INTRODUCCION
"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford
Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.
Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com
NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...
Si le es útil la información de este blog, no deje de teclear en su publicidad, ayudará a mantenerlo; toma tiempo y casi nunca se recibe un "gracias"
29 agosto, 2009
EL MONTAÑERO Y EL DUENDE
EL MONTAÑERO Y EL DUENDE DE LA MONTAÑA
Por Jaime Suárez
La montaña tiene un Duende,
un Duende que está en todas las cumbres,
lo más cerca posible de Dios
y lo más lejos que puede de los hombres...
DE JOVEN, EN LA MONTAÑA...
Mientras ascendía,
dosificando el esfuerzo;
mientras paraba,
controlando el cansancio;
sentía los rayos del sol,
sobre mi cuerpo
y una suave brisa
que acariciaba mi rostro...
Abajo el valle brillaba
y arriba las crestas
llamaban.
El sol, Y el viento,
el valle y las cumbres
irradiaban una majestuosa paz,
que imposible de explicar,
recibía...
constante y continua,
pura y eterna,
y se mezclaba con mi soledad.
Luego, llegué...
Sentado en la piedra más alta
estaba el duende de la cumbre.
Al recibirme preguntó:
-¿A qué vienes?
Le contesté:
- A estar más cerca de Dios,
y a tratar de hablar con él....
Me respondió:
- ¡Por que no aprovechaste!,
subió acompañándote,
cuando llegaron se marchó...
¿En qué pensabas..?
Jaime Suárez
Andinista - (2006)
UNA VEZ MÁS...
Una vez más emprendía
coronar una cumbre,
cuyo perfil tenía en mi mente
desde tiempo atrás.
Una vez más,
al pie de la montaña...
una vez más le pedía
al duende de la montaña
permiso para acceder a ella.
Una vez más iniciaba
el paso a paso,
pidiendo el apoyo
de mis muertos y mis vivos.
Una vez más
pasaban las horas,
mientras ensimismado
en mis pensamientos
y bebiendo cántaros
de luces y paisajes,
llegaba al fin
de la agotadora jornada.
Una vez más la vista
de millones de estrellas
estallaba en mis ojos
antes que mis párpados
se plegaran al sueño.
Una vez más
con el milagro
de un nuevo amanecer
y la tibieza del sol
sobre mi cuerpo,
reiniciaba mi tarea.
Mientras ascendía,
ya en confianza
y reconociéndonos,
una vez más,
pude dialogar
con el duende de la montaña.
Él me hablaba
de personas,
de historias y desventuras
de tiempos pasados y lejanos,
en su dominio.
Yo le hablaba
del mundo
que quedaba abajo.
Y así pasaban las horas
hasta que nuevamente
una brillante alfombra de estrellas
volvía a cubrir
el ocaso del sol.
Una vez más,
al siguiente amanecer,
al proseguir el diálogo,
no podía evitar
acariciar la compañía
del espíritu de la montaña.
Una vez más,
me acompañó,
hasta llegar a la cumbre
y se emocionó con mi emoción.
Y conjuntamente
disfrutamos emociones
hombre y duende.
Una vez más
lo sentí materializarse
en alguna que otra lágrima
que brotó de mis ojos.
Y por primera vez,
le escuché esta pregunta:
-Te suelo ver en las cumbres,
¿cuéntame que sientes en ésta?
-Una vez más siento frío...
Me respondió:
-No es mi frío,
es tu soledad...
-Una vez más,
siento cansancio.
Me contestó:
- No es tu cansancio,
es tu falta de ilusión...
-Pero una vez más,
siento que Dios existe...
Y me dijo
“No ha sido en vano acompañarte...
Vuelve a visitarme;
estaré en cualquier cima.”
Agradecí mientras comprendía
que debía iniciar el descenso
y que bajaría solo,
pero pensando
en la conversación de cumbre.
El duende de la montaña
quedaría en su cúspide,
y tal vez en su espiritualidad
cavilando sobre los mortales
que desde
la dimensión de las emociones,
hollábamos su reino.
Jaime Suárez
Andinista - 2007
DE HOMBRE, EN LA CUMBRE
La montaña...
Verla de lejos,
es ansiarla.
Contemplarla,
es gozarla.
Estar inmerso en ella,
es sacralizarla.
Otra vez la coronaba,
mientras
caía el atardecer,
lentamente
sobre mí,
absorbiendo luz,
imponiendo oscuridad,
y robando pensamientos...,
Un fugaz sobresalto
me hizo presentir
una compañía...
-¿Sigues viniendo?
Tenía a mi lado,
sobre una piedra,
al duende de la montaña...
Alcancé a responder:
-¡ Sí, y me has visto mucho;
y me ves...,
pero algún día,
sólo me verás de lejos...!
-Ése día aún no te ha llegado
y el ayer no existe más...
¡Ambos sentidos no existen...!
Me alegro que hoy estés...
- Yo me alegro que tu sentido,
sea el momento...
¡qué absurdo para un inmortal..!
-No, no lo es.
El presente es la puerta que nos une,
pero cuando ambicionas,
desaparece.
Estoy porque
dejaste de pensar
y comenzaste a ver...
Otra vez más, pudimos hablar...
de cuando el paisaje era venerado
y los montes, valles, ríos,
y animales, eran sagrados.
Que la tierra es un ser vivo,
e incomprensible para la razón,
porque la realidad
no es razonable...
Porque el siempre
es simplemente el ahora,
y lo que nunca se acaba,
es el presente.
Teníamos ambos,
el momento a momento.
No teníamos
absolutamente,
ninguno de los dos,
nada premeditado.
Jaime Suárez
Andinista
El Cóndor – Enero 2008
DE VIEJO EN LA MONTAÑA
Una vez más,
y años después...,
ya no para emprender una cumbre,
sino tal vez,
para recordar y remozar
perfiles y emociones
que desde siempre
tenía en mi mente,
estaba...
al pie de la montaña.
Una vez más
iniciaba el paso a paso,
sólo que ahora,
cansinamente,
con torpeza,
dirigiéndome
en pos de la montaña,
lo más allá que pudiese,
no ya pidiendo el apoyo
de mis muertos y mis vivos,
sino que sintiéndolo
profundamente.
Estaba en el punto,
en que solicitaba
al duende de la montaña
como siempre hacía,
permiso para acceder.
Pero en esta circunstancia
no la subiría,
sólo quería,...
despedirme de ella.
Y escuché su voz:
- ¡Extrañaba nuestros encuentros!
¡Te veo abajo y no subirás!,
Advierto que llegó el momento...
¡Cuéntame qué sientes!
Le dije:
- Una vez más siento frío...
Me respondió:
- No es mi frío,...
ahora son tus recuerdos.
- Una vez más, siento cansancio.
Me contestó:
- No es tu cansancio,...
ahora son tus emociones.
Y contesté:
-Pero más que nunca siento
que Dios existe...
Y me dijo:
Has perdido lo individual,
casi somos uno.
Todos quieren
coronar la cumbre,
sin saber
que la mayor emoción
es ascenderla.
Has descubierto
más que el límite
de lo que tus ojos
han visto...
¡Has entendido,...
lo que ya sabes!
Y concluyó gravemente:
-Viejo amigo,
¡ simplemente llámame...!
yo estaré...
no sólo en las cimas,
también junto a ti,
donde sea te encuentres...
Hubo lágrimas
en un rostro,
un brillo etéreo
en el otro,
y ninguna despedida.
Pronto...
acompañando el atardecer,
comenzó el inicio
del último retorno,
pero por fin...
menos solo
Jaime Suárez
Andinista
Etiquetas:
POEMAS DE MONTAÑA
20 mayo, 2009
INTRODUCCION
INTRODUCCIÓN
Montañista amigo
Con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible.
¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER.
Durante años fui informando de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he juntado en este blog.
Espero te sirvan mis relatos...
Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com
jaime suarez
ASCENSOS A MONTAÑAS DE ALTURA
Por Jaime Suárez
Andinismo y Expediciones
Argentina es un país privilegiado al tener la mayoría de las más altas montañas de Occidente dentro de sus fronteras, con maravillosos y semi-vírgenes entornos naturales que son la admiración de los montañistas que nos visitan de otros países del mundo con el propósito de coronarlas. A pesar de ello, el número de personas que desarrollan en nuestro país esta actividad no es muy numeroso, debiendo intensificarse el interés hacia la montaña.
Estamos en la cumbre de una alta montaña. Según la altura en que nos encontremos podemos adivinar en los confines del horizonte como éste se redondea. Incluso desde algunos lugares, apreciar la línea del Océano Pacífico. La vista es totalmente tridimensional, no sólo hay imagen hacia el azul cielo sino que también debajo de nuestros talones, donde centenares de picos forman un manto alfombrado. Por la mente de cada uno de los andinistas cruzan emociones inenarrables y bastante difíciles de explicar. Cada persona es un mundo. A algunos les brotan lágrimas, otros experimentan júbilo por haber superado esa meta que puede no estar en la altura alcanzada sino que en su interior, mientras algunos conversan íntimamente con seres queridos que a veces ya no están en este mundo. Es imposible allí no creer en Dios.
Pero la montaña, y las actividades que en ella se practican, entrañan riesgos específicos y técnicas que es imprescindible conocer para poder con razonables garantías de éxito hacer frente a la ascensión y disfrutar de ella.
Trataré de ser práctico y sencillo sugiriendo la forma elemental de los pasos a seguir para ascender las cumbres de altura con que cuenta nuestro país. Por supuesto que lo que indicaré es enunciativo y no taxativo y dependerá de las experiencias del grupo o los individuos que lo integran las modalidades que se apliquen.
Hay por suerte ahora mucha bibliografía y notas sobre temas de montaña, también en Internet, donde el lector interesado podrá ampliar sus conocimientos e interrogantes, pero a la hora de encarar la aventura deberá conocer perfectamente, como método de trabajo, primero a sí mismo y luego los conocimientos prácticos esenciales. La inexperiencia, el desconocimiento, la improvisación y la temeridad son factores que contribuyen a accidentes y al fracaso de una expedición. Es necesario superarlas con capacitación, entrenamiento, y la compañía de gente experimentada, o de un guía o monitor haciendo paulatina y previamente cumbres de menor altura.
Mientras vamos ascendiendo, llevando a cuestas la mochila, barba de días y varias horas de marcha, más de uno solemos internamente preguntamos ¿Qué hace una persona como yo en un lugar como éste?...¡Pudiendo estar cómodamente instalado en el sillón de mi oficina! Aunque, ante la magnificencia de la montaña, esa pregunta desaparece tan fugazmente como se había presentado. Pero también nace la misma pregunta en el llano, cuando estamos inmersos en la actividad rutinaria, carente de emociones y por unos instantes se fijan en nuestra mente rápidas imágenes de expediciones realizadas y se experimenta añoranza y la necesidad de repetirlas.
Toda la expedición tiene en sí misma vida propia, que se siente en todos sus momentos, sean estos pequeños o grandes, agradables o desagradables e incluso también si equivocamos la ruta o no se llega a la cumbre. Pero en una expedición debe prevalecer la necesidad común, la gloria personal no existe ya que se obtienen solamente metas con trabajo de equipo.
Aunque una expedición nace tanto en una reunión de andinistas, en un club, o en cualquier sitio por más inverosímil que este sea, el pleno éxito depende de la cuidadosa planeación y planificación de la misma. Es en sí una verdadera empresa, casi con métodos similares a establecer objetivos y pronósticos y el cumplimiento de los mismos con sus etapas y escalas, de una actividad comercial compleja.
Para organizar una expedición primero deberá determinar, en base a la experiencia y conocimiento adquirido, sus límites y el de sus acompañantes. Luego obtener un mapa de la zona donde se encuentra la montaña elegida. En el Instituto Geográfico Militar hay excelentes cartas en la escala 1:250.000 con equidistancias de 200 metros. Aprenda a conversar con su mapa estudiando sus accidentes y el posible recorrido, no tema preguntar a quien sepa más o a algún experto en geografía. Ubique la posición de su montaña y averigüe todo lo que pueda sobre ella –informes de expediciones anteriores, tiempos, campamentos, etc. -. Trate de utilizar el maravilloso artilugio que es el GPS, que se puede emplear magníficamente durante el viaje y en la aproximación, determinando hasta dónde podrá acceder en vehículo y allí poder establecer un Campamento Base y desde ese sitio los campamentos que necesitará para la distancia - la que no es muy conveniente evaluar en kilómetros, sino que en horas de marcha - y altura que restan hasta la cumbre.
Tenga en cuenta la importante necesidad de obtener aclimatación, la que necesita tiempo, y que se consigue considerando la altura en que se encuentra, las horas de marcha, la altura a ascender - tratando de no superar los 600/700 metros por día -, y el organismo de cada integrante. Recordando que la planificación y la planeación deben realizarse pensando en todos los miembros del grupo. A medida que se desarrolle la marcha - lo ideal es caminar de 4 a 6 horas por día, haciendo muy pequeños descansos cada 50 minutos u hora -, marque en el GPS los puntos relevantes de la misma y los campamentos, nominando y volcando las posiciones al mapa y evaluando los resultados.
Esto es ideal realizarlo luego de armar la carpa, tras del té o previo a la cena, para determinar con tranquilidad la etapa del día siguiente y el logro del día.
Para montañas de más de 6.000 metros de altura es normal acceder en vehículo 4x4 hasta campamentos base ubicados entre los 3.000 y 4.000 metros. Con suerte nuestro objetivo podrá encontrarse de unos 10 a 20 kilómetros, pero también podemos llegar a tenerlo en distancias que a veces superan los 40 kilómetros y más. Es conveniente considerar aquí el alquiler de mulas que nos trasladen la carga. Si el grupo es experimentado no tendrá problemas con uno o dos días de descanso antes del inicio de la marcha. Pero si participan en él montañistas que desde hace varios meses no han estado a esas cotas, es necesario para ellos una previa aclimatación en altura antes de la salida de la expedición o llegar varios días antes al lugar. A partir de allí se irá aplicando lo que se cumpla primero, las horas de marcha - de 4 a 6, que inicialmente pueden representar de 10 a 15 kilómetros, o el desnivel en metros desde los 600 a 700 indicados. Considerando que a medida que se asciende, con la mochila sobre la espalda, se achican las distancias hacia la cumbre pero se incrementa, con la altura, el tiempo en recorrerlas.
Suponiendo que se parte de los 4.000 metros, establecer otro día de descanso al llegar a los 4.600/4.700 resulta beneficioso para la aclimatación. El próximo campamento podría ser a los 5.200/5.300 y el siguiente a los 5.800/5.900. Aquí dormir no es placentero casi para nadie, produciéndose inclusive algunos dolores de cabeza, dependiendo esto entre otras cosas de la aclimatación obtenida, el régimen de alimentación que se tenga, y otros factores que analizaremos en artículos posteriores. Desde este último campamento se inicia el acceso a la cumbre. La carga de la mochila queda dentro de las carpas armadas que esperarán el regreso. Bien abrigados, más livianos y con un poco de agua, alguna naranja o caramelos y unas frutas secas, ascendiendo a un promedio de unos 100 metros por hora, en el tiempo determinado por la altura de la cumbre que queramos coronar, se llegará a ella. Nadie estará exento del cansancio, pero tampoco de disfrutar las emociones que la cima brinda.
Algunos consejos:
-Planifique la expedición dentro de un plan definido y detallado.
-Prevea eventuales dificultades.
-No debería estar integrado el grupo por menos de 3 personas.
-Analice el recorrido y los campamentos, evalúe los tiempos, y compare (si las hay) experiencias de otras expediciones.
-Trate previamente de obtener posiciones de GPS.
-Informe sus itinerarios y tiempos a conocidos y amigos y si es posible reporte al puesto más cercano al lugar de Gendarmería. Deje un informe en su club.
-Infórmese de las condiciones climatológicas de la zona y de las mejores fechas para la ascensión. Aprenda a conocer las fases lunares y sus incidencias. No ascienda si se presentan fuertes vientos, tormentas, ventiscas, nevadas o tormentas. El mal tiempo en la montaña es peligroso y una de las mayores causas de accidentes.
-El jefe de la expedición debe controlar el equipo personal y el colectivo.
-También el estado físico y de salud de cada componente, en cada jornada.
-No lleve cosas superfluas o que no va a utilizar, el mayor peso reduce la movilidad y aumenta el esfuerzo.
Jaime Suárez
Montañista amigo
Con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible.
¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER.
Durante años fui informando de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he juntado en este blog.
Espero te sirvan mis relatos...
Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com
jaime suarez
ASCENSOS A MONTAÑAS DE ALTURA
Por Jaime Suárez
Andinismo y Expediciones
Argentina es un país privilegiado al tener la mayoría de las más altas montañas de Occidente dentro de sus fronteras, con maravillosos y semi-vírgenes entornos naturales que son la admiración de los montañistas que nos visitan de otros países del mundo con el propósito de coronarlas. A pesar de ello, el número de personas que desarrollan en nuestro país esta actividad no es muy numeroso, debiendo intensificarse el interés hacia la montaña.
Estamos en la cumbre de una alta montaña. Según la altura en que nos encontremos podemos adivinar en los confines del horizonte como éste se redondea. Incluso desde algunos lugares, apreciar la línea del Océano Pacífico. La vista es totalmente tridimensional, no sólo hay imagen hacia el azul cielo sino que también debajo de nuestros talones, donde centenares de picos forman un manto alfombrado. Por la mente de cada uno de los andinistas cruzan emociones inenarrables y bastante difíciles de explicar. Cada persona es un mundo. A algunos les brotan lágrimas, otros experimentan júbilo por haber superado esa meta que puede no estar en la altura alcanzada sino que en su interior, mientras algunos conversan íntimamente con seres queridos que a veces ya no están en este mundo. Es imposible allí no creer en Dios.
Pero la montaña, y las actividades que en ella se practican, entrañan riesgos específicos y técnicas que es imprescindible conocer para poder con razonables garantías de éxito hacer frente a la ascensión y disfrutar de ella.
Trataré de ser práctico y sencillo sugiriendo la forma elemental de los pasos a seguir para ascender las cumbres de altura con que cuenta nuestro país. Por supuesto que lo que indicaré es enunciativo y no taxativo y dependerá de las experiencias del grupo o los individuos que lo integran las modalidades que se apliquen.
Hay por suerte ahora mucha bibliografía y notas sobre temas de montaña, también en Internet, donde el lector interesado podrá ampliar sus conocimientos e interrogantes, pero a la hora de encarar la aventura deberá conocer perfectamente, como método de trabajo, primero a sí mismo y luego los conocimientos prácticos esenciales. La inexperiencia, el desconocimiento, la improvisación y la temeridad son factores que contribuyen a accidentes y al fracaso de una expedición. Es necesario superarlas con capacitación, entrenamiento, y la compañía de gente experimentada, o de un guía o monitor haciendo paulatina y previamente cumbres de menor altura.
Mientras vamos ascendiendo, llevando a cuestas la mochila, barba de días y varias horas de marcha, más de uno solemos internamente preguntamos ¿Qué hace una persona como yo en un lugar como éste?...¡Pudiendo estar cómodamente instalado en el sillón de mi oficina! Aunque, ante la magnificencia de la montaña, esa pregunta desaparece tan fugazmente como se había presentado. Pero también nace la misma pregunta en el llano, cuando estamos inmersos en la actividad rutinaria, carente de emociones y por unos instantes se fijan en nuestra mente rápidas imágenes de expediciones realizadas y se experimenta añoranza y la necesidad de repetirlas.
Toda la expedición tiene en sí misma vida propia, que se siente en todos sus momentos, sean estos pequeños o grandes, agradables o desagradables e incluso también si equivocamos la ruta o no se llega a la cumbre. Pero en una expedición debe prevalecer la necesidad común, la gloria personal no existe ya que se obtienen solamente metas con trabajo de equipo.
Aunque una expedición nace tanto en una reunión de andinistas, en un club, o en cualquier sitio por más inverosímil que este sea, el pleno éxito depende de la cuidadosa planeación y planificación de la misma. Es en sí una verdadera empresa, casi con métodos similares a establecer objetivos y pronósticos y el cumplimiento de los mismos con sus etapas y escalas, de una actividad comercial compleja.
Para organizar una expedición primero deberá determinar, en base a la experiencia y conocimiento adquirido, sus límites y el de sus acompañantes. Luego obtener un mapa de la zona donde se encuentra la montaña elegida. En el Instituto Geográfico Militar hay excelentes cartas en la escala 1:250.000 con equidistancias de 200 metros. Aprenda a conversar con su mapa estudiando sus accidentes y el posible recorrido, no tema preguntar a quien sepa más o a algún experto en geografía. Ubique la posición de su montaña y averigüe todo lo que pueda sobre ella –informes de expediciones anteriores, tiempos, campamentos, etc. -. Trate de utilizar el maravilloso artilugio que es el GPS, que se puede emplear magníficamente durante el viaje y en la aproximación, determinando hasta dónde podrá acceder en vehículo y allí poder establecer un Campamento Base y desde ese sitio los campamentos que necesitará para la distancia - la que no es muy conveniente evaluar en kilómetros, sino que en horas de marcha - y altura que restan hasta la cumbre.
Tenga en cuenta la importante necesidad de obtener aclimatación, la que necesita tiempo, y que se consigue considerando la altura en que se encuentra, las horas de marcha, la altura a ascender - tratando de no superar los 600/700 metros por día -, y el organismo de cada integrante. Recordando que la planificación y la planeación deben realizarse pensando en todos los miembros del grupo. A medida que se desarrolle la marcha - lo ideal es caminar de 4 a 6 horas por día, haciendo muy pequeños descansos cada 50 minutos u hora -, marque en el GPS los puntos relevantes de la misma y los campamentos, nominando y volcando las posiciones al mapa y evaluando los resultados.
Esto es ideal realizarlo luego de armar la carpa, tras del té o previo a la cena, para determinar con tranquilidad la etapa del día siguiente y el logro del día.
Para montañas de más de 6.000 metros de altura es normal acceder en vehículo 4x4 hasta campamentos base ubicados entre los 3.000 y 4.000 metros. Con suerte nuestro objetivo podrá encontrarse de unos 10 a 20 kilómetros, pero también podemos llegar a tenerlo en distancias que a veces superan los 40 kilómetros y más. Es conveniente considerar aquí el alquiler de mulas que nos trasladen la carga. Si el grupo es experimentado no tendrá problemas con uno o dos días de descanso antes del inicio de la marcha. Pero si participan en él montañistas que desde hace varios meses no han estado a esas cotas, es necesario para ellos una previa aclimatación en altura antes de la salida de la expedición o llegar varios días antes al lugar. A partir de allí se irá aplicando lo que se cumpla primero, las horas de marcha - de 4 a 6, que inicialmente pueden representar de 10 a 15 kilómetros, o el desnivel en metros desde los 600 a 700 indicados. Considerando que a medida que se asciende, con la mochila sobre la espalda, se achican las distancias hacia la cumbre pero se incrementa, con la altura, el tiempo en recorrerlas.
Suponiendo que se parte de los 4.000 metros, establecer otro día de descanso al llegar a los 4.600/4.700 resulta beneficioso para la aclimatación. El próximo campamento podría ser a los 5.200/5.300 y el siguiente a los 5.800/5.900. Aquí dormir no es placentero casi para nadie, produciéndose inclusive algunos dolores de cabeza, dependiendo esto entre otras cosas de la aclimatación obtenida, el régimen de alimentación que se tenga, y otros factores que analizaremos en artículos posteriores. Desde este último campamento se inicia el acceso a la cumbre. La carga de la mochila queda dentro de las carpas armadas que esperarán el regreso. Bien abrigados, más livianos y con un poco de agua, alguna naranja o caramelos y unas frutas secas, ascendiendo a un promedio de unos 100 metros por hora, en el tiempo determinado por la altura de la cumbre que queramos coronar, se llegará a ella. Nadie estará exento del cansancio, pero tampoco de disfrutar las emociones que la cima brinda.
Algunos consejos:
-Planifique la expedición dentro de un plan definido y detallado.
-Prevea eventuales dificultades.
-No debería estar integrado el grupo por menos de 3 personas.
-Analice el recorrido y los campamentos, evalúe los tiempos, y compare (si las hay) experiencias de otras expediciones.
-Trate previamente de obtener posiciones de GPS.
-Informe sus itinerarios y tiempos a conocidos y amigos y si es posible reporte al puesto más cercano al lugar de Gendarmería. Deje un informe en su club.
-Infórmese de las condiciones climatológicas de la zona y de las mejores fechas para la ascensión. Aprenda a conocer las fases lunares y sus incidencias. No ascienda si se presentan fuertes vientos, tormentas, ventiscas, nevadas o tormentas. El mal tiempo en la montaña es peligroso y una de las mayores causas de accidentes.
-El jefe de la expedición debe controlar el equipo personal y el colectivo.
-También el estado físico y de salud de cada componente, en cada jornada.
-No lleve cosas superfluas o que no va a utilizar, el mayor peso reduce la movilidad y aumenta el esfuerzo.
Jaime Suárez
28 abril, 2009
BERTRAND cráter
Cerro BERTRAND (Cumbre Oeste)
ascendido el 7 Febrero 2009
Por Jaime Suárez
Cumbre principal
Posee una segunda cumbre en la parte Norte del cráter, con 5.188 metros y una tercera cúspide, al Oeste, de 5.122 metros. Pero considerando que muchas veces el borde del cráter supera los 5.100 metros, principalmente en el noreste, hay en su entorno varios pináculos sobresaliendo del labio, que seguramente superan los 5.122.
Vista del Bertrand con sus cumbres, desde posición Oeste, a 5 km. de distancia
Las Grutas
Jaime Suárez
Etiquetas:
Cerros de Catamarca
12 febrero, 2009
Volcán PEINADO
VOLCÁN EL PEINADO
ascendido 9 de Febrero 2009
Hay montañas que ejercen una muy especial atracción... Se imponen sobre todo su entorno aún teniendo menor altura que otras. Y predominan por muchas decenas de kilómetros.
Una de ellas es el Volcán El Peinado. Bella y negra cumbre que sobresale
majestuosamente en su medio sobre mayores elevaciones que la rodean.
Volcán El Peinado
Objetivo bien claro
Todavía seguían en mi memoria los gratos recuerdos de
la cumbre del San Francisco, en Abril del 2006, donde pude repetir
satisfactoriamente la misma foto, que sacó del Inca Huasi, Walter Penck en el
año 1913. Tras llenar el libro de cumbre y sólo presionado por un suave, aunque
bastante frío viento, observé mirando hacia el Norte cómo florecía a 34 kilómetros de distancia
con sus 6.400 m .
el Nevado Cóndor, tachonadas sus bellas crestas por algunos glaciares. Y en el
mismo sentido, hacia su derecha, aprecié el volcán Peinado de 5.741 metros , a unos 36 km . de distancia.
Dos volcanes con definidos perfiles que se esconden a
la vista normal de los que transitan el Paso San Francisco, salvo que se
ascienda alguna cumbre cercana. Montañas de las que había muy poca información
y que fijé en mi mente como un próximo objetivo.
Con posterioridad,
el 26 de Enero del 2008 ascendimos El
Cóndor, con Hans Siebenhaar, Magguy
Acevedo y Lis Sable previo paso
por las cercanías del Peinado al cruzar la Laguna Amarga. Durante el ascenso, en los días en que se
desarrolló la expedición, en cada momento posible no pude dejar de observar al
volcán Peinado, desde los escasos 24
Km . a los que me encontraba.
Esta montaña nos
seguía atrapando y una vez más hicimos con Hans
desde la cumbre del Cóndor, la promesa de volver.
El Peinado desde El Cóndor
Durante el regreso
y como siempre en la distancia, nos acompaño su imagen que mantuvimos por bastante tiempo y
kilómetros. Y continué aún contemplandola con furtivas miradas a través del
espejo retrovisor de la camioneta.
Mirando hacia el Volcán Peinado
La partida
Cortaderas
Por la hora y para lograr mejor aclimatación, al llegar a Cortaderas, donde en ese entonces
se estaba terminando la construcción del moderno hotel que hoy encontramos con
todo su esplendor y servicios. Frente a él, armé mi carpa al lado del río
Guanchín. A las 22 horas, y luego de haber cenado, me introduje en la bolsa de
dormir y cansado por el largo viaje pronto me quedé dormido.
Las Grutas
Al contemplar una vez más las nevadas siluetas de Inca
Huasi y el San Francisco, recortadas contra el azul del cielo, no pude menos
que echar a volar viejos y gratos recuerdos. La primera vez que estuve en este
sitio fue en Octubre de 1991. Las pocas edificaciones que había estaban
cerradas y vacías. Hubo que vivaquear en las oquedades del lugar, lo que se
compensó con una maravillosa visión: el
amanecer sobre el Inca Huasi, que aún permanece en la retina de mis ojos.
Hacia el objetivo, con una interrupción
Salimos el 7 de Febrero pasadas las
9 de la mañana. Tras poco más de 13
km . y sobre los 4.800 metros de
altura, salimos de la ruta nacional 60 e ingresamos hacia el norte, por la
huella 4x4 que permite –no sin dificultad- alcanzar el Salar de Antofagasta y
Antofagasta de la Sierra. Buscamos
llegar lo más cerca posible del cráter
del Bertrand. Pronto comenzamos a divisar el cónico perfil del Peinado sobre el índigo cielo.
Nos apartamos luego de la huella que
transitábamos, siguiendo parcialmente
una vieja marca de neumáticos y casi por los 5.000 metros entramos
a un pequeño valle. Dejamos las camionetas (26°49´425 S 68°11´063 O) y nos dirigimos en
busca de la cercana cumbre oeste del Bertrand. A las 11 de la mañana estábamos
pisando su cresta Oeste a los 5.122 metros en la posición 26°49´639S 68°10´690.
Ver detalles en:
Pero
debíamos continuar hacia el objetivo final. Regresamos a las camionetas y
continuamos la marcha retornando a la huella que nos llevaría al campamento
base de El Peinado.
Campamento Base
A las 13 horas estábamos armando nuestras carpas a escasos metros de la huella, a los 4.374
m en la posición S 26°38´759” O
68°09´235”.
La mayor es la Amarga , de tono gris-marrón,
y le endilgan contenido de cianuro por pasadas actividades mineras, y la otra es
de color turquesa, se encuentra al sudoeste de la primera, y es mucho más
pequeña. Están separadas por un plano y
no muy ancho terraplén, transitable para vehículos. Esa noche pudimos contemplar la belleza de la
luna llena inundando las volcánicas tinieblas y la típica belleza de la vía
láctea al ser observada por arriba de los 4.000 metros de
altura.
La laguna amarga, junto con la turquesa (más pequeña) desde el CB del Peinado. Están a los 4.000 m y desde el entorno de la turquesa se puede apreciar a veces reflejado el Peinado
Campamento de altura Cabeza de Vaca
Abandonamos
el Campamento Base, con buen sol, ya las pasadas las 9 de la mañana. Repetimos
los pasos trazados de la expedición anterior de Diciembre del año pasado.
A las 14,30, cinco horas después, en un tránsito de
tres kilómetros y medio y un desnivel de 601 m , llegamos al campamento de altura. Estábamos a
los 4.975 metros
y en la posición S 26°38´025”
O 68°07´407”.
Lo habíamos bautizado Campamento Cabeza de Vaca,
motivado este nombre por una muy peculiar piedra que surge perpendicularmente
entre las demás, con la efigie de una cabeza de vaca.
Hacia la cumbre
Partimos desde el campamento de altura “Cabeza de
Vaca” a las 8 de la mañana del lunes 9 de Febrero, bien desayunados y con todo
el ímpetu necesario para superar los 884 metros de desnivel y el kilómetro y medio
de distancia que nos separaban de la cumbre.
En los momentos que nos deteníamos a descansar durante
el ascenso a El Peinado, podíamos apreciar en bello entorno cordillerano.
En la cumbre
A las 13,30, cinco horas y media después de la
partida, tras superar un desnivel de 884
m pisábamos
el punto más alto de la cumbre.
Hacia el Oeste contemplamos el Cóndor, con toda su
magnitud, a escasos 25 km
de distancia. Hacia el Este era perfectamente visible, a unos 60 Km de trayecto, la mancha gris del Campo de Piedra Pómez,
cercano a El Peñón. En sentido Sur, los Nevados San Francisco y Inca Huasi, a
unos 36 y 49 km
respectivamente. También pero a unos 68 km de distancia el Ojos del Salado. Hacia el
Norte el inicio Sur del Salar de Antofalla, y muy a lo lejos, a 120 km y algo brumoso, el
Volcán Antofalla.
Cráter del Peinado
Cuando me dí cuenta, ¡ya estábamos bajando! E inquietos
ahora por determinar bien el retorno por el muy inclinado nivel de piedras que
faldea esta montaña.
Regreso
Desarmamos todo. Cargamos los vehículos y enfilamos
hacia Las Grutas y luego hacia Fiambalá y sus termas.
Y luego el retorno.
Jaime
Suárez
Febrero
2009
Volcán El Peinado
(Catamarca – Argentina)
Integrantes de la expedición:
Jaime Suárez, Hans Siebenhaar.
Altitud cumbre alcanzada:
Oficial 5.741 m .s.n.m. IGM. En un viejo mapa Ejército Argentino-IGM de 1962 figura con 5.740 m .
Por GPS, en la expedición, 5.859 m . sobre el nivel del mar.
Fecha cumbre 9 de Febrero de 2009
Ruta:
Vertiente occidental, desde el sur con ruta en sentido noreste.
Jaime Suárez
Etiquetas:
Cerros de Catamarca
15 enero, 2009
TRONADOR Y LANIN
CERRO TRONADOR, pico argentino
-->
Cerro Tronador - Rio Negro
Cumbre Pico Argentino 3.253 m
13-1-1985
Eduardo Gálvez, Celso Boccolini, Jaime Suárez
En el refugio Otto Meiling, Bariloche
Salimos desde San Carlos de Bariloche y tras 84 km. Llegamos a Pampa Linda. Una marcha de aproximados 18 km. Hasta el refugio Otto Mailing, ubicado entre los glaciares Castaño Overo y Alerce, para partir al día siguiente hacia el “filo de las viejas” y luego la “Depresión” a los 3.000 m. Campamento en la zona que une al Pico Internacional con el Argentino
y al día siguiente salida hacia la cumbre, donde con escasa visibilidad pudimos llegar tras siete horas de esfuerzo.
Luego el regreso al campamento y desde allí al refugio.
VOLCAN LANIN
-->
Volcán Lanín - Neuquén
3.776 m
4 - 11-1988
Cita Evelio Echevarría que su nombre proviene del mapuche: Lan, peñón y Lil, muerte, y que su primera ascensión la realizó en Abril de 1897 el geólogo alemán Rodolfo Hauthal.
Fuimos desde Mendoza a escalarlo junto con Eduardo Gelvez y se nos unió en el puesto de Gendarmería Mario, el Alférez que estaba a cargo del mismo.
Faltan fotografías porque existe una preciosa filmación que, muy abreviada, subiré al blog.
Jaime Suárez
Etiquetas:
Cerros del Sur
Suscribirse a:
Entradas (Atom)