INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

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13 junio, 2010

RELATOS

RELATOS

La Dama y la Vicuñita


Estábamos en La Rioja, a unos 60 km. de Alto Jague, recorriendo el entorno de la Laguna Brava. Esta salada laguna se extiende blanca y mansamente a los 4.200 m de altura, por más de 15 kilómetros, entre la Pampa del Veladero y la Pampa del Peñón. Vivenciábamos en ella, la contemplación de asustadizos flamencos, una rala flora fomentada por las escasas afluencias de agua dulce que se baten en perdida lucha contra la salinidad de la laguna, un gran y huidizo zorro colorado, transpirantes y pequeños geisers, el viejo asentamiento inca -otrora importante centro humano en la zona, con sus derruidas construcciones-, y el marco de grandes y nevadas montañas en todos los sectores del horizonte. Es un paisaje majestuoso y sorprendente que no se cansa de admirar y descubrir.
Pronto el atardecer comenzó alargar sus sombras mientras oscuros nubarrones iban cubriendo el cielo, hasta ese entonces azul y brillante. Nos dirigimos hacia el Refugio Mulas Muertas, a unos 8 Km. de distancia, sorteando trozos del viejo y el nuevo camino en construcción. La llegada al refugio nos permitió emitir un suspiro de alivio. Bajamos nuestras mochilas y equipo, y pronto saboreamos un caliente té.
Luego salimos a observar el clima y las grises formas que tomaban los contornos de los cerros que rodean el refugio. Mirando hacia el que está en la parte posterior nos sorprendió ver la temblorosa silueta de un camélido que se recortaba contra las negras nubes, trastabillando, cayendo y volviendo a levantarse, para volver a caer.
Enseguida pensamos en un animal enfermo o herido, por lo que despaciosamente, con Estefanía, comenzamos a ascender hacia donde se encontraba en su última caída. En unos minutos llegamos hasta él. Era una vicuñita de muy frágil cuerpito, de muy pocos días de vida, con dos inmensos ojos brillando en una pequeñita cabeza, que se mimetizaba en el suelo junto a los amarillentos y múltiples coirones.
Al vernos llegar, intentó infructuosamente ponerse en pié. Con dulces y suaves palabras Estefanía se acercó a ella tomándola con facilidad en sus brazos. Miramos en derredor y no vimos ningún otro animal. Decidí subir unos cerros aledaños para ver señales de su madre. Enero es un mes de parición para estos animales, pero lo raro era que estuviese solo. Barajé algunas posibilidades al no observar movimiento alguno por gran distancia de los alrededores. O su madre lo abandonó, que suele suceder aunque raramente. Que haya sido matada por alguien. O que el recién nacido por alguna circunstancia se hubiese separado de la manada y no se volviesen a reunir, lo que me resultaba difícil.
Bajamos con el bello animalito hasta el refugio. Estefanía, que está terminando la carrera de nutrición, rápidamente le preparó una tibia leche e improvisó una mamadera con un envase pequeño de agua mineral, cuya marca por suerte la provee con pico. Acomodó la vicuñita primeramente en el suelo y poco a poco fue volcando gotas de leche en su boquita. En el comienzo fue un natural rechazo, pero luego una aceptación que aumentaba a medida que en su vacío estómago comenzaba a entrar algo del vital líquido. Estaba hambrienta. Aceptó la mitad del envase y quedó descansando y asimilando la comida. Un poco después y ya en conformidad, en los brazos de su nodriza terminó todo el líquido.
Un rato más tarde se paraba nuevamente sobre sus patitas con algo de gracia. Alguién musitó: ¡Es más linda que Bambi! La dejamos libre. Se fue alejando despaciosamente de nosotros hacia la laguna de la Mula Muerta. Pero a unos 100 metros se tiró exhausta en el suelo. Y quedó ahí descansando. Pensé que era lo ideal. Si su madre andaba cerca la llamaría o se arrimaría a ella. Nos metimos dentro del refugio.
Pasaron dos o tres horas, hasta que en una mutua mirada se cruzó la imagen del zorro rojo en nuestros cerebros. Salimos corriendo hasta donde había quedado “Bambi”. Allí estaba, acurrucada y recibiendo cristalinos corpúsculos de nieve que el viento comenzaba a traer. Estefanía la tomó en sus manos y la acomodó dentro de un gran horno de piedra existente frente al refugio. Preparó otra mamadera de leche, como cena, y maternalmente en medio de la tenue luz de una linterna se la dio sorbo a sorbo. Ya aparecía la lenguita de la vicuña intentando succionar más alimento. ¡Excelente síntoma! musitó la dama. Ya era hora de ir a dormir. Comenzó a nevar más fuerte. Toda la noche hubo tormenta. Me alegré de la decisión que habíamos tomado.
El amanecer era blanco. No existían imágenes definidas. Sólo la de los vehículos cercanos cubiertos de nieve. Nos dirigimos al horno. Bambi estaba bien, aunque tapizado superficialmente su pelamen de nieve. Nuevamente sus grandes ojos de dirigieron a Estefanía. Ésta nuevamente había preparado la mamadera con leche caliente. Y nuevamente comenzó la ceremonia de la alimentación, aunque ahora muy facilitada.
Estábamos contentos. Bambi se veía mejor, y no estaba enferma como en algún momento habíamos temido. Pero no pude dejar de sorprenderme gratamente cuando al abandonar Estefanía el horno, el animalito inmediatamente se paró y salió raudamente tras ella. Con mansedumbre y alegría la seguía paso a paso, y cuando se paraba la dama, la vicuñita daba vueltas en torno a ella. ¡Había encontrado a su madre sustituta! ¡No pensaba abandonarla por nada!
No podíamos dejarla ahí. Su madre no había aparecido. Sería víctima muy pronto de un zorro o un león. Al retirarnos se acomodó en los brazos de la dama en el asiento delantero del vehículo disfrutando los rayos de sol que la acariciaban a través del parabrisas, mientras afuera pelaba el frío. Viajó mansamente con nosotros.
El apreciado Don Cirilo Urriche y su excelente gente, -los guardaparques de Jague-, se harían cargo de ella. Así sucedió ya que con agrado esta gente la tomó a su cargo. Mientras nos alejábamos una lágrima brilló en el rostro de la dama. Viajero que pases por Jague, no dejes de admirar a la vicuñita.


04 mayo, 2010

NEVADO DE CACHI



NEVADO DE CACHI




NEVADO DE CACHI

ascensos el  6 Abril 2010


SALTA - REPÚBLICA ARGENTINA
Por Jaime Suárez
El Nevado de Cachi, cadena montañosa que se extiende en sentido Norte-Sur, es uno de los sistemas montañosos más importantes de la provincia de Salta. El él sobresalen nueve cumbres, siendo la más alta la Libertador Gral. San Martín, de 6.380 m. Se encuentra en la Cordillera Oriental, a unos 90 kilómetros en línea recta de la capital de Salta y a poco más de 200 kilómetros del límite con Chile.
Hay una precioso y preciso libro, “El Nevado de Cachi” de Christian Vitry, donde se puede profundizar en el conocimiento sobre este bello nevado.
Breve reseña
El primer intento de ascenso de esta montaña estuvo a cargo del explorador de origen alemán, Federico Reichert, en Junio de 1904. Fue también para él su primer ascenso de altura en los Andes. Pasó por Cafayate y Molinos, hasta llegar a una granja llamada Lurucatao, último lugar poblado, donde se criaban mulas, y desde allí, buscando salinas, partió con mulares y carga, por el Oeste del Nevado hacia el Norte. En su avance, al contemplar la nívea mole no pudo resistir la tentación de ascenderla. Con las mulas progresó con sentido este hasta los casi 5.000 metros y luego, sin compañía alguna emprendió el ascenso hacia la cumbre. Un viento tempestuoso y gélido lo hizo retroceder, según cita, “a los 6.200 metros”, sin poder llegar a la cima. Esa ruta es hoy denominada Oeste o de Reichert.
Las primeras personas en coronarlo, sin considerar a ninguna cultura precolombina, fue el Dr. Arne Hoygaard, acompañado por el franciscano Fray Oliverio Pelicelli y el Teniente 1° Pedro Di Pascuo, en el año 1950.
Contacto con el Nevado de Cachi
En Mayo del 2000 nos llegó una invitación a la entonces Federación Mendocina de Andinismo, por iniciativa del Club de Aventuras Salta, el Club Amigos de la Montaña y el Club de Montaña Janajman, para participar en el “Encuentro Nacional de Montaña – Cachi 2000”, que sería el primero de una saga de encuentros que durante casi toda la década siguiente continuaría en diferentes provincias argentinas.
Cachi, por su magia de legado arqueológico, histórico, cultural y hasta religioso, unido a la presencia cercana de su nevado, era el lugar ideal para un encuentro de montañeros. El mismo fue todo un éxito y culminó con una expedición a las cumbres del nevado, en la que no logré participar por compromisos laborales, y que me quedaría como asignatura pendiente.
Diez años después, pude aceptar una invitación que me hizo Nicolás Pantaleón desde Salta para escalar el Nevado a partir de los días de semana santa.
La expedición:
Nos encontramos con Nicolás Pantaleón en Catamarca, un poco más allá de Aimogasta y Alpasinche, en el empalme de la ruta 60 con la 40 que sigue hacia Belén y continúa hasta Cafayate y Cachi. Nicolás, avezado montañista salteño, regresaba de una exitosa expedición donde había escalado el Ojos del Salado, con otros apreciados amigos comunes, inaugurando una nueva ruta de ascenso que denominaron”bicentenario”.
Nico, sin descansar, aunque aclimatado continuaría con nosotros su actividad de montaña en el Cachi.
En el pueblo de Cachi , S-25, 6.066, O-66,11.068, 2.454 m, nos encontramos a las 10,30 de la mañana, con el resto de los participantes, que ya nos esperaban.
Comenzamos a preparar el equipo y nos vestimos para inmediatamente iniciar la expedición. Dos horas después abandonábamos en la camioneta Cachi por un bonito camino, a través de un verde y plano valle con lejanas y aisladas casas de rojos techos. El entorno estaba tachonado inicialmente por esporádicos cardones, que en alguno de los costados del camino fueron plantados indicando una larga curva. Varios pequeños cactus exhibían doradas y brillantes tunas. El aprovechamiento de ciertos sectores levemente inclinados de la unión del valle con la montaña como secaderos de pimientos, le conferían al paisaje una original característica.

Hasta donde llega el vehículo
El viernes 2 de abril, a las 13,50 arribamos al sitio donde quedaría nuestra camioneta, Huayco Hondo o Likin , cercano a una pequeña quebrada que contiene el río Las Pailas y rodeado de infinidad agrupaciones de piedras, que reflejan un importante pasado precolombino. La posiciónS-25, 0.871, O66,15.026, a los 3.297 m.
A las dos de la tarde, iniciamos nuestra marcha, que duraría varios días, con las pesadas mochilas conteniendo equipo, comida y carpas. Íbamos en busca de nuestro primer campamento. Aún estábamos cansados del largo viaje en vehículo y comenzar de inmediato un dilatado ascenso no era muy agradable que digamos, pero había que hacerlo. Casi 2,4 Km. más adelante, y a los 3.575 metros de altura Nico nos guía hacia el rancho de Doña Jacinta. Éste es una pequeña y sólida construcción de piedra, que de no conocerse su ubicación y por estar plenamente incorporada al entorno natural, se mimetiza con el, siendo muy posible pasar a su lado sin descubrirlo. Es habitado por esta señora, quién le da el nombre, que cuida sus rebaños de cabras. Descansamos unos minutos y continuamos la pesada marcha por una fina senda. Su entorno, en los primeros kilómetros estaba tachonado con piedras de todos los tamaños.
Piedra Grande - Primer campamento
A las 9 de la noche, y habiendo ascendido durante la última hora con la luz de las frontales y los gritos ubicadores de Nico, llegamos a nuestra primer meta, Piedra Grande, S24,59.005, O66,17.571 en los 4.152 m. Armamos las carpas e inmediatamente tras una ligera cena nos acostamos a recuperar fuerzas y descanso.
Habíamos demorado 7 largas horas para recorrer los 5,5 Km. que nos separaban de nuestro vehículo, en un desnivel de 855 metros.
No dejamos de admirarla a la mañana siguiente, mientras desayunábamos con mucha tranquilidad. Un rápido picaflor cruzo varias veces sobre nuestras cabezas. Piedra Grande, como su nombre lo indica, es una inmensa piedra, que a ojo calculo en unos 9 metros de altura por unos 20 metros de largo. Se puede vivaquear en huecos que deja la piedra en su parte inferior. Está quebrada en su mitad y en sus oquedades seguramente se cobijaron antiguos habitantes y cazadores.
Desde la parte superior de la piedra Nicolás pudo establecer comunicación con su celular. La vista hacia Cachi estaba totalmente tapada unos quinientos metros abajo, por algodonadas nubes, mientras que hacia nuestro destino brillaba radiante el sol.
Partiríamos a las 11 horas hacia nuestro próximo campamento.
Isla de Piedra - Segundo campamento
No duró mucho el brillo del sol. A medida que continuábamos ascendiendo se comenzó a cubrir todo el cielo. Es muy agradable a pesar de estar sintiendo el peso de la mochila, la sensación que se experimente al atravesar sectores de vegas que son cortadas por hilos de la transparente agua que desciende desde las cumbres del nevado. También, al superar desniveles rocosos, sentir el ruido del agua bajo las piedras. Es la vida que baja desde las cumbres de la montaña, donde anida y desde donde se prodiga. ¡Que mal respeta el hombre a la naturaleza!
Cada tanto, dos o tres piedras blancuzcas superpuestas sobre una mucho mayor, nos daban la indicación del derrotero que teníamos que seguir. Llegamos a un sector de vegas con varios pequeños cauces de agua y grandes piedras, un poco más arriba de Isla Grande, pero ideal para establecer un campamento. La posición S24,57.583, O66,19.366, y la altura 4.770 m. Demoramos casi 6 horas para recorrer los 4 Km. que nos separaban de nuestro primer campamento, en un desnivel de 618 metros. A las 5 de la tarde comenzamos a armar nuestras tiendas. Siguió a ello el infaltable te de la tarde y luego a las 20 horas la cena; y a descansar. Esa noche las nubes, que nos había precedido, descargaron primero agua y más tarde nieve, lo que en algún momento nos hizo temer que si continuara la tormenta nos dificultaría el ascenso. Por suerte al amanecer resplandecía el brillo del sol sobre el nevado entorno y carpas.
Anfiteatro Khun - Tercer campamento
Un buen desayuno nos preparó para el nuevo día. En cada campamento, aparte de dejar la bolsa con la basura comunitaria, que recogeríamos al regresar, dejábamos algo de ropa y de comida. Queríamos aligerar al máximo el peso de nuestra carga.
Nuevamente el valle inferior estaba totalmente cubierto de nubes y hacia el nevado el sol brillaba en las laderas del anfiteatro y en el glaciar de Hoygaard.
Salimos de Isla de Piedra a las 10,45 de la mañana, ascendiendo zonas con grandes rocas, algunas de las cuales al ser pisadas se movían, y transitando solitarias vegas, pero casi siempre con agua a la vista. Era un deleite, tomar sorbos de agua con el cuenco de la mano, en cada lugar que podía. Es el agua más sabrosa que existe. Vimos varias veces chinchillones, que desaparecían lentamente de nuestras miradas. Nico encontró, ante la nerviosa mirada de sus padres que revoloteaban cerca, a dos pichones de un pájaro que llamó Queo y que se mimetizaba con el suelo. Luego de una fotografía los volvió a colocar en su lugar. Llegaríamos donde sería nuestro campamento 3, casi el final del anfiteatro Franz Kün, a las 16,30 horas. Durante ese día, domingo 4 de abril, demoramos 5 y media horas de trabajosa marcha para recorrer sólo 2,6 Km. en un desnivel de 486 metros. Nuestra posición era S24,57.205, O66,20.798, en los 5.256 m de altura.
Cuarto campamento en la base del glaciar del Hoyggard
Sabiendo que sería corto el recorrido del día, pero de mucha exigencia porque teníamos que superar desde donde nos encontrábamos un empinado desnivel hasta el último campamento. Lo haríamos sobre el borde superior final del anfiteatro. Salimos a las 11,15, tras haber dejado toda carga que consideramos no necesitaríamos. Ascendimos primero suavemente unos 150 metros, tras transitar 500 metros de distancia, y nos encontramos frente a una canaleta, con fuerte pendiente, de poco más de 150 metros de altura, que nos colocaría a los 5.555 metros, fuera ya del anfiteatro. Este último esfuerzo nos tomó 1,45 hs. A partir de allí, después de 40 minutos más, llegamos casi a las 15 horas donde sería nuestro último campamento S24,57.173, O66,21.336, en los 5.615 m. Habíamos tardado poco más de 3 horas y media para recorrer sólo 1,2 Km. que incluían una muy fuerte pendiente, en un desnivel total de 360 metros.
Mirando hacia nuestro objetivo, pude observar que el glaciar que unos 600 metros más adelante se recuesta sobre la pared sur del Hoygaard, se encuentra totalmente formado por penitentes. Se nos deshacen poco a poco lo que antes llamábamos “nieves eternas”. Mañana pasaríamos cerca de él.

El clima era excelente y el sol brillaba por doquier. El estado de ánimo general óptimo y se manifestó durante el te de la tarde y las conversaciones grupales en la carpa más grande. A las 20 horas la cena, y luego nos pusimos a dormir. A esta altura es inevitable no despertarse varias veces durante la noche, pero pronto volvíamos a dormitar al saber que nos deberíamos despertar a las 5 de la mañana para iniciar a las 6 el ascenso. A las 5 horas rompieron el silencio estrellado de la noche varios gritos indicando que había que levantarse. Iniciamos la ceremonia del desayuno y comenzamos a ponernos todo el equipo de altura.
En la cumbre del Hoygaard
Salimos, ese martes 6 de abril, puntualmente a las 6 de la mañana, previo a colocar algunas piedras dentro de las carpas y cerrarlas con cuidado. Al comienzo utilizando nuestras linternas frontales y sintiendo frió en los dedos de las manos, muy especialmente en el momento del amanecer, por la elevación de los brazos al bastonear. Con la salida del sol fue más confortable el ascenso, aunque seguía siendo agotador. En cada descanso, el contemplar a muy pocos kilómetros las cúspides adyacentes como el San Miguel y el Meléndez, era sobrecogedor. A las 10 de la mañana ya estábamos todos reunidos en torno a las piedras que marcan junto con una vieja vara, seguramente utilizada muchísimos años atrás como bastón o con vaya a saber que significado, la mayor altura del Hoygaard. La posición S24,56.843, O66,22.280, y la altura de mi GPS 6.213 m.

Habíamos tardado poco más de 3 horas y media para recorrer los 1,8 Km. que nos separaban desde el último campamento, con un desnivel de 600 metros, a la cumbre del Hoygaard. No estaba mal. A unos metros de distancia se alzaba un solitario tubo metálico de poco más de un metro y medio de altura, sujetado por dos tensores, que en algún momento habrá tenido alguna función o sostenido algún artilugio. A un metro del montón de piedras que sujetaban la vara y donde se encontraban los comprobantes, había dibujada sobre el piso con piedras blancuzcas una extraña penta-cruz de casi un metro de ancho, que abre interrogantes sobre quien la había realizado y si tenía o no centenares de años. Lamentablemente si no se tiene cuidado se puede desfigurar al pasar sobre ella. No hay que modificar nada en una cumbre, es especial cuando hay pasado arqueológico.
Festejamos con abrazos la cima, sacamos las consabidas fotos, revisamos los comprobantes de cumbre y añadimos un papel con nuestros datos.
El grupo se dividiría. Nicolás y Micaela continuarían hacia la cumbre principal del Nevado, y yo acompañado por Marcela iríamos al San Miguel de Palermo. Me acordaba de la lectura del libro de Christan donde citaba la existencia en la cumbre del San Miguel de un pircado semicircular en forma de herradura de una altura de unos 0,40 m a unos 0,70 y un diámetro de 1 metro norte-sur y 1,50 este-oeste. Y me interesaba contemplarlo.
Nos separamos, previo coordinar establecer una comunicación por radio cada hora. Resueltamente cada grupo encaró su próxima meta. Mica y Nico continuarían en travesía por arriba de los 6.200 m tras una distancia de 2,6 Km. hasta los 6.380 de la cumbre de El Libertador. Luego de superar largos planchones de nieve, ya blanda, llegaron a la máxima cumbre del nevado a las 13 horas. Tras los festejos dejaron un banderín del su club, el Janajman, que en octubre cumple 25 años de existencia.
Desde la cumbre Nicolás pudo establecer comunicación con su celular. ¡Que paradoja!, desde los mismos sitios, que quinientos años atrás, incas y antes, aymarás, hacían lo mismo al comunicarse quemando leños.
Con Marce descendimos unos 400 metros, en recta dirección al San Miguel de Palermo. Luego deberíamos ascender 170 para llegar a su cumbre. Todo en una distancia de también 2,6 Km. Mientras lo hacíamos vimos dos lejanas siluetas humanas. Procedían del San Miguel y se dirigían hacia nosotros. Nos cruzamos en mitad del solitario trayecto. Eran dos jóvenes, un chileno y un español, que habiendo partido a primera hora habían escalado el San Miguel y ascendían hacia el Hoygaard y el Libertador. Continuamos el empinado ascenso de los últimos 150 m. del San Miguel. Casi a la misma hora, apenas pasadas las 13 horas, coronábamos ambos grupos a sus segundas cumbres del día.
Nuestra posición era S24,56.563, O66,20.797, y la altura de nuestros GPS arrojaban 5.982 metros. Desde la cumbre se apreciaba todo el valle de las Pailas, con sus cauces, sus vegas y sus roquerios. Al final se veía Cachi, y sobre el horizonte, que se mezclaba con el cielo, se advertía el hilo ascendente del camino que comunica Cachi con Salta. El pircado citado en el libro no se podía apreciar como tal, estaba convertido en un montículo donde sobresalía una vieja vara, similar a la de la cumbre anterior, aunque más corta, convertida en cruz al habérsele atado con un arrugado paño que parecía haber sido una bandera, otro pedazo de vara. Junto a él había otro importante montón de piedras. Pero la figura original, mencionada por Vitry era irreconocible. Es una pena y delito no haber respetado y cuidado esa construcción arqueológica, preciosa forma de pircado, que se repite en muchas cumbres de nuestra cordillera. Dejamos comprobante y sacamos fotos y luego comenzamos la bajada, que nos proyecto directo al anfiteatro. Nico y Micaela bajaron por el Hoygaard y desarmaron el campamento 4. Más tarde nos unimos ambos grupos en el abrupto descenso que nos llevaba al lugar del campamento 3 donde pasamos la noche.
Regreso
Al día siguiente iniciamos la caminata de los mas de 12 km que nos separaban de nuestra camioneta. Apenas llegamos, bebimos unas, aún frías, latas de cerveza y poco después ya descansados, improvisamos un picado de pan, jamón serrano y queso ahumado todo regado con una botella de champaña Milenium. Luego el inicio del regreso hacia Salta.
Que pequeño es el mundo, poco después de Cachi, durante una breve parada en una hostería-spa, nos encontraríamos con Cristian que junto con un grupo se dirigía a un trabajo de investigación. Esa noche vendrían las empanadas salteñas y el festejo en el club.

Jaime Suárez

abril de 2010
Ficha de ascenso:
Integrantes de la expedición:
Micaela Pereyra, Marcela Cicchelli, Nicolás Pantaleón y Jaime Suárez.
Cumbres alcanzadas:
Cumbre Hoygaard 6.213 m. S24 56,843 O66 22,279, por todo el grupo.
Cumbre El Libertador 6.380 m. S24 55,920 O66 23,445 (estimado), Micaela Pereyra y Nicolás Pantaleón
Cumbre San Miguel de Palermo, 5.982 m. S24 56,563 O66 20,796, Marcela Cicchelli y Jaime Suárez
Ruta:
Por Las Pailas, o vertiente sueste; se precisa la ruta y los principales puntos en el relato.
Época más adecuada de ascenso:
Prácticamente durante todo el año. Observar nevadas y sus consecuencias.
Dificultad:
Poco difícil, aunque muy exigente por la distancia a caminar y el tramo de ascenso final. Conviene llevar grampones, ya que se presentan glaciares cercanos a las cumbres.
Equipo:
Tienda. Hornillo. Abrigo de Alta Montaña, rompevientos, chaqueta o campera y bolsa de dormir de altura. Guantes y mitones, zapatos. Bastones, gorro, gafas U.V., GPS. Por la ruta de Las Pailas suele abundar el agua durante el ascenso, aunque de noche pueden congelarse los cauces. El día de ataque a cumbre hay que transportarla.
Acceso:
Se accede desde el pueblo de Cachi, al que se llega desde la capital de Salta y desde el sur por la ruta 40 desde Cafayate.
NEVADO DE CACHI - WAYPOINTS
Datum,WGS 84 - GRADOS Y MINUTOS
CACHI,- -25, 6.066,-66,11.068, Pueblo de Cachi 2.454 m
Huaico H -LIKIN, -25, 0.871,-66,15.026, 2-ABR-10, 3.297 m
Rancho JACINTA, -25, 0.316,-66,16.228, 2-ABR-10 3.575 m
Pied GRANDE, -24,59.005,-66,17.571, 3-ABR-10, 4.152 m
4670, -24,57.833,-66,19.033, 3-ABR-10, 4.670 m
4709, -24,57.762,-66,19.174, 3-ABR-10, 4.708 m
ISLA DE PIEDRA, -24,57.583,-66,19.366, 3-ABR-10, 4.770 m
4922, -24,57.508,-66,19.831, 4-ABR-10, 4.921 m
Cascada, -24,57.374,-66,20.079, 4-ABR-10 5.002 m
5073, -24,57.291,-66,20.239, 4-ABR-10, 5.073 m
5172, -24,57.297,-66,20.533, 4-ABR-10 5.172 m
5232, -24,57.171,-66,20.731, 4-ABR-10 5.231 m
Anf. Khun CAMP, -24,57.205,-66,20.798, 4-ABR-10 5.256 m
5411, -24,57.212,-66,21.094, 5-ABR-10, 5.411 m
5464, -24,57.156,-66,21.075, 5-ABR-10 5.464 m
5528, -24,57.109,-66,21.100, 5-ABR-10, 5.527 m
Top 5555, -24,57.089,-66,21.106, 5-ABR-10, 5.555 m
Cam 4 -24,57.173,-66,21.336, 5-ABR-10 5.615 m
HOYGAARD, -24,56.843,-66,22.280, 6-ABR-10, 6.213 m
Al SM, -24,56.560,-66,21.093, 6-ABR-10, 5.850 m
5928, -24,56.605,-66,20.904, 6-ABR-10, 5.928 m
San MiGUEL, -24,56.563,-66,20.797, 6-ABR-10, 5.982 m




Jaime Suárez













22 marzo, 2010

CAMPO DE PIEDRA POMEZ


CAMPO DE PIEDRA PÓMEZ (Catamarca - Rca. Argentina)






Desde Belén, en Catamarca, se continúa por la RN 40 hasta el cruce (El Eje) que sale para Antofagasta de la Sierra y tras unos 8 km. desviamos en Puerta de Corral Quemado hacia Villa Vil, continuamos los 18 kilómetros que nos separaban de Barranca Larga, 26°59´120 y 66°44´314, a los 2.500 metros de altura, y continuaríamos hacia El Peñón.
Pronto, y por un camino ahora asfaltado pasamos por la zona de la Quebrada Peña Fría, donde tomé la posición, 26°44´563 67°04´180 con 3.895 metros. Nuestro camino había rodeado la Laguna Blanca y más adelante apareció una apacheta ubicada a los 3.987 metros en posición 26°44´632 y 67°06´257 previa a la bajada a Laguna Pasto Ventura y luego vimos el Puesto Ventura a 3.890 m (26°41´310 y 67°10´997). Desde hacía ya muchos kilómetros podíamos contemplar preciosas y despreocupadas manadas de vicuñas. El hecho de ser la zona una reserva natural y de estar prohibida su caza, ha permitido un importante aumento de estos camélidos. Es muy agradable poder verlos a la vera del camino. Con rápida trepada recuperamos los metros descendidos y a los casi 4.000 metros estábamos en el Paso Ventura, en la posición 26°40´866 y 67°11´771. Pudimos admirar a más de 100 km. de distancia las partes más altas de los inconfundibles perfiles del San Francisco (6.008 m.) y el Inca Huasi ( 6.638 m) en el Paso de San Francisco. Siguiendo el viaje aparece otra laguna blanca, a los 3.833 metros, en posición 26°38´014 y 67°14´280, y finalmente, accedimos a El Peñón 3.450 m 26°28´547 y 67°15´880. En este sitio pasaríamos la noche.
Nos acomodamos en el nuevo Hotel de Adobe, excelente sitio donde entre otras comodidades cuenta con servicio de comidas, telefónico y wi-fi. Esta población, El Peñón, tiene 300 personas y se pueden adquirir artículos regionales de telar. Luego salimos a recorrer los alrededores y ascendimos en proceso de aclimatación un pequeño cono volcánico cercano. Al día siguiente tras transitar unos 30 km. iríamos al espectacular Campo de Piedra Pómez que se extiende en una distancia de aproximados 35 km de largo. Es conveniente el uso de 4x4 y llevar elementos por si se quedara atascado el vehículo en la arena volcánica. Toma de 2 a 3 horas hacer este inédito recorrido.

Jaime Suárez


CAMPO DE PIEDRA POMEZ



11 diciembre, 2009

SIERRA DEL NEVADO

C° NEVADO, SIERRA DEL NEVADO





SIERRA DEL NEVADO


Cerro Nevado - 3.829 m - Mendoza


ascendido el 6 Diciembre 2009


Por Jaime Suárez


El objetivo
La cúspide del Cerro Nevado, se yergue en la Sierra del Nevado, separada de la cordillera central de Los Andes, al encontrarse a más de 170 kilómetros del límite fronterizo con Chile. Es punto limítrofe entre los departamentos de San Rafael y Malargüe, en Mendoza.
No sólo había contemplado la imponente presencia de la Sierra del Nevado al haberla observado desde la cumbre del Payún Liso, sino que también en muchas ocasiones miré su aislado perfil desde la ruta de San Rafael hasta General Alvear y también transitando hacia Las Leñas o Malargüe. Siempre sobresaliendo entre todo el contorno que la rodea. Impone una manifiesta presencia. Es la clase de montaña que al mirarla uno desea ascenderla. Y como toda montaña emblemática tiene sus leyendas y hasta la muerte de un entrañable montañero que con mucha ilusión coronó sus crestas. Esta solitaria mole tiene en sus alrededores múltiples conos por los 2.000 metros de altura que pululan en una zona volcánica que se manifiesta en su plenitud, unos 100 kilómetros más al sur, en la Payunia.

La expedición
Partimos desde Mendoza, con la deserción de algunos componentes, a las 10 de la mañana, recorriendo la ruta 40 hasta empalmar con la 144, y con nuestro objetivo a la vista, llegamos a la 180 que continuamos sobre asfalto hasta El Nihuil. A partir de allí, y sobre camino de ripio, en la 180 transitamos unos 66 kilómetros y llegamos al ingreso al Puesto San Carlos (S35 36.199 O68 40.252, 1.949 m). En ese punto una huella nos acercaría a nuestra montaña. Un poco más adelante saludamos a Don Maya que está a cargo del puesto San Carlos y continuamos por la huella hasta llegar al Puesto Toscalito, a cargo de Don Juan Rojas (S35 37.711 O68 31.826, 2.405 m.) Estos puestos basan su economía en la crianza de chivos y algo de ganado, y fabrican quesillo. Desde la ruta al puesto habíamos cursado unos 14 Km. Eran casi las 17 horas.

Solicitamos el permiso para ingresar a la zona del cerro y con grata sorpresa, tras una amistosa charla, nos enteramos de que existía un zigzageante sendero, que llegaba hasta la zona de las antenas, sobre los 3.400 metros. En un viejo y tartamudo cartel se podía tratar de leer: CONSTRUC. ACCESO C° EL NEVADO, DIRECC. PROV. DE VIALIDAD. Decidimos continuar por el sendero hasta una mejor altura y establecer el campamento base. Arreglamos con Don Rojas para que nos preparara al día siguiente un chivito asado, al retorno de la cumbre. Montañista amigo, te sugiero hagas lo mismo.

Campamento Base Proseguimos ascendiendo hasta llegar a la altura de los 2.700 m. En un costado de una cerrada curva del sendero, apartados unos metros del mismo, y disfrutando de la vista de la brillosa superficie de la Laguna de Llancanelo, que se extiende sobre los 1.334 metros de altura, armamos nuestro campamento.


Campamento Base, a la llegada al Nevado 2.713 m.
Nuestra posición era S35 36.493 O68 31.625, 2.713 m. Estábamos a unos 55 Km. de distancia y a más de 1.300 metros por arriba, de la laguna Llancanelo. El trecho a la cumbre era de 4,5 Km. y nos empezaron a preocupar unos negros nubarrones que se acumulaban sobre nuestras cabezas. Al anochecer sólo pudimos apreciar, hacia el Oeste, las luces de la ciudad de Malargüe, lamentablemente ninguna estrella brillaba en el oscuro cielo.

Aproximación
Salimos a las 9 de la mañana, con toda la carga en el vehículo, tratando de lograr una mejor altura y aproximación para encarar la cumbre. Previa pinchadura con destrucción de un neumático y colocación de uno de los de repuesto, llegamos al punto en que quedaría la camioneta, S35 35.432 O68 30.010, 3.323 m. Era suficiente, aunque se podría haber continuado un poco más. Carlos, por indisposición, quedaría en la camioneta. Partimos pasados quince minutos de las diez. El vehículo quedo a los 3.323 metros de altura

El desnivel a superar hasta la cumbre era de poco más de 500 m. Colocamos el polar, guantes y el rompevientos en la mochila, junto con agua y comida de marcha y encaramos resueltamente el ascenso. Nos separaban casi 700 metros de distancia hasta la zona de las antenas. El comienzo fue bastante fácil hasta alcanzar las antenas, donde llegamos a las 11,20 horas mientras que una cerrada nube nos comenzaba a rodear. Evidentemente la huella había sido horadada en la montaña para acceder al mantenimiento de repetidoras y antenas varias. Pero ahí terminaba. S35 35.079 O68 29.925, 3.589 m A partir de aquí la nube sólo permitía adivinar un incipiente y ascendente suceder de crestas.

Con todo el abrigo encima, y envueltos en la espesa nube que nos impedía progresar con confianza y poder admirar el paisaje, avanzábamos mirando el punto prefijado de cumbre del GPS. Restaban 950 metros de distancia y 240 metros de desnivel.
A las 12 horas, ya superada la mitad de trayecto, en la posición ASC1 S35 34.926 O68 29.613, 3.714 m. nos detuvimos a descansar unos minutos mientras nos azotaba una fuerte y fina ventisca. Continuamos el ascenso esperando poder superar la nube, parando nuevamente a las 12,30 horas en ASC 2 S35 34.887 O68 29.487, 3.774 m. Faltaban sólo unos 50 metros de altura para la cumbre.

Ya muy cerca de la cumbre...

Redoblamos el esfuerzo a pesar del frío y la escarchilla que tapizaba las piedras y se acumulaba en nuestras caras y ropa y continuamos resueltamente. Minutos después a las 12,50 horas habíamos culminado la última cresta y nos encontrábamos en la parte más alta del cerro. No se podía avanzar más. Buscamos la mayor altura del pequeño sector plano. La cruz de cumbre estaba volcada entre las piedras cumbreras. La colocamos en su lugar asegurándola lo mejor posible.



La cruz de cumbre, que debimos reinstalar y asegurar con piedras

La posición S35 34.834 O68 29.407, y el GPS marcaba 3.829 m. Estábamos en la cima de nuestro objetivo. El imaginado paisaje que pensábamos observar desde la cumbre de nuestra montaña no era posible contemplarlo, ni siquiera las antenas que se agrupan a unos 900 metros de distancia. Prácticamente no nos veíamos nosotros. Sacamos las fotos de rigor y desdeñamos llevar algún alimento a la boca y buscar algún libro de cumbre, ya que arreciaba un fino granizo.
Descenso complicado y regreso a cumbre
Iniciamos con Marcela el descenso, pasadas las 13 horas, inmersos en la ventisca y con muy poca visibilidad. Encaramos el sentido por el que habíamos accedido a la cumbre y fuimos descendiendo poco a poco sorteando crestas y cruzando por delicados pasos donde había que extremar los cuidados por estar mojada y nevada la roca. No se veía prácticamente nada. Consultando el GPS, 180 metros más abajo de la cumbre, apreciamos que estábamos descendiendo por la vertiente sureste, en sentido contrario a los WP de ascenso. En primera instancia no lo creíamos, hasta llegamos a desconfiar del GPS. Caminamos, aún no convencidos, unos metros siguiendo el compás y efectivamente el descenso nos alejaba de la ruta inicial. Debíamos volver a la cumbre, a pesar de las condiciones climáticas. Por la fisonomía del terreno era imposible cortar camino hacia algún WP conocido. A las 15,50 horas, dos horas y media después del inicio del descenso, involuntariamente coronábamos por segunda vez el Nevado. Enigmáticamente, en ese momento, y con nada de visibilidad, la tendencia volvía a ser descender por donde lo hicimos. Pero tiramos el WP de ASC 2 y extremamos al máximo la tendencia del sentido de su ubicación. Veinte metros después de la cruz, un simple filo de fin de cresta, que corre en sentido norte-sur y mide escasos 30 metros, derivaba hacia un rumbo u otro. Ahí estaba la clave. Era imposible apreciarlo con tormenta.




Recién analizando Google se pudo determinar la facilidad de poder confundirse, al regresar, especialmente con tormenta.

Apenas arribamos al WP ASC2 comenzamos a sentirnos más seguros, a pesar de estar inmersos en la nube y ver muy pocos metros adelante. Seguimos descendiendo hasta llegar al siguiente WP y al de las antenas. Pronto apareció la huella y algo más de visibilidad. Eran las 17 horas y ya pudimos ver, unos doscientos cincuenta metros más abajo, nuestra camioneta. Sacudimos la escarcha de nuestras ropas y cincuenta minutos después, junto a Carlos, estábamos arrancando el vehículo.
Regresamos al puesto y mientras Don Rojas comenzaba a asar el chivito, armamos nuestro campamento, al lado de su casa. A las 20 horas, sentados a la mesa, hincábamos el diente en el chivo asado, que acompañamos con una botella de malbec. Sólo teníamos en nuestro estómago el desayuno del día y mucha hambre. Está de más decir que fue una exquisitez gastronómica.



El puestero Juan Rojas cortando el asado chivo


La consiguiente charla con la gente del puesto, luego del almuerzo-cena y escuchar anécdotas y sucesos de esta bella y aislada sierra fue la antesala al merecido descanso que decidimos encarar con el mismo fanatismo que el usado para alcanzar las dos cumbres del día. Uno de los ocho perros del puesto, y no sé bien por que tipo de decisión del grupo canino, se acomodó en forma circular al lado del acceso a la carpa. A mitad de la noche comenzó a caer granizo muy fino que tapaba al animal, quién con mansedumbre no abandonaba su puesto. Durante la noche algún animal que se acercó, motivó algún ronco ladrido, y a la mañana, mientras los puesteros acomodaban tambores de acero para recoger el agua que fluía de los techados, hasta se atrevió a ladrarles. Lógicamente se ganó un buen desayuno.
Ya se imponía el regreso al haber culminado el ascenso al Nevado. Nos despedimos de esta hospitalaria gente y encaramos el retorno.


Jaime Suárez
Diciembre 2009

Trazo de los WP en mapa con curvas de nivel
Cerro NEVADO 3.829 msnm - SIERRA DEL NEVADO - MENDOZA

Datum, WGS 84

A Puesto S CAR. S35,36.100, O68,40.252, 1949 m
Pto Rojas S35,37.711, O68,31.826, 2405 m
CPto Base S35,36.493, O68,31.625, 2713 m
Camioneta S35,35.432, O68,30.011, 3323 m
Antenas S35,35.080, O68,29.925, 3589 m
ASC 1 S35,34.926, O68,29.613, 3714 m
ASC 2 S35,34.888, O68,29.488, 3774 m
C° NEVADO S35,34.834, O68,29.407, 3829 m




FICHA DE ASCENSO

Cumbre alcanzada:
Principal cumbre de la Sierra del Nevado. Posición S 35°34´834 y O 68°29´407.
Altitud
Figura en algunos mapas de Mendoza con 3.810 m sobre el nivel del mar. Estimada en cumbre por GPS 3.829 m.
Ruta
Por la vertiente suroeste.
Integrantes de la expedición:
Marcela Cicchelli, Carlos Gómez, Jaime Suárez.

Ubicación
Al sur de Mendoza, a unos 100 kilómetros al Este de Malargüe. En ese mismo sentido, entre ambos puntos se encuentra la Laguna de Llancanelo. Hacia el Noreste, y también a casi 100 Km. se encuentra la ciudad de General Alvear. Hacia el Norte, el Embalse de El Nihuil está a 60 kilómetros.
Época más adecuada de ascenso:
Prácticamente todo el año con mayor cuidado en invierno en que alguna nevada puede aislar la zona.
Dificultad
Fácil, a excepción de los últimos 240 metros de desnivel, desde la zona de las antenas a la cumbre principal de la sierra, casi 1 Km. de distancia. Existen pasos que requieren cuidado, en especial durante tormentas y nevadas. El retorno desde la cumbre, en situaciones extremas, requiere precaución.
Equipo
Tienda. Abrigo de alta montaña. Rompevientos, chaqueta o campera y bolsa de dormir de altura. Guantes y mitones, zapatos, ya que a pesar de que no es mucha la altura de esta montaña, se puede pasar frío. Bastones, gorro, gafas U.V., GPS. Llevar agua, no hay en la zona.
Acceso
Desde Mendoza se puede acceder por la ruta 40, pasando 25 de Mayo y empalmando la ruta 180 hasta el Embalse Nihuil. Desde la Villa El Nihuil, por la misma ruta, con camino consolidado y tras unos 66 kilómetros se llega al punto Acceso a Puesto San Carlos. Se explican más detalles en relato. Viniendo desde General Alvear, averiguar estado de la ruta l84 o continuar hasta San Rafael y hacer el acceso por la 40.

Jaime Suárez


23 noviembre, 2009

NO QUIERO MINERAS ANUNCIANDO EN MI PAGINA

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...


Algunos polìticos hacen lo que se les da la gana,  no lo que la gente defiende o quiere. Sin razonar que sus descendientes sufrirán las consecuencias, más pronto de lo que se cree. Lo del agua no es joda. Sólo podemos castigarlos por ahora no votándolos nunca más.
Intentaran a toda costa ser presidenciables, no los deje.










NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...,

Ni directa, ni indirectamente.
Repudie su mal accionar.

Soy absolutamente contrario a la destrucción sistemática del medioambiente y los ecosistemas de montaña.
Tienen mucho dinero para destruir sitios que creen lejos de sus oficinas, como si las consecuencias no los fueran a afectar.
También a los que talan árboles y destruyen monte y maleza, y a los organismos (en este caso la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Provincia de Mendoza y la Municipalidad de Godoy Cruz) que con altísima eficiencia cortan arboles y no los replantan - ver Serrucho fácil -
http://jaimesuarezgonzalez.blogspot.com/search/label/Serrucho%20Fácil


17 septiembre, 2009

VALLECITOS

Cordón del Plata



                                       Cordón del Plata (Vallecitos)











VALLECITOS, CORDÓN DEL PLATA, Cumbres varias

(en ajustes)





El cordón de El Plata desde la ruta 7, antes de Potrerillos, Mendoza



El Cordón del Plata, donde se encuentra Vallecitos, a 80 km de la ciudad de Mendoza, se extiende paralelo a la Cordillera de Los Andes por unos 60 kilómetros. No pertenece a la cordillera central ni a la precordillera, siendo de una más reciente formación geológica, que se manifiesta en los espigados perfiles de sus principales cumbres, que concentradamente, por unos 25 kilómetros, sobresalen con alturas que van desde los 4.000 a los 6.000 metros. La variedad de cumbres, cercanas entre si y con variados niveles, unido a la existencia de refugios y abundante agua, permiten lograr que un novel andinista desarrolle paulatinamente su aprendizaje y aclimatación. Ello convierte a este cordón en una estupenda escuela de alta montaña, siendo corolario de las actividades el ascenso a su máxima altura, El Plata (6.000 m), cuyo perfil majestuosamente se yergue en la distancia a la vista de la ciudad de Mendoza. El Plata es también una meta casi obligada, como antesala para un ascenso al Aconcagua. Coronarlo permite, en algún aspecto, proyectar una tendencia positiva hacia el logro de la principal cumbre de América.





Principales cumbres del Cordón del Plata












Cerros, El Plata, Vallecitos, y Rincón (con ventisca), desde el pueblo de Potrerillos, Mendoza






El Cordón del Plata desde el nuevo pueblo de Potrerillos




EL PLATA

EL PLATA - Vallecitos

Todo cambia en el constante devenir de la vida. Cambió la altura de esta montaña. Cuando la subí, en enero de 1986, tenía 6.310 metros de altura, medida esencialmente con los viejos altímetros Thommen que manejábamos en el Club Andinista Mendoza. Y cambió el uso de ésos, entonces admirados altímetros, con la aparición del fantástico posicionador satelital o GPS, que tan bien nos ubica en cualquier sitio y altura de la cordillera. Pero con la salvedad que este artilugio nos hizo retroceder en más de 300 metros la altura de esta montaña, que ahora y con dificultad roza los casi 6.000 metros.
No había regresado a sus faldeos desde hacía 24 años. Lamentablemente con pocos días y con una molesta situación climática que impediría a nuestro grupo concretar su ascenso.
Pude contemplar con tristeza como han desaparecido masas de hielo y como se aprecian grietas abiertas, exhibiendo su base glaciar, en las morrenas adyacentes a la zona del Salto.
No hay ya límite de maniobra. ¡Cuidemos el agua! ¡Evitemos el accionar de la minería química! y juzguemos a los funcionarios que obtienen ingresos de las mineras, cualquiera sea el destino que le den a ellos. No hay marcha atrás en este proceso y forma parte todo esto de otro cambio, que lamentablemente no es para bien, especialmente para nuestros descendientes.

El 24 de enero de 1986, junto con Mauricio Marquez y Susana Céspedes, luego de haber accedido el día anterior, en Vallecitos, al Refugio San Bernardo, hicimos un primer campamento en Las Veguitas.
Iba a probar una excelente prenda, una parka rellena con Thinsulate, que luego también usaría en el Aconcagua en tres ocasiones más. Este producto, por su poco espesor y gran poder de aislamiento, remplazaba a la perfección, y con ventajas, a la pluma de ganso.
Al día siguiente avanzamos hasta un poco más arriba de El Salto; habiendo atravesado previamente varios manchones de glaciar, que hoy no existen. Desde ahí partiríamos el día siguiente, a las cinco de la mañana, para intentar la cumbre.
Luego de una dura travesía, dificultada por un fuerte y constante viento, llegamos a la cumbre a la una de la tarde. Dejamos nuestro comprobante, y retiramos el de la expedición anterior. Para nuestra sorpresa apareció en la lata de pelotas de tenis que guardaba los comprobantes de cumbre, un bello rosario de cuentas, que le había regalado (más tarde nos enteramos) Lanza del Vasto a Don Vicente Chicchitti. Este murió pocas horas después de regresar de esta cumbre. Pero es otra historia, de las tantas que hay en nuestra cordillera, que ya contaré
Veinticuatro años después, entre tormenta y recuerdos, y no dejando de preocuparme por ver varios cauces secos, se inició el camino de regreso.

Jaime Suárez

WP CERRO EL PLATA

Datum,WGS 84

1 Camioneta, -32,58.696, -69,21.565, 2930,m

2 Veguita, -32,58.550, -9,22.252, 3232,m

3 Piedra Grande, -32,58.879, -69,23.344, 3547,m

4 El Salto, -32,58.768, -69,24.890, 4300,m

5 Shangri La, -32,58.824, -69,24.997,

6 La Hoyada, -32,59.437, -69,25.600,

7 PORT L. AMARILLAS, -32,59.744, -69,25.864, 4860,m

8 EL PLATA, -33, 0.939, -69,27.281, (ajustar) 5950,m











El Plata; al fondo el Aconcagua y el Cordón de la Jaula






El Plata, 6.000 m, cumbre enero 1986





Cumbre de El Plata y al fondo en la distancia el Tupungato





VALLECITOS

C° VALLECITOS






Vista del Vallecitos durante el inicio del ascenso



El Salto (foto M. Cicchelli)







Tramo final hacia la cumbre desde el portezuelo Plata-Lomas Amarillas











RINCON






Cerro Rincón (al fondo, al medio), poco antes de El Salto, Potrerillos, Mendoza







Tuti; Celina, Jaime y Karina - Cumbre Rincón, 1985.
atrás el cerroVallecitos, al fondo cumbre de El Plata, 6.000 m






FRANKE





El Franke desde Manantiales, en Potrerillos





Franke, Lomas Amarillas y Vallecitos, desde Las Veguitas






En la cumbre del Franke








Regresando en el sector de cumbre








SAN BERNARDO







El San Bernardo desde las veguitas






Cumbre del San Bernardo




LA CADENITA




Vista de Manantiales-El Salto, Potrerillos y el dique, desde la cumbre del Lomas Blancas




LAS VEGUITAS


Panorama, desde donde queda el vehículo, hacia Las Veguitas...




Ascenso hacia Las Veguitas






Vallecitos, vista general desde Las Veguitas

(foto antigua, observar los cauces que descienden)




Casi la misma foto, noviembre 2009, los cauces de la foto anterior no tienen agua.




ZONA REFUGIOS

Jaime Suárez


Vallecitos, refugio de la UNCuyo










No bote basura en la montaña





LAGUNA DEL PLATITA

LAGUNA DEL PLATA



Por Jaime Suárez



El Cordón del Plata, en Mendoza, florece orgullosamente con sus principales cumbres por unos 25 kilómetros, en el cielo azul y las montañas de la precordillera. Pero es mucho más largo. Nace, al sur, en la zona del portezuelo de Santa Clara y extiende su recorrido, paralelo a la cordillera, por más de 60 kilómetros hasta terminar en la cuenta del Río Mendoza.
Hacía años que conocía de la existencia de una laguna, denominada “Laguna del Plata” ubicada en la base del Cerro Negro, y detrás del Platita, en las cercanías de la pared sudeste de El Plata. Éste con sus 6.000 metros es la montaña más alta del cordón e impone su nombre al sistema, incluida la laguna. Esta laguna es tal vez la única del sistema y por su altitud y muy dificultosa observación, es muy poco conocida y difícil de encontrar.
Todo esto alimentaba la leyenda sobre este espejo de agua de deshielo, que quería conocer. Compartía estas inquietudes con mi hermano Enrique y mi amigo Alberto Castillo quién tenía amistad con Alejandro Maselli, administrador del puesto “Las Lajas” y de la propiedad donde se encuentra la laguna. Aprovechando la oportunidad para una expedición, organizamos entre todos una cabalgata, que para Alejandro sería posterior oferta turística.
Partimos desde Mendoza un viernes a la noche y previo paso por Potrerillos, dormimos en zona turística de Las Vegas, a los 2.050 metros, en la casa de Alberto. Al día siguiente debíamos estar a las 7 de la mañana en el Puesto Las Lajas. Llegamos puntualmente tras 4 kilómetros de marcha en camioneta. La posición es S33°02´487 O69°19´251 a los 2.385 m. Alejandro con su gente, estaba reuniendo los caballos bajo una incipiente luz naranja que se empezaba a asomar entre los picos que nos rodeaban.

Puesto Las Lajas, a los 2.385 m, Cordón del Plata, Mendoza


A las 9 de la mañana abandonábamos el puesto nueve jinetes, dos mulas cargueras y tres perros que ni a sol ni sombra se separarían de nosotros en toda la aventura.
Cruzamos el Arroyo de las Mulas y dos kilómetros y medio más adelante nos detuvimos a apreciar “los morteritos”.

Los morteros, en la zona de "Los Morteritos"



Son tres morteros, horadados en una piedra grande, un poco más alta del nivel del suelo, que fueron utilizados por los indios de esa zona para machacar especias y semillas. Seguramente un asentamiento de cierta importancia.

Continuamos nuestra marcha acomodando poco a poco y paso a paso nuestro cuerpo a la silla y a marcha de los caballos. Pasamos la zona de las Vegas a los 2.773 m. Un kilómetro más de marcha nos posicionó en los 3.000 metros de altura donde les dimos un pequeño descanso a los animales. S33°02´392 O69°21´750.

Vista durante el ascenso de Las Vegas, y el dique de Potrerillos


En los 3.500 metros ya se notaban dificultades al transitar algunos pasos en las laderas y penachos, con largos e inclinados desniveles que terminan en el arroyo Las Mulas. Otro cresteo nos colocó en un abra a los 3.670 metros. Desde ahí nos esperaban dos largos e inclinados acarreos, en el último de los cuales debimos descender de los caballos, y tirarlos de las riendas.


Transitando acarreos que caen 300 metros más abajo al arroyo de Las Mulas

No había huella alguna y nos rodeaban nubes. Llegamos a la subida final a la laguna, las nubes quedaron por debajo, a los 3.922 metros de altura, S33°03´549 O69°23´552.

Un cauce de agua que caía desde lo alto dividía en dos peculiares colores la inclinada faz a ascender. Un tono marrón claro en la mitad este, que se proyectaba hasta la cumbre del Platita y el otro tono plomizo, en la mitad oeste, que ascendía hacia el Negro. Seguramente aprovechó la laguna una falla geológica para filtrar y formar este arroyo.

El ascenso final a la Laguna del Plata


Nos separaban unos 160 metros por esta empinada y pedregosa ladera bicolor hasta llegar a la parte superior en que debía encontrarse la laguna. Los caballos no aguantaban nuestro peso y el esfuerzo. Consideremos que estábamos cerca de los 4.000 metros y llevaban más de 5 horas de marcha. Convinimos desmontar e irlos jalando de las riendas. Lo que supusimos sería una cabalgata se había convertido en una expedición de montaña, lo que no dejaba de alegrarme. Comenzamos con cortos zig-zag ganando poco a poco cada metro que nos separaba del collado superior. Cada vez que parábamos a descansar debíamos tirar de las riendas con la fuerza suficiente para convencer al animal que siguiera subiendo.

Poco a poco ascendimos hasta el portezuelo Platita-Cerro Negro. La altura era 4.082 metros, la posición S33°03´826 O69°24´046. ¡No debíamos subir más! Ante nosotros apareció un valle bastante plano donde a unos 500 metros de distancia, al final del mismo, se podía divisar la laguna, cuyo espejo se cortaba entre el cielo y las nubes. Pudimos subir nuevamente a los caballos en la planicie. Los equinos agilizaron el paso ya que la planicie descendía suavemente y muy pronto pudimos tocar con las manos el agua de la laguna.

Laguna del Plata
A las 14,30 y luego de haber demorado seis horas y media para cubrir los 9 Km que nos separaban del puesto Las Lajas habíamos llegado. La altura 4.071 metros y la posición S33°03´735 O69°24´348.

Laguna del Plata

Toda la planicie transitada y en la cual se encuentra la laguna, parece ser una morrena que tapa un inmenso glaciar que nivela sobre los 4.000 metros la unión de la ladera marrón claro del Platita con la de color plomizo del Cerro Negro.

Laguna del Plata


Había lugares en los que la pisada de nuestros caballos dejaba una huella que pronto se llenaba de agua. También observamos que grandes piedras se habían semienterrado adoquinando grandes sectores de la superficie.

La filtración de este glaciar forma las nacientes del Arroyo de las Mulas. Ya no se puede hablar más de “nieves eternas”. No dejó de preocuparme lo que pasará el día que se agoten esas reservas de “oro blanco”. El retroceso de los glaciares y la forma en que se agrietan y menguan las morrenas es muy notoria. Todos debemos preocuparnos más sobre este tema.

La laguna mide en su parte más larga unos 250 metros con un ancho de aproximadamente 180 metros. No hacía frío y curiosamente las nubes se formaban y disipaban muy rauda y rápidamente. Sacamos las monturas a los caballos para que descansaran un poco y luego, recostados en las piedras y mirando la laguna, engullimos una comida liviana de pan con queso y salame.

Se imponía el regreso y encarar con cuidado la bajada de la planicie de la laguna y luego cruzar los acarreos de las empinadas laderas hasta llegar al campamento donde pasaríamos la noche.


Campamento al regreso


Llegamos a la zona del Pozo del Alumbre, luego de bajar 1.000 metros de desnivel y en la verde vega armamos el campamento ya con las primeras sombras del atardecer. Estábamos cansados y recién al día siguiente, previo un peculiar desayuno compuesto por un exquisito asado, emprenderíamos el retorno hasta el puesto.

Enrique, Alberto y Jaime, luego del asado vendria el retorno


Jaime Suárez
Noviembre de 2004