos a descansar debíamos tirar de las riendas con la fuerza suficiente para convencer al animal que siguiera subiendo.

Poco a poco ascendimos hasta el portezuelo Platita-Cerro Negro. La altura era 4.082 metros, la posición S33°03´826 O69°24´046. ¡No debíamos subir más! Ante nosotros apareció un valle bastante plano donde a unos 500 metros de distancia, al final del mismo, se podía divisar la laguna, cuyo espejo se cortaba entre el cielo y las nubes. Pudimos subir nuevamente a los caballos en la planicie. Los equinos agilizaron el paso ya que la planicie descendía suavemente y muy pronto pudimos tocar con las manos el agua de la laguna.

Laguna del Plata
A las 14,30 y luego de haber demorado seis horas y media para cubrir los 9 Km que nos separaban del puesto Las Lajas habíamos llegado. La altura 4.071 metros y la posición S33°03´735 O69°24´348.

Laguna del Plata

Toda la planicie transitada y en la cual se encuentra la laguna, parece ser una morrena que tapa un inmenso glaciar que nivela sobre los 4.000 metros la unión de la ladera marrón claro del Platita con la de color plomizo del Cerro Negro.

Laguna del Plata


Había lugares en los que la pisada de nuestros caballos dejaba una huella que pronto se llenaba de agua. También observamos que grandes piedras se habían semienterrado adoquinando grandes sectores de la superficie.

La filtración de este glaciar forma las nacientes del Arroyo de las Mulas. Ya no se puede hablar más de “nieves eternas”. No dejó de preocuparme lo que pasará el día que se agoten esas reservas de “oro blanco”. El retroceso de los glaciares y la forma en que se agrietan y menguan las morrenas es muy notoria. Todos debemos preocuparnos más sobre este tema.

La laguna mide en su parte más larga unos 250 metros con un ancho de aproximadamente 180 metros. No hacía frío y curiosamente las nubes se formaban y disipaban muy rauda y rápidamente. Sacamos las monturas a los caballos para que descansaran un poco y luego, recostados en las piedras y mirando la laguna, engullimos una comida liviana de pan con queso y salame.

Se imponía el regreso y encarar con cuidado la bajada de la planicie de la laguna y luego cruzar los acarreos de las empinadas laderas hasta llegar al campamento donde pasaríamos la noche.


Campamento al regreso


Llegamos a la zona del Pozo del Alumbre, luego de bajar 1.000 metros de desnivel y en la verde vega armamos el campamento ya con las primeras sombras del atardecer. Estábamos cansados y recién al día siguiente, previo un peculiar desayuno compuesto por un exquisito asado, emprenderíamos el retorno hasta el puesto.

Enrique, Alberto y Jaime, luego del asado vendria el retorno


Jaime Suárez
Noviembre de 2004

29 agosto, 2009

EL MONTAÑERO Y EL DUENDE



EL MONTAÑERO Y EL DUENDE DE LA MONTAÑA

Por Jaime Suárez

La montaña tiene un Duende,
un Duende que está en todas las cumbres,
lo más cerca posible de Dios
y lo más lejos que puede de los hombres...


DE JOVEN, EN LA MONTAÑA...
Mientras ascendía,
dosificando el esfuerzo;
mientras paraba,
controlando el cansancio;
sentía los rayos del sol,
sobre mi cuerpo
y una suave brisa
que acariciaba mi rostro...
Abajo el valle brillaba
y arriba las crestas
llamaban.

El sol, Y el viento,
el valle y las cumbres
irradiaban una majestuosa paz,
que imposible de explicar,
recibía...
constante y continua,
pura y eterna,
y se mezclaba con mi soledad.

Luego, llegué...
Sentado en la piedra más alta
estaba el duende de la cumbre.
Al recibirme preguntó:
-¿A qué vienes?
Le contesté:
- A estar más cerca de Dios,
y a tratar de hablar con él....
Me respondió:
- ¡Por que no aprovechaste!,
subió acompañándote,
cuando llegaron se marchó...
¿En qué pensabas..?


Jaime Suárez
Andinista - (2006)




UNA VEZ MÁS...

Una vez más emprendía
coronar una cumbre,
cuyo perfil tenía en mi mente
desde tiempo atrás.

Una vez más,
al pie de la montaña...
una vez más le pedía
al duende de la montaña
permiso para acceder a ella.

Una vez más iniciaba
el paso a paso,
pidiendo el apoyo
de mis muertos y mis vivos.

Una vez más
pasaban las horas,
mientras ensimismado
en mis pensamientos
y bebiendo cántaros
de luces y paisajes,
llegaba al fin
de la agotadora jornada.

Una vez más la vista
de millones de estrellas
estallaba en mis ojos
antes que mis párpados
se plegaran al sueño.

Una vez más
con el milagro
de un nuevo amanecer
y la tibieza del sol
sobre mi cuerpo,
reiniciaba mi tarea.

Mientras ascendía,
ya en confianza
y reconociéndonos,
una vez más,
pude dialogar
con el duende de la montaña.

Él me hablaba
de personas,
de historias y desventuras
de tiempos pasados y lejanos,
en su dominio.

Yo le hablaba
del mundo
que quedaba abajo.
Y así pasaban las horas
hasta que nuevamente
una brillante alfombra de estrellas
volvía a cubrir
el ocaso del sol.

Una vez más,
al siguiente amanecer,
al proseguir el diálogo,
no podía evitar
acariciar la compañía
del espíritu de la montaña.

Una vez más,
me acompañó,
hasta llegar a la cumbre
y se emocionó con mi emoción.
Y conjuntamente
disfrutamos emociones
hombre y duende.

Una vez más
lo sentí materializarse
en alguna que otra lágrima
que brotó de mis ojos.

Y por primera vez,
le escuché esta pregunta:
-Te suelo ver en las cumbres,
¿cuéntame que sientes en ésta?
-Una vez más siento frío...
Me respondió:
-No es mi frío,
es tu soledad...
-Una vez más,
siento cansancio.
Me contestó:
- No es tu cansancio,
es tu falta de ilusión...
-Pero una vez más,
siento que Dios existe...
Y me dijo
“No ha sido en vano acompañarte...
Vuelve a visitarme;
estaré en cualquier cima.”

Agradecí mientras comprendía
que debía iniciar el descenso
y que bajaría solo,
pero pensando
en la conversación de cumbre.

El duende de la montaña
quedaría en su cúspide,
y tal vez en su espiritualidad
cavilando sobre los mortales
que desde
la dimensión de las emociones,
hollábamos su reino.

Jaime Suárez
Andinista - 2007



DE HOMBRE, EN LA CUMBRE

La montaña...
Verla de lejos,
es ansiarla.
Contemplarla,
es gozarla.
Estar inmerso en ella,
es sacralizarla.

Otra vez la coronaba,
mientras
caía el atardecer,
lentamente
sobre mí,
absorbiendo luz,
imponiendo oscuridad,
y robando pensamientos...,

Un fugaz sobresalto
me hizo presentir
una compañía...
-¿Sigues viniendo?
Tenía a mi lado,
sobre una piedra,
al duende de la montaña...
Alcancé a responder:
-¡ Sí, y me has visto mucho;
y me ves...,
pero algún día,
sólo me verás de lejos...!

-Ése día aún no te ha llegado
y el ayer no existe más...
¡Ambos sentidos no existen...!
Me alegro que hoy estés...

- Yo me alegro que tu sentido,
sea el momento...
¡qué absurdo para un inmortal..!

-No, no lo es.
El presente es la puerta que nos une,
pero cuando ambicionas,
desaparece.
Estoy porque
dejaste de pensar
y comenzaste a ver...

Otra vez más, pudimos hablar...
de cuando el paisaje era venerado
y los montes, valles, ríos,
y animales, eran sagrados.
Que la tierra es un ser vivo,
e incomprensible para la razón,
porque la realidad
no es razonable...
Porque el siempre
es simplemente el ahora,
y lo que nunca se acaba,
es el presente.

Teníamos ambos,
el momento a momento.
No teníamos
absolutamente,
ninguno de los dos,
nada premeditado.

Jaime Suárez
Andinista
El Cóndor – Enero 2008



DE VIEJO EN LA MONTAÑA

Una vez más,
y años después...,
ya no para emprender una cumbre,
sino tal vez,
para recordar y remozar
perfiles y emociones
que desde siempre
tenía en mi mente,
estaba...
al pie de la montaña.

Una vez más
iniciaba el paso a paso,
sólo que ahora,
cansinamente,
con torpeza,
dirigiéndome
en pos de la montaña,
lo más allá que pudiese,
no ya pidiendo el apoyo
de mis muertos y mis vivos,
sino que sintiéndolo
profundamente.

Estaba en el punto,
en que solicitaba
al duende de la montaña
como siempre hacía,
permiso para acceder.
Pero en esta circunstancia
no la subiría,
sólo quería,...
despedirme de ella.

Y escuché su voz:
- ¡Extrañaba nuestros encuentros!
¡Te veo abajo y no subirás!,
Advierto que llegó el momento...
¡Cuéntame qué sientes!
Le dije:
- Una vez más siento frío...
Me respondió:
- No es mi frío,...
ahora son tus recuerdos.
- Una vez más, siento cansancio.
Me contestó:
- No es tu cansancio,...
ahora son tus emociones.
Y contesté:
-Pero más que nunca siento
que Dios existe...

Y me dijo:
Has perdido lo individual,
casi somos uno.
Todos quieren
coronar la cumbre,
sin saber
que la mayor emoción
es ascenderla.
Has descubierto
más que el límite
de lo que tus ojos
han visto...
¡Has entendido,...
lo que ya sabes!

Y concluyó gravemente:
-Viejo amigo,
¡ simplemente llámame...!
yo estaré...
no sólo en las cimas,
también junto a ti,
donde sea te encuentres...

Hubo lágrimas
en un rostro,
un brillo etéreo
en el otro,
y ninguna despedida.

Pronto...
acompañando el atardecer,
comenzó el inicio
del último retorno,
pero por fin...
menos solo



Jaime Suárez
Andinista


20 mayo, 2009

INTRODUCCION

INTRODUCCIÓN



Montañista amigo


Con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible.
¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER.

Durante años fui informando de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he juntado en este blog.
Espero te sirvan mis relatos...

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

jaime suarez
ASCENSOS A MONTAÑAS DE ALTURA
Por Jaime Suárez

Andinismo y Expediciones
Argentina es un país privilegiado al tener la mayoría de las más altas montañas de Occidente dentro de sus fronteras, con maravillosos y semi-vírgenes entornos naturales que son la admiración de los montañistas que nos visitan de otros países del mundo con el propósito de coronarlas. A pesar de ello, el número de personas que desarrollan en nuestro país esta actividad no es muy numeroso, debiendo intensificarse el interés hacia la montaña.

Estamos en la cumbre de una alta montaña. Según la altura en que nos encontremos podemos adivinar en los confines del horizonte como éste se redondea. Incluso desde algunos lugares, apreciar la línea del Océano Pacífico. La vista es totalmente tridimensional, no sólo hay imagen hacia el azul cielo sino que también debajo de nuestros talones, donde centenares de picos forman un manto alfombrado. Por la mente de cada uno de los andinistas cruzan emociones inenarrables y bastante difíciles de explicar. Cada persona es un mundo. A algunos les brotan lágrimas, otros experimentan júbilo por haber superado esa meta que puede no estar en la altura alcanzada sino que en su interior, mientras algunos conversan íntimamente con seres queridos que a veces ya no están en este mundo. Es imposible allí no creer en Dios.

Pero la montaña, y las actividades que en ella se practican, entrañan riesgos específicos y técnicas que es imprescindible conocer para poder con razonables garantías de éxito hacer frente a la ascensión y disfrutar de ella.
Trataré de ser práctico y sencillo sugiriendo la forma elemental de los pasos a seguir para ascender las cumbres de altura con que cuenta nuestro país. Por supuesto que lo que indicaré es enunciativo y no taxativo y dependerá de las experiencias del grupo o los individuos que lo integran las modalidades que se apliquen.
Hay por suerte ahora mucha bibliografía y notas sobre temas de montaña, también en Internet, donde el lector interesado podrá ampliar sus conocimientos e interrogantes, pero a la hora de encarar la aventura deberá conocer perfectamente, como método de trabajo, primero a sí mismo y luego los conocimientos prácticos esenciales. La inexperiencia, el desconocimiento, la improvisación y la temeridad son factores que contribuyen a accidentes y al fracaso de una expedición. Es necesario superarlas con capacitación, entrenamiento, y la compañía de gente experimentada, o de un guía o monitor haciendo paulatina y previamente cumbres de menor altura.

Mientras vamos ascendiendo, llevando a cuestas la mochila, barba de días y varias horas de marcha, más de uno solemos internamente preguntamos ¿Qué hace una persona como yo en un lugar como éste?...¡Pudiendo estar cómodamente instalado en el sillón de mi oficina! Aunque, ante la magnificencia de la montaña, esa pregunta desaparece tan fugazmente como se había presentado. Pero también nace la misma pregunta en el llano, cuando estamos inmersos en la actividad rutinaria, carente de emociones y por unos instantes se fijan en nuestra mente rápidas imágenes de expediciones realizadas y se experimenta añoranza y la necesidad de repetirlas.

Toda la expedición tiene en sí misma vida propia, que se siente en todos sus momentos, sean estos pequeños o grandes, agradables o desagradables e incluso también si equivocamos la ruta o no se llega a la cumbre. Pero en una expedición debe prevalecer la necesidad común, la gloria personal no existe ya que se obtienen solamente metas con trabajo de equipo.
Aunque una expedición nace tanto en una reunión de andinistas, en un club, o en cualquier sitio por más inverosímil que este sea, el pleno éxito depende de la cuidadosa planeación y planificación de la misma. Es en sí una verdadera empresa, casi con métodos similares a establecer objetivos y pronósticos y el cumplimiento de los mismos con sus etapas y escalas, de una actividad comercial compleja.

Para organizar una expedición primero deberá determinar, en base a la experiencia y conocimiento adquirido, sus límites y el de sus acompañantes. Luego obtener un mapa de la zona donde se encuentra la montaña elegida. En el Instituto Geográfico Militar hay excelentes cartas en la escala 1:250.000 con equidistancias de 200 metros. Aprenda a conversar con su mapa estudiando sus accidentes y el posible recorrido, no tema preguntar a quien sepa más o a algún experto en geografía. Ubique la posición de su montaña y averigüe todo lo que pueda sobre ella –informes de expediciones anteriores, tiempos, campamentos, etc. -. Trate de utilizar el maravilloso artilugio que es el GPS, que se puede emplear magníficamente durante el viaje y en la aproximación, determinando hasta dónde podrá acceder en vehículo y allí poder establecer un Campamento Base y desde ese sitio los campamentos que necesitará para la distancia - la que no es muy conveniente evaluar en kilómetros, sino que en horas de marcha - y altura que restan hasta la cumbre.
Tenga en cuenta la importante necesidad de obtener aclimatación, la que necesita tiempo, y que se consigue considerando la altura en que se encuentra, las horas de marcha, la altura a ascender - tratando de no superar los 600/700 metros por día -, y el organismo de cada integrante. Recordando que la planificación y la planeación deben realizarse pensando en todos los miembros del grupo. A medida que se desarrolle la marcha - lo ideal es caminar de 4 a 6 horas por día, haciendo muy pequeños descansos cada 50 minutos u hora -, marque en el GPS los puntos relevantes de la misma y los campamentos, nominando y volcando las posiciones al mapa y evaluando los resultados.
Esto es ideal realizarlo luego de armar la carpa, tras del té o previo a la cena, para determinar con tranquilidad la etapa del día siguiente y el logro del día.

Para montañas de más de 6.000 metros de altura es normal acceder en vehículo 4x4 hasta campamentos base ubicados entre los 3.000 y 4.000 metros. Con suerte nuestro objetivo podrá encontrarse de unos 10 a 20 kilómetros, pero también podemos llegar a tenerlo en distancias que a veces superan los 40 kilómetros y más. Es conveniente considerar aquí el alquiler de mulas que nos trasladen la carga. Si el grupo es experimentado no tendrá problemas con uno o dos días de descanso antes del inicio de la marcha. Pero si participan en él montañistas que desde hace varios meses no han estado a esas cotas, es necesario para ellos una previa aclimatación en altura antes de la salida de la expedición o llegar varios días antes al lugar. A partir de allí se irá aplicando lo que se cumpla primero, las horas de marcha - de 4 a 6, que inicialmente pueden representar de 10 a 15 kilómetros, o el desnivel en metros desde los 600 a 700 indicados. Considerando que a medida que se asciende, con la mochila sobre la espalda, se achican las distancias hacia la cumbre pero se incrementa, con la altura, el tiempo en recorrerlas.
Suponiendo que se parte de los 4.000 metros, establecer otro día de descanso al llegar a los 4.600/4.700 resulta beneficioso para la aclimatación. El próximo campamento podría ser a los 5.200/5.300 y el siguiente a los 5.800/5.900. Aquí dormir no es placentero casi para nadie, produciéndose inclusive algunos dolores de cabeza, dependiendo esto entre otras cosas de la aclimatación obtenida, el régimen de alimentación que se tenga, y otros factores que analizaremos en artículos posteriores. Desde este último campamento se inicia el acceso a la cumbre. La carga de la mochila queda dentro de las carpas armadas que esperarán el regreso. Bien abrigados, más livianos y con un poco de agua, alguna naranja o caramelos y unas frutas secas, ascendiendo a un promedio de unos 100 metros por hora, en el tiempo determinado por la altura de la cumbre que queramos coronar, se llegará a ella. Nadie estará exento del cansancio, pero tampoco de disfrutar las emociones que la cima brinda.

Algunos consejos:
-Planifique la expedición dentro de un plan definido y detallado.
-Prevea eventuales dificultades.
-No debería estar integrado el grupo por menos de 3 personas.
-Analice el recorrido y los campamentos, evalúe los tiempos, y compare (si las hay) experiencias de otras expediciones.
-Trate previamente de obtener posiciones de GPS.
-Informe sus itinerarios y tiempos a conocidos y amigos y si es posible reporte al puesto más cercano al lugar de Gendarmería. Deje un informe en su club.
-Infórmese de las condiciones climatológicas de la zona y de las mejores fechas para la ascensión. Aprenda a conocer las fases lunares y sus incidencias. No ascienda si se presentan fuertes vientos, tormentas, ventiscas, nevadas o tormentas. El mal tiempo en la montaña es peligroso y una de las mayores causas de accidentes.
-El jefe de la expedición debe controlar el equipo personal y el colectivo.
-También el estado físico y de salud de cada componente, en cada jornada.
-No lleve cosas superfluas o que no va a utilizar, el mayor peso reduce la movilidad y aumenta el esfuerzo.

Jaime Suárez

28 abril, 2009

BERTRAND cráter

Cerro  BERTRAND  (Cumbre Oeste)

ascendido el 7 Febrero 2009
                                                                                                                Por Jaime Suárez




Cumbre principal






Posee una segunda cumbre en la parte Norte del cráter, con 5.188 metros y una tercera cúspide, al Oeste, de 5.122 metros. Pero considerando que muchas veces el borde del cráter supera los 5.100 metros, principalmente en el noreste, hay en su entorno varios pináculos sobresaliendo del labio, que seguramente superan los 5.122.


Vista del Bertrand con sus cumbres, desde posición Oeste, a 5 km. de distancia




Las Grutas












Jaime Suárez