INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

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13 octubre, 2008

ANETO - Techo de los Pirineos -







ASCENSO AL ANETO

 el 29 de Mayo de 1999


por Jaime Suárez

El Aneto, con sus 3.404 metros de altura sobre el nivel del mar, es la más alta cumbre de los Pirineos, sistema montañoso que separa España y Francia. Se encuentra en los Pirineos Centrales, en el Valle de Benasque, Aragón, dentro de uno de los más representativos ecosistemas de la alta montaña de Europa. Lo rodean los más extensos glaciares y el mayor número de cumbres que superan los 3.000 metros de altitud de esa cordillera.

El marco natural en que se integra el Aneto ofrece una amplia variedad de deportes de montaña que van desde el esquí, la escalada, el ascenso, la caminata, el descenso de barrancos, el maratón y algunas más que lo convierten en la meca del Pirineísmo y una de las zonas más frecuentadas de la montaña española.

Pero la gran cantidad de visitantes que soportaba este lugar, unido a acampadas incontroladas, abandonos de basura, proyección de obras como: nuevas centrales, líneas de alta tensión, pasos de frontera, etc., obligó a que fuera necesario proteger esta área de montaña por parte de las Cortes Aragonesas. Surgió así el Parque Posets-Maladeta en el año 1994, con la finalidad de salvaguardar los valores naturales, fauna, flora, formaciones geomorfológicas y para poder potenciar y conservar sus ecosistemas garantizando el uso racional de los recursos naturales. Este parque posee una superficie de 33.267 Has. comprendidas entre los 1.500 y los 3.400 metros de altura.

Habíamos partido hacia Benasque desde Barcelona, miembros de la UPAME (Unión Panamericana de Montañismo y Escalada) representando a Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Perú, con representantes franceses de la UIAA y las autoridades de la Federación Española de Montañismo y Escalada. Desarrollaríamos allí la primera reunión de nuestra institución que se hacía fuera del continente americano y el 5° Congreso Internacional de Ecología de ecosistemas de montaña, y como broche, no podía faltar, un ascenso al Aneto.
Los aproximados 300 Km. que recorrimos, partiendo desde los 5 metros sobre el nivel del mar en Barcelona hasta los 1.135 metros del Valle de Benasque, pasaron rápidamente mientras contemplábamos los sembradíos y paisajes de la campiña catalana y luego el ingreso a los verdes valles de la zona de montaña. Tras unas 4 horas de agradable viaje llegamos.
Nos alojamos en el imponente y moderno edificio de fachadas de piedra y 4 plantas donde funciona la Escuela Española de Alta Montaña de la Federación Española, que incluye en un edificio aparte, también de piedra y grandes cristales, un “rocódromo” para la práctica de la escalada.
Nos sorprendió contemplar en plena montaña una construcción de tal categoría, como también el manejo gerencial de capacitación y recursos. Sería interesante capitalizar experiencias.
Transcurrieron muy pronto los días de reuniones, unidos a las degustaciones gastronómicas, el recorrido por la villa de Benasque moderna y la parte antigua medieval, y las visitas de observación y compra a una muy importante tienda de artículos de montaña.
No dejábamos de admirar que al extendérsenos una factura, en su parte inferior leyéramos el parte meteorológico para las próximas 48 horas: “Tiempo nuboso y “variable para el sábado, con menos sol del previsto en los días pasados. Vientos del “noroeste-oeste moderados, temperaturas de 4 grados de mínima y 19 grados de “máxima, isoterma cero grados a 2.300 metros. Para el domingo día 23 despejado con “sol, temperaturas entre 5 y 23 grados, con vientos del noroeste-sur flojos y la “isoterma cero grados a 2.500 metros”. Era una excelente ayuda para el visitante.

Estaba por comenzar el verano en el hemisferio norte, y el invierno en Argentina, pero por la inestabilidad que presentó el clima, no dejaba de interesarnos que podía suceder el día 28 de Mayo en que saldríamos hacia la montaña. Esa noche llovió copiosamente y el parte meteorológico no era favorable.
Abandonamos nuestro cómodo albergue de la Escuela de Alta Montaña a las 17,30 horas, en vehículos, hacia La Basurta, por un camino asfaltado hasta el ingreso a los Llanos del Hospital a los 1.758 metros y desde allí por un camino consolidado, que en invierno se usa como tránsito de esquí de marcha, hasta nuestra primera etapa a los 1.900 metros de altura. Arribamos tras unos 17 kilómetros de marcha. En La Basurta, en un lugar especialmente dedicado a aparcamiento, quedarían las camionetas esperándonos.
Enfundados en nuestra ropa de montaña, incluidas piqueta, mochila (donde iban nuestros grampones, lentes, comida de marcha para el día siguiente, parka de abrigo, medias de recambio y cantimplora) y colocadas nuestras botas de altura, comenzamos a ascender una huella serpeante, que rodeaba pequeños bosques y algunas mortecinas glaciaciones que luchaban en esta altura contra el fin de la primavera. Los 250 metros de desnivel que existen hasta el refugio de La Renclusa, nuestro destino del día y donde pasaríamos la noche, fueron superados tras unos 40 minutos de caminata.
Este refugio de piedra que cuenta con todos los servicios, se encuentra en proceso de refacciones que incluyen su ampliación y modernización. Los precios son sumamente accesibles. Había mucho movimiento de alpinistas y esquiadores lo que unido a la obra en realización nos hace sugerir a todo potencial montañista que realice las averiguaciones necesarias en la Villa de Benasque para asegurarse alojamiento. Pero siempre es conveniente acceder, por más experiencia que se tenga, con alguna persona experimentada o contratar el servicio de un guía, para disfrutar de la empresa, y minimizar al máximo la posibilidad de accidentes.
Tuvimos que dejar nuestras botas a la entrada del refugio y colocarnos unas chancletas para transitar por su interior. Nos instalamos en un dormitorio del primer piso de cómodas literas, para seis personas, con colchones, y pronto fuimos convocados a la cena que resultó más que suculenta. Había que despertarse a las 4 y media de la mañana para aprovechar la nieve lo más dura posible y evitar que nos enterrásemos al ascender, ya que eso aparte de demorarnos consumiría nuestras energías. Entre bromas y chistes empezamos a conciliar el sueño aproximadamente a las 22 horas. A la hora señalada varios y consecutivos pitidos de relojes anunciaron que había que levantarse. Nos vestimos y tras un buen desayuno, digno del mejor hotel, partimos a las seis menos cuarto de la mañana.
Fue necesario en los primeros minutos y a pesar de la blancura de la nieve, utilizar linternas frontales. Tras dos horas de marcha por una fuerte pendiente accedimos al Portillón superior que se encuentra a los 2.870 metros, allí un breve descanso nos posibilitó colocar los grampones en nuestras botas. Desde allí debimos bajar una pronunciada aunque corta pendiente para introducirnos en el glaciar del Aneto.
Podíamos ya apreciar el sector de cumbre del Aneto. Continuamos hacia el Collado de Coronas, 3.190 metros, perfilando el glaciar del Aneto y pisando una nieve que soportaba bien nuestro peso. El grupo que había salido compacto y unido, se había ido separando por el esfuerzo y al amoldarse cada uno a su mejor paso. Era muy agradable después de haber estado varios días mirando las montañas desde el valle, poder caminar entre medio de ellas. La diferencia del paisaje y de altura con nuestras montañas en el sur, hacía más cómodo el ascenso. Llegamos casi una hora y media después.
La vista era impresionante, un ascendente e inclinado glaciar permitía coronar al Aneto en un desnivel de poco más de 200 metros. Hicimos un breve descanso y aprovechamos también para dirigir una mirada a todo nuestro alrededor y contemplar las cumbres que nos rodeaban. Pero debíamos continuar, ya la nieve no era tan dura, a pesar de la altura.
Unos cincuenta minutos después nos abrazábamos en la precumbre del Aneto a los casi 3.400 metros de altura. Un fino viento nos recibió.
jaime suárez
Aneto, ¡casi en la cumbre!

Aún faltaba superar el llamado puente de Mahoma, filo formado por una brecha de piedras de unos 80 centímetros de ancho por 30 metros de largo, pero con profundos precipicios a ambos costados, que permite acceder a la cumbre real. Aquí el peligro es el vértigo ya que las manos y los pies encuentran siempre donde aferrarse. Permite el paso de personas en un sentido, aunque hay que detenerse en algunos puntos para dejar pasar a algún impetuoso que igual quiere cruzársenos, o tener paciencia esperando turno con algún cuidadoso en extremo que demora el paso de los demás.
Con sumo cuidado y luego de dejar la piqueta y los grampones en la precumbre, para trabajar con mas seguridad, lo superamos. Por fin pudimos abrazarnos en la cumbre final del Aneto. Eran las diez y veinte de la mañana, habíamos demorado poco más de cuatro horas y media desde la salida del refugio. Nuevamente miradas hacia atrás buscando encontrar algún paisaje o punto familiar en medio de tantas montañas tratando de armar en nuestra mente el recorrido transitado. Comenzamos a sacar las consabidas fotos de cumbre para recordar el momento. Nos encontrábamos al lado de un monolito con una pequeña imagen de la Virgen del Pilar, idéntica a la que se halla en Zaragoza y sobresalía en la nieve un bloque metálico. Era la mejor prueba de haber arribado a la altura máxima de los Pirineos.
La visión era perfecta a pesar de los grandes y amenazantes nubarrones que cubrían el cielo en altura.
Luego de las salutaciones y felicitaciones recíprocas procedimos al descenso. No fue fácil. La nieve había comenzado a ablandarse y nos enterrábamos paso a paso. Pasaron tres largas horas antes de llegar a La Renclusa, a partir de allí fue mucho más fácil, en 30 minutos más estabamos en La Basurta. Accedimos a los vehículos y retornamos a la Escuela de Alta Montaña para un merecido aunque tardío almuerzo.
Posteriormente nos enteramos de que la reproducción de la Virgen del Pilar fue colocada en la década del 50 y también una gran cruz metálica que fue tirada hacía poco tiempo por una tormenta y se hallaba enterrada en la nieve sobresaliendo sólo una pequeña parte, que era la que habíamos apreciado.Merece la pena al viajero que ame la montaña y viaje a España, el llegar hasta este bello lugar de los Pirineos.



Aneto, cumbre