INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

Si le es útil la información de este blog, no deje de teclear en su publicidad, ayudará a mantenerlo; toma tiempo y casi nunca se recibe un "gracias"

13 octubre, 2008

IZTACCIHUAL Y POPOCATEPETL



VOLCANES DE MEXICO

IZTACCIHUAL Y POPOCATEPETL

ascendidos en 1997 y 1992 respectivamente


Jaime Suárez



En la última quincena de Diciembre del 2000 el Popocatepetl que venía siendo desde meses atrás cuidadosamente monitoreado y controlado en cuanto a evaluación de riesgo, entró en una importante actividad volcánica con etapas explosivas que lanzaron fragmentos incandescentes a más 1 y 2 kilómetros de distancia - enviando mucho más lejos a material de menor tamaño -, mientras elevaba una columna de ceniza a más de 3 km. de altura.
Se limitó de inmediato el acceso a unos 10 km. de distancia del mismo, incluyendo el sector que involucra el llamado Paso de Cortés y posteriormente se lo amplió a 23 kilómetros, obligando a estudiar y planificar la evacuación de unas 41.000 personas que habitan su entorno, muchas de las cuales ya habían comenzado a abandonar sus hogares.
Luego de unos 50 años de tranquilidad eruptiva, hacía 5 que había iniciado su actividad con erupciones y emisiones de cenizas y gases, lo que motivo a las autoridades a mantener la atención sobre el mismo y evitar la práctica del montañismo en sus laderas. A pesar de las prohibiciones cinco montañeses que lo ascendían aparecieron muertos en la zona cercana al cráter, en Mayo de 1996. Esto demuestra lo acertado de las medidas tomadas.


 El Popocatepetl, segunda cumbre mexicana, con 5.452 m y con la fumata volcánica que desde hace meses impide pueda ser ascendido


Como andinistas, que a veces los ascendemos, nos interesamos en los volcanes y rudimentariamente aprendemos que, en las formas de evolución de nuestro planeta, éstos se forman sobre una abertura por la que salen del interior de la tierra, gases, lava y roca fundida - magma – los que por acumulación van incrementando, en forma de montaña, el tamaño del volcán. El Popocatepetl es un volcán activo que ha tenido fuertes erupciones separadas de lapsos de reposo variables y como todo volcán activo representa un importante riesgo potencial. Hasta ahora las emisiones de ceniza no se consideran que pongan en peligro la seguridad de las poblaciones que lo rodean, pero de persistir la actividad podrían producirse lluvias moderadas de fragmentos de rocas y tal vez flujos de lodo motivados por el deshielo de los glaciares que aún coronan esta bella montaña. Ojalá en breve tiempo podamos nuevamente escuchar noticias de ascensos a su cumbre.


Había partido, durante un frío fin de Mayo del hemisferio Sur , vía Chile en un vuelo directo a México. Al arribar al aeropuerto me estaban esperando miembros de la Federación Mexicana de Excursionismo y Montañismo, viejos camaradas de la montaña con los que recordamos experiencias compartidas de ascensos por América, mientras esperábamos el vuelo en el que llegaba, - desde Guatemala donde se encontraba en una misión de paz del Ejército Argentino-, el Teniente Coronel José H. Hernández. Muy pronto nos reunimos todos junto a otros montañeros que arribaban de diversas partes de América y Europa.
Asistiríamos en Amecameca (a unos 60 km del Distrito Federal y a casi una hora de auto) al 4° Congreso Internacional de Protección y Difusión de Ecosistemas de Montaña organizado por la UPAME - UNION PANAMERICANA DE ASOCIACIONES DE MONTAÑISMO Y ESCALADA- y la UIAA –UNION INTERNACIONALE DES ASSOCIATIONS D´ALPINISME -. Luego de tratar los temas presentados por las federaciones participantes se emitiría la Declaración de Amecameca, íntimamente relacionada con los problemas de la ecología de montaña.

Todo México es un museo natural, donde destaca la belleza de sus montañas. Las cinco principales son: El pico de Orizaba 5.747 m, Popocateptl 5.452 m (Latitud N 19°01´18.30 Longitud O 98°37´39.50), Iztaccihuatl 5.386 m, Teyotl 4.570 m y Malinche 4.461 m. Si bien la cumbre más alta es el Orizaba, las más trascendentes y preferidas son el Popocatepetl y el Iztaccihual. Estos volcanes forman al Parque Nacional Izta-Popo de 25.679 Ha. Sus cumbres, separadas entre sí por unos 30 km. de distancia, eran antiguamente contempladas desde muchos lugares de la capital de este bello país, a pesar de encontrarse a mas de 70 km. Pero en la actualidad la contaminación atmosférica hace prácticamente imposible la visión de ellas. Esta contaminación es producida por más de 3 millones de vehículos y los más de 20 millones de habitantes del Distrito Federal (tal vez la ciudad mas poblada del planeta) ubicado a los 2.238 m de altura en un valle rodeado de volcanes, casi todos apagados.

Iztaccihuatl significa en el idioma Náhuat “mujer dormida” porque su perfil parece una mujer acostada, destacándose perfectamente desde la distancia la cabeza, el pecho, el vientre, rodillas y pies. Popocatepetl significa “montaña que humea” y es fácil imaginar su perfil como la figura de un guerrero arrodillado y apoyado sobre su escudo. Hay una bella y triste leyenda que se pierde en el tiempo y cuenta que cuando llegaron los Aztecas al Valle de Anáhuac y aún las montañas no terminaban de formarse, nació en Tenochtitlán una princesa Mexica llamada Mixtli. Su belleza hacía que fuese asediada por muchos nobles, en especial uno cruel y sanguinario llamado Axooxco. Pero ella amaba a un guerrero, Popoca, que había partido a luchar para conquistar el título de Caballero Águila y así poder conseguir, sobre el otro pretendiente, la mano de la princesa. Ésta ante el peligro que correría su amado y no queriendo aceptar a Axooxco, se quita la vida. Popoca regresa victorioso, y al ver muerta a la mujer que ama, tomó su cuerpo en sus brazos y se encaminó hacia las montañas. Allí permaneció acongojado al lado de ella, agachado a sus pies, hasta morir, pensando que la nieve podría despertarla del sueño. La muerte los convirtió en estos volcanes, Iztaccihuatl (mujer dormida) y Popocatepetl (montaña que humea) y se yerguen cercanos dominando el horizonte lejano de la ciudad de México.
Separado de ellos y más cerca de la capital, el actual Ajusco (representando a Axooxco), con sus 3.937 metros también impone su perfil.

Luego del congreso inexorablemente se imponía ascender a una montaña, que sería el Iztaccihuatl, y que tan cerca de nosotros (a unos 20 km.) habíamos tenido durante nuestras reuniones. Puede accederse a ella durante cualquier época del año, aunque sus mejores condiciones son en invierno. Es recomendable hacer cumbre antes de la una de la tarde, ya que suele cubrirse luego de nubes que dificultan ver el camino de retorno.
Con mucho entusiasmo nos preparamos para ascenderlo con Jordi, Joan y José junto a otros montañistas chilenos, venezolanos, guatemaltecos, colombianos, venezolanos, franceses, españoles y mexicanos.
jaime suarez
Ascendiendo el Iztaccihual...

También se podía apreciar desde Amecameca al Popocatepetl. El Popo, como cariñosamente se le denomina, hacía honor a su nombre ya que desde hace un tiempo una gran e intensa columna de blanco humo volcánico lo comunicaba con las nubes de altura. Su acceso estaba denegado por la actividad volcánica que presenta. Mientras nos desplazábamos en el micro que nos conducía al paso de Cortés, que separa a ambas montañas, - lugar desde el cual el conquistador proveniente de Veracruz, casi cinco siglos atrás, pudo contemplar la grandiosidad de Tenochtitlán -, no pude dejar de recordar cuando unos años atrás (1992) lo había ascendido luego de pernoctar en el cercano paraje de Tlamacas.
jaime suarez
Julia, Sara, Mercedes, Jaime, abandonando el refugio rumbo a la cumbre del Popo

Allí se encuentra el cómodo y bien instalado albergue de montaña Vicente Guerrero, a los 3.900 metros de altura. En esa oportunidad partimos del refugio antes de la salida del sol, que pronto nos brindó un maravilloso amanecer, ascendiendo sobre una arena de lava muy fina y manchones de nieve congelada. A los 4.400 metros de altura y luego de 3 horas de marcha, accedimos al lugar denominado Tres Cruces. Tras un breve descanso encaramos la pendiente del cono volcánico. Poco a poco y a lo largo de 4 horas fuimos superando los 1.000 metros que nos separaban de la cumbre. Al llegar a los 5.300 metros accedimos a un sector del borde del cráter, que tiene un diámetro de 350 metros y una profundidad de 250, debimos bordear durante una hora un sector del mismo para acceder a la parte más alta de esta montaña, soportando emanaciones sulfurosas que varias veces nos obligaron a poner nuestra boca muy cerca del suelo.


 Durante el ascenso, un pequeño descanso al borde del cráter

Desde la cumbre pudimos apreciar parte del Iztaccihuatl sobresaliendo majestuosamente entre un espeso manto de nubes. Recordé muy bien que me prometí volver para ascenderlo, y ahora 5 años después, lo estaba cumpliendo.

Tras pasar el Paso de Cortés, 3.650 m, llegamos a la La Joya, en el sur del volcán. Allí termina el camino y quedaría el vehículo esperándonos. En este sitio es necesario asentar los datos de los montañistas, con fecha, horario, rutas y día estimado de retorno, en un libro del Socorro Alpino Mexicano, que se guarda en una caseta de color amarillo y al regreso se debe anular el registro. Iniciamos la marcha del grupo ya pasado el mediodía. Una ligera nevada comenzó a molestar nuestro ascenso, y no nos abandonó durante las 4 horas que tardamos hasta el refugio República de Chile, que se encuentra por los 4.700 m y al que accedimos luego de superar los “pies” de esta montaña. En su entorno hay espacio para acampar. Luego de comer algo nos acomodamos en las literas superpuestas y colectivas y logramos el sueño entre las consabidas bromas sobre costumbres de las diferentes nacionalidades que integrában la cordada. Este refugio fue destruido posteriormente por el fuego provocado por irresponsables que no llegan a comprender la importancia que tiene para un montañista ni el trabajo de mantenimiento que le cuesta, en este caso, al Grupo de los Cien de México, una ejemplar institución de ecologistas miembros de UPAME.
A las 5 de la mañana, luego de un liviano desayuno y de colocarnos todo nuestro equipo incluidos los grampones, iniciamos el ascenso superando glaciares, transitando collados y sorteando peñones. Acompañados por ventiscas y nevadas esporádicas llegamos a “las rodillas”



El grupo avanzando rumbo a la "panza" del Iztaccihuatl

 y de allí a “la panza”.
jaime suarez


Tras una fuerte inclinación accedimos al “pecho”, donde está la cumbre principal con sus 5.386 m. Habíamos demorado en ese desnivel de poco mas de 600 metros más de 4 horas, fundamentalmente a causa del clima. No dejamos de festejar eufóricamente y de abrazarnos todo un singular grupo de alpinistas, andinistas e himalayistas. Una densa nube que nos envolvió en la cumbre comenzó a imposibilitar la visión a pocos metros y a hacer aparecer con tonos grises los colores de las banderas que se desplegaban.
El regreso se realizó muy lentamente, bajo situación no exenta de peligro a causa de la ya desatada tormenta, hasta los 3.500 metros donde por fin terminaba la capa de nubes y viento y estaba despejado. Más tarde llegamos a La Joya , donde luego de asentar el regreso, partimos en vehículo hacia Amecameca y, tras cargar equipajes, al Distrito Federal, donde seguiríamos cumpliendo compromisos oficiales .

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En el año 1521, y tras un segundo intento, fue un grupo de soldados enviados por Hernán Cortes, motivados por la necesidad de obtener azufre para fabricar pólvora, quién subió el Popocatepetl y alcanzó el borde del humeante cráter. El primero es ascenderlo fue el capitán Diego de Ordaz. Luego fue bajado dentro de un canasto Francisco Montaño, quién, con mucho trabajo halló azufre sedimentado en las entrañas del volcán
Se puede leer en “Cartas de la conquista de México” como midieron el cráter del Popocatepetl: “...y había de la una parte de la boca a la otra dos tiros de ballesta” Comparada la forma de tomar medidas de esa primera probable ascensión, con las que actualmente aplicamos utilizando el GPS, no deja de ser anecdótica.

jaime suárez

12 octubre, 2008

VOLCÁN PAYUN LISO






VOLCÁN PAYÚN

ascendido el 9 Octubre 2005

Por tierra de volcanes 1° PARTE

(Reserva Natural El Payén)

Por Jaime Suárez







En la reserva natural El Payén.



Ficha de ascenso
Integrantes de la expedición:
Jaime Suárez, Patricia Garis y David Flores.
Cumbre alcanzada:
Volcán Payún Liso. Una vez alcanzado el labio del cráter se accede al montículo mayor, ubicado al sur. Posición S 36°30´856 y O 69°17´113.
Altitud:
Oficial 3.836 m sobre el nivel del mar. Estimada en cumbre por GPS 6.833 m.
Ruta:
Por la vertiente oeste.
Época más adecuada de ascenso:
Prácticamente todo el año exceptuando el invierno en que las nevadas pueden aislar la reserva.
Dificultad:
Poco difícil. Conviene llevar grampones, aunque no se usen, ya que según el año y/o al inicio o fin de temporada se pueden presentar glaciares en la ruta. Es fundamental buen estado físico en caso de realizar el ascenso en una jornada.
Equipo:
Tienda. Hornillo. Abrigo de Alta Montaña, ya que es engañosa su poca altura y se puede suponer que no hará frío. Rompevientos, chaqueta o campera y bolsa de dormir de altura. Guantes y mitones, zapatos. Bastones, gorro, gafas U.V., GPS. Llevar abundante agua, no hay en la zona.




Campamento Base en el Payún Liso.




La vista era espectacular. El Payún posee un truncado e inactivo cráter con glaciares en su cara interior norte y caída de colada hacia el noreste. Hacia esa misma dirección nos separaban 12 kilómetros del centro del cráter del Payún Matrú y 15 a su cumbre Morado Alto, al final de este volcán.


Volcán Payún, a mis pies el cráter, y al fondo el Payún Matru.


Hacia el oeste a exactos 100 kilómetros de distancia resaltaban en la blanca cordillera de Los Andes, los 4.709 metros del Volcán Domuyo.


Volcán Tromen, hacia el suroeste, dos secuencias
jaime suarez







Datum,WGS 84

BARDAS BLANCAS,-35,51.270,-69,47.993,Bardas Blancas,
INGRESO,-36,18.788,-69,39.940,Ingreso desde ruta 40 a zona Payunia,
CAMINO CONSOLIDADO,-36,13.442,-69,30.057 ,1617 metros
CAMINO CONS 2,-36,11.942,-69,26.456,1779 metros
DESVIO,-36,12.637,-69,23.779,1776 metros
CAMINO,-36,15.544,-69,24.589,1755 metros
CAMINO 2,-36,20.812,-69,24.864,2108 metros
CAMINO 3,-36,23.639,-69,23.461,2291 metros
CAMINO 4,-36,25.036,-69,22.853,2268 metros
CAMINO 5,-36,26.396,-69,22.972,2204 metros
REAL MOLLE,-36,27.405,-69,22.769,2189 metros
HUELLA,-36,29.075,-69,22.331, 2119 metros
HUELLA 2,-36,31.070,-69,21.697, 2045 metros
ZONA INGRESO,-36,32.369,-69,21.826, 1979 metros
HUELLA VEHIC,-36,33.176,-69,20.891,1932 metros
HUELLA VEHIC2,-36,33.640,-69,20.342, 1921metros
CAMP BASE,-36,31.928,-69,19.186, 2206 metros
ASCENSO 1,-36,31.129,-69,18.156, 2907 metros
ASC 2,-36,30.878,-69,17.848, 3272 metros
ASC 3,-36,30.773,-69,17.657, 3486 metros
ASC 4,-36,30.706,-69,17.404, 3675 metros
ZONA CRATER,-36,30.706,-69,17.324, 3748 metros
CUMBRE,-36,30.857,-69,17.113, Cumbre de Volcán Paýun, 3833 metros



VOLCÁN TROMEN


VOLCÁN TROMEN

ascendido el 1 Diciembre 2007

Por tierra de volcanes....2º parte


Área natural protegida
Parque provincial TROMEN - Neuquen

Por Jaime Suárez


En la cumbre



Jaime Suárez
Diciembre 2007

VOLCÁN GALAN

VOLCÁN GALÁN

ascendido el 17  Octubre 2003

Cráter del Galán, borde sur


5.912 m.s.n.m.
EXPEDICIÓN REALIZADA DESDE EL 13 AL 18 DE OCTUBRE DE 2003 POR MIEMBROS DE U.P.A.ME., C.A.M. Y JANAJMAN.

INFORME DE LA EXPEDICIÓN DE CUMBRE
Y EXPLORACIÓN

Fecha de inicio: 13 de Octubre de 2003.
Fecha Finalización: 18 de Octubre de 2003.
Cumbre: principal Volcán Galán, 5.912 m.
Ubicación: Noreste de Catamarca, en el límite con Salta. L S 25°56´394 y L O 66°55´142.
Fecha de Cumbre: Viernes 17-10-2003.
Objetivos: Exploración de este volcán, con indicación de cumbre, alturas y rutas de acceso.

VOLCÁN GALÁN
Volcán Galán, ¡El cerro de las Estatuillas...! Mientras me dirigía en mi auto para encontrarme con el resto de la expedición en Hualfil (Catamarca) no dejaba de pensar en la lectura que sobre esta montaña había hecho en el estupendo libro “El Enigma de los Santuarios Indígenas de Alta Montaña” de Don Antonio Beorchia Nigris. En él se citan relatos del Dr. Rolf Dangl y de Matías Rebitsch -el famoso alpinista austríaco que también estuviera en el Llullaillaco-, tales como que... “al poner pie en el punto más elevado del alargado filo de la cumbre, encontró tres círculos de muros, tapados hasta arriba con escombros”. También que partió Rebitsch en 1956, para investigarlos, cabalgando desde Angastaco, Salta, hasta el pie del “Gallán” y que ascendió desde un campamento a 5.300 m. y al llegar a la cumbre contempló las citadas construcciones muradas donde comenzaron sus investigaciones durante dos días más, incluidos los ascensos y descensos. Encontró entre otras cosas una pequeña escultura de llama de material de concha, una bolsa con coca, un ídolo de plata con vestidos multicolores en miniatura, luego otro, y finalmente una tercer estatuilla. Hasta aquí mis recuerdos de estos datos, pero eran más que suficientes para motivarnos a realizar tan esperada expedición.

Ubicación
El multicumbrero macizo del cerro Galán, con un diámetro aproximado de unos 20 kilómetros de Norte a Sur y unos 15 kilómetros de Este a Oeste, florece dentro de una caldera volcánica de unos 35 km. de alto por unos 25 km. de ancho. Aparecen así en el inmenso cráter algunas decenas de cumbres que constituyen el “cerro Galán” muchas superiores a los 5.500 metros y entre las cuales se hallaba la que había subido Matías Rebitsch y deberíamos ascender. A la izquierda de la caldera descansa la Laguna Diamante cerca del punto de confluencia de los 26° de latitud Sur y 67° de Longitud Oeste, la que es una preciosa muestra salada de un muy antiguo inmenso cuerpo de agua que ocupaba gran parte del cráter. Hay también un pequeño río, mejor diría arroyo, el Rebitsch, que lo bordea en su sector Este, con cauce muy moteado por formaciones de pasto. Probablemente nazca desde afluencias del faldeo Este frente a la cumbre del Galán, y se dirija de Sur a Norte hacia el zona del Salar del Hombre Muerto, y llamaremos Río Rebitsch y un arroyo Sur que nace también con afluencias del sector Este y del Sur del Galán desembocando, con otras filtraciones, formando el Río Diamante, , terminando con sentido Norte a Sur en la laguna Pabellón, previa y cercana a la Diamante. Hay una tercer y pequeña laguna en el sector Noreste del cráter, dentro de un cono volcánico, llamada “Culismundi” o “ Perla del Galán” .
Hasta la década de los años 70 se lo conocía como Cerro Gallán, y fue recién con la aparición y estudio de las fotos satelitales cuando se descubrió que toda esa zona era un inmenso cráter volcánico. Es muy valioso el aporte que las fotos satelitales hacen a los andinistas que aprenden a interpretarlas, en especial en zonas y montañas poco conocidas. Las cartas suelen necesitar actualizaciones en esas circunstancias. En el caso del Galán su posicionamiento en las cartas es claro, y las mismas reflejan la geografía que lo rodea con excepción de la laguna “Culismundi” y el arroyo Rebitsch. La posición de cumbre que tomamos fue Latitud S 25°56´394 y Longitud O 66°55´142, y la altura 5.912 metros.

El Encuentro e inicio de la aventura
El lunes 13 de Octubre y tras completar setecientos kilómetros desde Nono, donde había participado en el 4° Encuentro Nacional de Montañistas, pude encontrarme en Hualfil, Catamarca, con Hans y el resto de los expedicionarios. Parte del grupo había salido el día anterior directamente desde Mendoza, y a él se había unido Alejandro que venía desde Salta. En el Automóvil Club de Hualfil llenamos los tanques de gas-oil y un bidón extra cada uno. A partir de esta localidad se haría dificultoso obtener combustible. Con toda la carga distribuida decidimos continuar. Regresamos hacia el Sur unos kilómetros hasta el cruce que sale para Antofagasta de la Sierra y tras unos 8 km. desviamos en Puerta de Corral Quemado hacia Villa Vil, donde intentaríamos dormir dado la hora y el agotador viaje. Una charla con el intendente que se encontraba en los baños termales nos permitió enterarnos de que el lugar en que daban pensión se hallaba ocupado en su totalidad. Nos aconsejó continuar los 18 kilómetros que nos separaban de Barranca Larga, 26°59´120 y 66°44´314, a los 2.500 metros de altura, donde felizmente nos hospedamos en una hostería-almacén-bar que había sobre la ruta. Por 6 pesos por cabeza descansamos muy bien. Una rápida cena y al día siguiente continuaríamos hacia El Peñón.
Pronto, y por un camino muy bien consolidado pasamos por la zona de la Quebrada Peña Fría, donde tomé la posición, 26°44´563 67°04´180 con 3.895 metros. Nuestro camino había rodeado la Laguna Blanca y más adelante apareció una apacheta ubicada a los 3.987 metros en posición 26°44´632 y 67°06´257 previa a la bajada a Laguna Pasto Ventura y luego vimos el Puesto Ventura a 3.890 m (26°41´310 y 67°10´997). Desde hacía ya muchos kilómetros podíamos contemplar preciosas y despreocupadas manadas de vicuñas. El hecho de ser la zona una reserva natural y de estar prohibida su caza, ha permitido un importante aumento de estos camélidos. Es muy agradable poder verlos a la vera del camino. Con rápida trepada recuperamos los metros descendidos y a los casi 4.000 metros estábamos en el Paso Ventura, en la posición 26°40´866 y 67°11´771. Pudimos admirar a más de 100 km. de distancia las partes más altas de los inconfundibles perfiles del San Francisco (6.008 m.) y el Inca Huasi ( 6.638 m) en el Paso de San Francisco. Siguiendo el viaje aparece otra laguna blanca, a los 3.833 metros, en posición 26°38´014 y 67°14´280, y finalmente, ya al mediodía accedimos a El Peñón 3.450 m 26°28´547 y 67°15´880. En este sitio pasaríamos la segunda noche. Nos acomodamos en la sección de Hospedaje que tiene la Municipalidad del lugar ($ 7,00 por cabeza). Donde entre otras comodidades cuenta con servicio telefónico y mesas y sillas. Esta población tiene 300 personas y se pueden adquirir artículos regionales de telar. Luego del almuerzo salimos a recorrer los alrededores y ascendimos en proceso de aclimatación un pequeño cono volcánico cercano. Nos vino muy bien el ejercicio aunque ninguno de nosotros aquejaba ningún malestar por la altura.
El Miércoles 15 saldríamos desde este pueblo a las 9 de la mañana.

Hacia el Galán
Hasta El Peñón habíamos tenido un camino consolidado en bastante buen estado, aunque de un accidentado fluir de desniveles. Ahora nos encontrábamos sobre una cerrada huella de 4x4, que deberíamos transitar a lo largo de más de 80 kilómetros. Partimos de los casi 3.500 metros y a medida que transitábamos se mantenía un suave pero constante ascenso. Pasados los 4.000 metros, tomé la posición 26°19´554 y 67°06´951. Pronto varía un poco el paisaje de cerros al aparecer, a 31 km. del Peñón, una laguna a los 4.263 metros de altura (26°18´116 S y 67°04´943 O) con flamencos rosados. Seis kilómetros más adelante, una segunda laguna a 4.300 metros de altura. (Laguna Grande 26°15´569 S 67°03´437 O). A los 4.500 metros de altura y a 47 kilómetros de El Peñón aparece una tercera laguna. Todas ellas con poblaciones de flamencos. Algún burro salvaje y un solitario suri amenizaron un poco el paisaje que sólo se interrumpía de cuando en cuando por manadas de vicuñas que, en su huída, empecinadamente cruzaban delante de nuestros vehículos. Continuamos la ascendente senda y apareció a los 4.522 metros de altura una apacheta en nuestra ruta, la posición 26°11´232 y 66°59´816, a 49 km. de El Peñón. íbamos en buen camino y lo corroboramos al completar un rápido ascenso que abruptamente termina con una gran y descendente barda. Había que parar.

En el Borde del Cráter
El borde sur del inmenso cráter daba la impresión de comenzar a nuestro pies.


Jaime y Alejandro al borde del cráter, al fondo el Galan


Eran las 11,30 horas y la altura 4.775 metros. La posición 26°07´616 y 66°57´268 a 60 kilómetros de la salida. Luego de un muy pronunciado desnivel, de unos 150 metros, se perfilaba demarcada en el arenoso suelo por varios kilómetros - más de doce- la senda que deberíamos transitar. Ésta se dirigía hacia la laguna Diamante que brillaba a lo lejos. Surgían en el medio del gran cráter las decenas de cumbres que constituyen el “cerro Galán” y entre las cuales deberíamos determinar cual era la más alta. Comenzaron las eternas conjeturas de estos casos de cumbres ignotas, en que todos opinamos y ninguno puede estar seguro. Pero la encontraríamos. Descendimos la fuerte pendiente, de arena tapizada con piedra laja y enfilamos rápidamente hacia la Laguna Diamante. Durante la bajada de los vehículos, nadie dijo nada, pero todos pensamos en cómo haríamos a la vuelta para poder ascender sin problemas semejante subida. Cruzamos el arroyo moteado de pasto, dos cauces casi secos de más de un metro de abrupta bajada y por fin llegamos a las cercanías de la laguna justo a las doce del mediodía. Nuestra posición era 26°01´49767 y °01´058 4.637, estábamos por odómetro a 73 km. de El Peñón.

Hacia La Confluencia de Latitud y Longitud
Hans comenzó a buscar el punto de Confluencia de Latitud 26 y Longitud 67, que encontramos a las 12,18 horas. Había una solitaria pacheta de piedras de unos 35 cms. de altura, seguramente construida por Piri, Polaco y su grupo, cuando según su relato, llegaron a la laguna “Culismundi” o “Perla del Galán”. Sobre la apacheta colocamos nuestros GPS hasta que comenzaron a marcar 4.840 metros de altura y la posición 26°00´000 S y 67°00´000 O. No hay muchos puntos de confluencia en nuestro país y menos a tanta altura. Sacamos las consabidas fotos.

Campamento Base Goma Pinchada
A partir de ahí y en base a la posición de GPS que teníamos de la cumbre del Galán, decidimos encontrar el mejor lugar para armar nuestro campamento base. Penetramos por un leve y ascendente acarreo hasta un viejo glaciar de gastados penitentes que se recostaban sobre una de las suaves laderas, a los 4.920 metros de altura. Nos pareció el lugar más conveniente y protegido. No convenía subir más. Ya era mucha y excesiva altura para nuestro plan de aclimatación y también lo era para nuestros vehículos. Casi a los 5.000 metros las noches y los amaneceres suelen ser muy fríos y penetrantes. Al bajar sentí el indeseado susurro de una goma perdiendo aire en mi camioneta. Era una trasera, que pocos segundos después se desinflaba totalmente. Pero no la arreglaría, lo haría a la vuelta, no había ganas para ello y debíamos aclimatar. Me di cuenta cual sería el nombre de nuestro campamento base en el Galán, se llamaría Campamento Base Goma Pinchada.

Cerro Galán, Campamento Base "goma pinchada"


Estábamos a 86 kilómetros de El Peñón, sobre los 4.920 metros de altura y en 25°57´862 y 66°59´693. Eran las 13 horas.
Armamos las carpas. Un rápido almuerzo de una lata de duraznos al natural, los consabidos tés de la tarde y finalmente una muy liviana cena. En el día habíamos superado casi 1.500 metros de desnivel. Era demasiado. Antes de dormir nos controlamos uno a uno con resultados satisfactorios, pero debíamos estar atentos para considerar urgentemente cualquier problema que se pudiera presentar. A pesar de todo y de los consabidos incontrolables y desordenados sueños con los que colabora la hipoxia, dormimos bien.

Hacia el campamento uno de altura
A la mañana siguiente, Jueves 16, con tranquilidad y con los primeros rayos fuertes del sol calentando nuestras carpas, desayunamos y preparamos nuestra salida hacia el campamento uno de altura, dejando una carpa armada junto a los vehículos, por cualquier emergencia. Eran las 9 horas cuando con la pesada carga de la mochila, que incluía, en algunos casos más de 4 litros de agua, comenzamos despaciosamente a ganar altura en el sentido que nos indicaba la posición de cumbre, que se hallaba a 8 km de distancia. Poco a poco, con la dificultad que da la primer hora de marcha, nuestros pulmones se iban adaptando a cada metro que ascendíamos. Tras 3 horas, apenas pasadas las 12, salimos desde el final de una curva del ascendente y cada vez más estrecho acarreo (en alguna época fue un cauce glacial) a una plataforma en la que se unían tres acarreos descendentes de mayores alturas, que en forma de delta convergían a nuestros pies. Era un buen lugar para el Campamento 1. La altura 5.320 m y la posición 25°57´586 y 66°57´831. Faltaban 4,8 kilómetros en los que deberíamos ascender 600 metros hasta poder alcanzar la cumbre del Galán, la que aún no veíamos ni sabíamos cómo era. Armamos las carpas, que quedarían ahí esperando el regreso ya que al día siguiente encararíamos coronar la cumbre y regresar.
No sabíamos el esfuerzo a desarrollar y si deberíamos ascender varias precumbres pudiendo volver a perder altura nuevamente. Podría ser un día complicado. Alejandro decidió explorar durante dos horas de marcha el acarreo norte. Al regresar nos informó que no había podido determinar la cumbre pero si que el rumbo que llevábamos era el correcto. Un almuerzo liviano. Buena hidratación y frugal cena y a conciliar una larga noche de sueño. Decidimos partir a las 7 y media de la mañana, desayunados y con sólo nuestro equipo de vestimenta completo y un poco de agua y frutas.

Hacia la cumbre
A las seis de la mañana comenzaron los preparativos. Preparamos, aún enfundados en las bolsas de dormir, café con leche, pan con manteca y queso, y luego nos vestimos. Puntualmente, a las siete, estábamos cerrando nuestras carpas, luego de colocar unas pesadas piedras adentro, para evitar que el viento las llevara. Comenzamos la parte mas importante de la aventura. Había un tremendo frío que nos obligó muy pronto a colocar mitones o un segundo par de guantes sobre los que teníamos. Nos dificultó esto poder asir bien los bastones, pero por suerte no había pasos difíciles. Cuando se conoce la montaña que se asciende, siempre es mejor salir con un poco de sol. Se evita así pasar el innecesario y tremendo frío, de muchos grados bajo cero, que se produce al amanecer. Pero en esta circunstancia no esperamos al sol porque no sabíamos qué podría presentarse en nuestra subida que nos pudiese obligar a invertir más tiempo del previsto.
Tras casi 4 horas de trabajoso ascenso y de sortear, franquear, y subir y descender trabajosamente varias cumbres, detectamos la larga cumbre final sobre la que se asentaba la mayor altura del Galán. Un filo rocoso sobre el que sobresalían en el cielo dos promontorios de piedra volcánica, siendo el segundo más alto que el primero. Hacía allí subimos. Era la altura principal. La apacheta sobre la cúspide de la misma lo indicaba. Recordé las palabras, leídas, del Dr. Dangl ... “al poner pie en el punto más elevado del alargado filo de la cumbre...” nunca una descripción me pareció tan precisa. Era nuestra cumbre.

En la cumbre
La posición 25°56´394 S y 66°55´142 O, la hora 11,45 y la altura 5.912 metros. Pronto nos reunimos todos en un largo abrazo. Nuevamente una de nuestras expediciones había logrado las primeras mujeres en una cumbre.


Hans, Alejandro -fotógrafo-, Jaime, Susana, Mirta y Mary en la cumbre del Galan


Escarbamos entre un grupo de piedras colocado un poco más debajo de la apacheta cumbrera y apareció el Libro de Cumbre, en el que sobresalía la leyenda de la altura que anteriormente se le atribuía a esta montaña: 6.600 metros. Las actuales mediciones la han modificado sustancialmente en 688 metros menos.

Mirta con el libro de cumbre y Hans corroborando la altura


Estaban registradas seis expediciones, siendo la última la de nuestro amigo Heber Orona, de marzo de este año. No me fijé si habían registrado en el libro las de Dangl (1950) y Rebitsch. (1956). No había resto alguno ni notorio de las tres construcciones circulares incas. Sí existe en la base de la gran roca de cúspide, un raro socavón de unos 60 cms. de profundidad, que indicaba un fuerte trabajo arqueológico o lo que quedaba de él. Nos sentamos al resguardo del viento y durante más de media hora nos dedicamos a descansar observando golosamente todo el paisaje, tanto cercano, como lejano, que brillante se brindaba a nuestros ojos. Hacia el Suroeste se apreciaba perfectamente, a pesar que se hallaba a más de 180 km., el perfil del Inca Huasi. A poco más de 100 km. hacia el Noroeste el Nevado Antofalla. Hacia el Norte, a unos 60 km. el Salar del Hombre Muerto. Seis kilómetros hacia el Este y destacándose en el desértico entorno,


...el fino y serpenteante cauce del arroyo Rebitsch, con claro hilo de agua moteado totalmente por preciosas orlas de pasto verde. rodea el Galán hacia el Norte. Otra naciente a su sur, continúa ese sentido, debiendo perderse finalmente a través del Río Diamante, en la laguna Pabellón. Es tal vez desde el arroyo Rebitsch, si se pudiese acceder bien en vehículo, la ruta mas apropiada para subir el Galán y la que utilizó Rebitsch. Desde este cauce se aprecia perfectamente, en su dimensión y sin ningún tipo de obstáculo, la cumbre más alta del Galán. Otras cumbres, aunque más bajas se apreciaban hacia el sector sur, pero no eran empalmables directamente desde la nuestra. Se deberían ascender con un intento especial o mediante otra expedición.

Cerro Galán, retorno de la zona de cumbre

Apenas pasadas las 12,30 iniciamos el retorno al campamento 1 de altura a los 5.300 metros, al que llegamos tras casi 3 horas. Para descansar mejor decidimos continuar el descenso hasta el base a los 4.900 por lo que desarmamos nuestras carpas, y con todo el peso a las 16 iniciamos la bajada. En una hora justa estábamos al lado de nuestros coches y de la goma pinchada, que parecía burlarse de mí.
Montamos las tiendas. Había sido una larga jornada. Hans y Susana extrajeron una botella de champán que habían colocado entre los penitentes vecinos y en una alegre y sorpresiva ceremonia brindamos festejando el cumpleaños de Mirta, que coincidió con nuestro día de cumbre.

El Regreso
Al día siguiente, con el sol calentando los coches para facilitar el arranque y luego del cambio de rueda, iniciamos la salida desde el Campamento Rueda Pinchada. Desharíamos lo andado. Subimos con cuidado y preocupación la “gran subida” del cráter, aplicando baja, bloqueo y primera. No resultó complicada como creímos en una primera instancia. Raudamente, con varios cruces de ágiles vicuñas por delante de nuestros vehículos, y luego de traspasar sin detenernos las lagunas y El Peñón, en 6 horas de viaje estábamos en el empalme a Hualfil, en la ruta 40. Ahora a las termas, un merecido y cálido baño y a descansar antes de iniciar el retorno a nuestros hogares...

jaime suárez

ARIANOS - ATA


ATA- ARIANOS
INFORME DE LA EXPEDICIÓN DE CUMBRE
Y EXPLORACIÓN

ascendido el 28 Febrero 1998

Integrantes: Jaime Suárez ( U.P.A.M.E. - FRAE)
Mirta Sarmiento (C.A.M.)Hans Siebenhaar, Alejandro Giménez (JANAJMAN)
Fernando Martinis (JANAJMAN)
Fecha de inicio: 19 de Febrero de 1998.
Fecha Finalización: 28 de Febrero de 1998.
Cumbre: Volcán de los Arianos, 6.562 m/ 6.577m Ubicación: Sur 27°10´716 y Oeste 068° 34´344Fecha de Cumbre: Sábado 28-2-98.
Objetivos:
Descubrimiento y exploración de este sistema de montañas, con indicación de sus cumbres, alturas y rutas de acceso.
Ubicación de la cumbre Walter Penck, mediante utilización del GPS.
Documentación fílmica para información y antecedentes.

Cumbre Arianos (ATA-ARIANOS) desde el límite de ese entonces entre Chile y Argentina

EL SISTEMA WALTER PENCK
El Walter Penck, con sus 6.658 metros de altura, es una de las cumbres que al igual que el Tres Cruces –vecino cercano- podemos considerar denominarlas como “esquivas” para el andinista, a pesar de la experiencia que este tenga.
Ello no es extraño, y sucedió con otras montañas a fines del siglo pasado, cuando había poquísima información de la zona. Por ejemplo muchas expediciones han creído subir el Tres Cruces cuando accedían a la cumbre central de las tres cumbres pirámides que se observan desde Maricunga, siendo que en realidad la verdadera (que constituye hito fronterizo) es una cuarta ubicada hacia el final del trío de montañas y se aprecia su imponencia al estar cerca de ella, a veces ya sin tiempo ni medios para subirla.
Con el Walter Penck sucede casi lo mismo. Su posicionamiento en las cartas no es claro, ni las mismas reflejan fielmente la geografía que lo rodea. Hay que señalarlo mejor y hacer ajustes. Aparte de ello se aumenta la confusión en cuanto a cual es su verdadera cumbre en la lectura del mapa relevado oportunamente por el club Andino Tucumán, ya que cita cinco cumbres: el W1 (Walter Penck) -con una altura de 6.683m estimada con eclímetro, y 6.637m por el I.G.M.-, pero también añade en su entorno W2, W3, W4 y un aledaño al W1 denominado C° ATA.
Una laguna, que también figura, y se halla al fondo de un cráter volcánico tapado contribuye con su posición a aumentar nuestras dudas iniciales.
Todo lo expuesto determina que denominemos Sistema a esta montaña, al menos hasta cumplimentar las denominaciones y medidas de toda esta problemática de cumbres circundantes.

Hay poca información de Walter Penck y su actividad en nuestra cordillera Corría Diciembre de 1913 cuando encontramos información de su actividad andinística. . El era un geológo en investigación geográfica, contratado por el Gobierno Argentino, que había partido desde la provincia de Catamarca, contando en ése entonces con unos 25 años de edad.
Escaló primeramente el Nevado de San Francisco, de 6.008 metros de altura, y días después el Inca Huasi, de 6.638 metros. También intentó ascender el Bonete, donde existiría aún un comprobante suyo en una de sus precimas, ubicadas por sobre los 6.300 m, no habiendo llegado a la cumbre principal.
Regresó a Alemania donde en 1924, a los 36 años de edad falleció.

Personalmente estimo, tal vez con gran riesgo a equivocarme, que su nombre fue puesto por la expedición tucumana que lo determinó como W1 y a sus cumbres aledañas las designó como W2,W3 W4 y ATA. Habrá que investigar un poco más sobre el tema para poder determinarlo con exactitud.
También y con el riesgo al equivoco, considero que la cumbre W1 no registra ningún ascenso, y es la que registra la mayor altura.

Ubicación:
La posición que se le da al Walter Penck –mal nominado en mapas anteriores como Nacimiento- es la siguiente: 68°34´Oeste y 27°11´Sur. Pero determinándola en el mapa veremos que surgen varios ajustes, que logran, si queremos más precisión, confundir aún más al andinista.
Su ubicación es dentro de la provincia de Catamarca, en Argentina, pero muy cerca –más de dos kilómetros- del límite internacional con Chile, que en ése lugar se determina por la divisoria de aguas.
Es la novena altura de América luego del Aconcagua, Pissis, Ojos del Salado, Mercedario, Huascarán, Bonete, Tres Cruces, y Llullaillaco y la octava cumbre en altura de las argentinas.

La Partida
Partió nuestra expedición desde Mendoza el Jueves 19 de Febrero a las 2 y media de la tarde, en dos vehículos cuatro por cuatro que transportaban a Hans, Mirta y Jaime. Cinco horas y media después se sumaban en la capital de la Rioja nuestros amigos Alejandro y Fernando que habían llegado desde Salta para unirse a nuestra expedición.
Una vez más seguíamos cumpliendo el rito anual de ascensiones para completar las 10 cumbres argentinas más altas de 6.500 metros.
Por mi parte ya había alcanzado 9 (Aconcagua, Pissis, Ojos del Salado, Mercedario, Bonete, Tres Cruces, Llullaillaco, Incahuasi y Tupungato) y me faltaba esta.
Nuestros 2 vehículos llegaron tras poco más de 800 Km de marca, esa noche, a Tinogasta donde pernoctamos. Al día siguiente nos desplazamos hasta Fiambalá donde procedimos a hacer los trámites de rigor como Aduana y Migraciones y reponer totalmente el combustible de nuestros tanques y bidones de apoyo. Continuamos hasta Pastos Largos donde dormiríamos ésa otra noche, previa carga de agua en nuestros bidones un poco antes de llegar a Chaschuil.

Pastos Largos
Pasadas las 12 horas llegamos. Estábamos a 3.100 metros de altura. Trataríamos de ir obteniendo aclimatación para enfrentar la tremenda puna que nos aguardaba.
Una vez más estábamos en este familiar lugar. Una vez más intentaríamos buscar algún anzuelo abandonado o alguna línea, para una vez más intentar pescar alguna trucha del cercano río Guanchín, y una vez más nos convenceríamos que deberíamos seguir practicando el andinismo y dejar de lado la pesca.
Aprovechamos para subir unos montículos de relativa altura, siempre preocupados por nuestra aclimatación, y en comer lo más que pudiésemos para no perder energías.
No habíamos tramitado permiso de ascensión del vecino país de Chile, ya que a pesar que ascenderíamos la cumbre desde él, esta se encuentra dentro del territorio de nuestro país, por lo que no correspondía. Igual llevábamos una constancia de expedición UPAME la que presentaríamos ante Gendarmería en la zona y ante Carabineros.

Las Grutas
El sábado 21 de Febrero, pasadas las 10 de la mañana, partimos hacia Las Grutas. Tras poco más de 90 kms en que aprovechamos para ir sacando fotografías de guanacos, burros salvajes y montañas, bajo la atenta mirada del Inca Huasi cuyo perfil predomina en toda la región, llegamos hasta Las Grutas, que se encuentra a los 4.000 metros de altura.
Ahí tuvimos una pequeña sorpresa. El agradable bunquer que siempre nos facilitaba la Dirección de Vialidad de Catamarca, estaba totalmente ocupado por empleados de un obrador que en breve pavimentará desde allí hasta el límite con Chile el Paso San Francisco. Un inusitado movimiento de camionetas daba un aspecto febril a este otrora tranquilo lugar de la cordillera de Los Andes.
Por suerte Gendarmería nos facilitó una habitación donde pudimos descansar los cinco esa noche, previo alguna disputa de dominó que al igual que la actividad de pesca no nos dejó muy bien parados.
Es digno de tenerse en cuenta que la febril actividad que desarrollan las empresas telefónicas ha llegado a este tan alejado lugar. Hay en el edificio de Gendarmería un teléfono público de Telecom, pero querido lector, ojo, hay que llevar tarjetas de ésa empresa, sino no hay forma de hacerlo andar. Pero hay que redoblar la atención, porque conseguimos una tarjeta que compramos a un operario de vialidad, y tampoco anduvo ya que empezó a dar una serie de rarísimos mensajes en su display, pero el “poncho”, mejor dicho la llamada, no apareció.
Tal vez tenga mejor suerte y por si acaso llevar tarjetas, ya que resulta agradable durante una expedición poder comunicarse con los seres queridos.

Campamento Retén Carabineros-Murray
El domingo, temprano, a las 9 horas y luego de finiquitar todo el papeleo de egreso del país, partimos hacia nuestro próximo destino de ese día, el abandonado refugio Murray, previo paso por la bellísima Laguna Verde - que se encuentra a casi 4.500 m de altura sobre el nivel del mar- y los trámites de ingreso a Chile en el retén de Carabineros ubicado en su costado. De allí y tras unos 14 kilómetros llegamos a nuestro objetivo del día.
La altura era de 4.500 m. Tras instalarnos, acomodar nuestros vehículos y armar nuestras carpas en la parte inferior del abandonado retén de carabineros, decidimos volver a la Laguna Verde pues nos habíamos informado que habría una regata de velas en su superficie a las 14 horas. Nunca habíamos visto tantos vehículos en ese lugar por que habíamos pasado varias veces. Tampoco tal cantidad de personas en tal alejado sitio. Por supuesto fue un bien intencionado intento de encuentro internacional que no se pudo concretar por el tremendo viento que soplaba. Todo quedó en una ceremonia donde se entonaron nuestros himnos y en dos o tres amages de zarpar que no se pudieron concretar.
Pero el espectáculo brilló por su colorido e intención. No es fácil algo así a los casi 4.500 metros de altura sobre el nivel del mar en la inmensidad de la cordillera de Los Andes.
Regresamos a nuestro cómodo refugio mientras que a excepción de los carabineros y gendarmes los demás debían hacerlo a La Rioja y Copiapó.
A la mañana siguiente y con el asesoramiento del 1° de Carabineros deberíamos llegar a nuestro campamento base donde quedarían definitivamente los vehículos que nos transportaban.

Campamento Base
A la mañana, luego de una descansada noche, partimos por la ruta internacional chilena a Copiapó hasta superar aproximadamente 18 kilómetros de distancia. Eran las 11,40 horas.
Ante nuestra vista apareció el valle por el cual nos internaríamos para acceder lo más posible al corazón de la cordillera, en busca de nuestro objetivo.
Pudimos, cómodamente primero, y luego sorteando promontorios y laderas hendidas por penitentes, llegar a los 4.815 metros de altura y a unos casi 10 km de distancia de la ruta internacional. Eran las 14,50 y no convenía seguir subiendo más ya que era más que suficiente la exposición de nuestros vehículos al frío que daría esa altura al amanecer, situación que hay que considerar por más preparados que los tengamos.
Nuestros GPS marcaban que la cumbre distaba a 27 kilómetros en línea recta.
Armamos nuestras carpas, protegimos a nuestros vehículos lo mejor que pudimos y procedimos a continuar con nuestro descanso y aclimatación.
Quedarían armadas dos carpas en este campamento para que sirvieran de apoyo en caso de alguna emergencia o retorno con tormenta.
Posición C.B. 26°59´638 S y 68°43´236 O- 4,815 m.s.n.m.

Campamento Uno
El martes 24, a las 9,15 y con un agradable amanecer, partimos con nuestras mochilas completamente cargadas. La dirección de ése día era hacia el Ojos del Salado y caminábamos mirando la imponente presencia primero del Tres Cruces, en su faz norte, y la del Solo.
Al rato una azul laguna aparece sorpresivamente ante nuestros ojos. Estaba casi a los 5.000 metros de altura y no figuraba en nuestras cartas. La bordeamos y seguimos desplazando nuestra pesada carga subiendo y bajando pero siempre dentro del límite entre los 4.900 y 5.100 metros.
Más adelante y unos 100 metros más abajo del nivel de la anterior laguna, apareció otra, de color verde y marrón y de similares medidas. Esta la pasamos un poco mas lejos de su borde.
En algunos lugares podíamos descansar protegiéndonos del viento al poner nuestras espaldas tras formaciones de aislados penitentes, otras veces sólo podíamos continuar. Finalmente y tras sortear dos hilos con agua de deshielo -que nos tranquilizaron por si faltaba agua al regreso- llegamos a lo que sería nuestro Campamento Uno. Habíamos hecho en esa jornada 12 kilómetros caminando con pesada carga y a tan tremendas alturas.
En primera instancia y sólo por apreciación visual, pensamos que el Walter Penck era una montaña que se encontraba en el borde del sistema del Ojos del Salado. Al arrimarnos a este campamento comprendimos que no podía ser. Ya que el GPS indicaba su dirección pero a mucha más distancia. No sabíamos si bordearlo subiéndolo por la izquierda y paralelo al final del Ojos del Salado o rodearlo por la derecha en un suave y pronunciado ascenso. Decidimos llamarlo el cerro de la Incognita. Lo pensaríamos tranquilamente mientras descansábamos del fatigoso día en nuestras agradables bolsas de dormir.
Una vez más esa noche pudimos sintonizar mientras conciliábamos el sueño en la frecuencia AM 840 la cálida emisora de Radio Salta, y en AM 720 el noticiero de las 12 de Radio de Cuyo de Mendoza.
Reconfortaba tener ese fino y etéreo lazo con el mundo conocido en tan solitario lugar.
Posición Camp..I. 27°04´353 S y 68°38´180 O-5.100 m.s.n.m.

Campamento Dos
Salimos con el sol rumbo al cerro de la Incógnita y decididos a franquearlo por su derecha.
Nuevamente una larga caminata sorteando campos de hielo y penitentes. Tomando altura y volviendo a perderla para sortear alguna larga dificultad. Transcurrieron así varias horas en que pudimos hacer más de 7 kilómetros y medio, hasta llegar a un pequeño valle plagado de penitentes en un costado y bajo los cuales de deslizaba un arroyo de deshielo. El alrededor y la base del lugar eran morenas.
Estábamos en el costado sur del cerro de la Incógnita, el que habíamos rodeado, y al final del sistema de Ojos de Salado. Al fondo divisamos lo que creímos el Walter Penck, una formación montañosa que tomaba mucha altura y rodeada de otras menores. Nuestro aparato apuntaba hacia allí. Nos pusimos contentos, por fin lo veíamos.
Nuestra caminata había sido larga pero no la altura obtenida. Estábamos a los 5.300 m.s.n.m. y era el Miércoles 25 de Febrero. La posición 27°08´355 S y 68°37´315 O.

Tormenta
Ese atardecer comenzaron a pasar rápidas y cargadas nubes sobre nuestro campamento. Poco más tarde comenzó a nevar. Lo hizo toda la noche. Al amanecer del día 26 estábamos totalmente rodeados por la tormenta y la nieve. Seguir no podíamos ya que no se veía nada y volvernos tampoco, no imaginábamos hacer casi 20 kilómetros en esas condiciones y en un medio tan difícil. Cabia esperar. Lo que sucediera al amanecer sería definitivo para la expedición, ya que dependería continuar o intentar retroceder.
De noche seguíamos sintonizando 840 radio Salta y 720 Radio de Cuyo, y en alguno de los cambios escuchamos una radio chilena que decía que una “tormenta tropical”, con ráfagas de más de 70 Km se había abatido sobre el centro y norte de Chile. La noticia me alegró, si era tropical seguro que pasaría rápido. Trasmití mi pensamiento y nos dedicamos a seguir descansando y oír la nieve golpear sobre nuestras dos carpas.
La noche del 26 fue de dudas hasta que sentimos soplar más fuerte el viento. Seguro que se llevaría todas las nubes y la tormenta.

Campamento Tres
Así fue. La mañana del día 27 era espléndida. Armamos prontamente nuestra mochila y equipo y partimos hacia lo que sería nuestro campamento tres, tan observado desde el dos.
Fuimos ganando altura y continuamos atravesando glaciares hasta llegar a un nivelado lugar que consideramos apto para nuestras carpas. Estábamos a los 5.830 metros. Ahí sería nuestro campamento de ataque a la cumbre. Montamos con la dificultad del viento y el frío nuestras carpas y pronto nos metimos en ellas.


Campamento III; al fondo la cumbre principal del Tres Cruces

Nos hallábamos a un poco más de 4 kilómetros de distancia del campamento dos y nuestra posición era 27°09´804 S y 68°35´486 O. Estábamos a escasos metros de la línea fronteriza argentina. Hicimos algunas filmaciones desde el interior de la carpa, cenamos poco antes de las 19 horas y nos pusimos a intentar dormir, cosa que no es nada fácil a esa altura por las implicancias de la falta de oxígeno.

Buscando la Cumbre
A las 7 y media del Sábado 28 estábamos nerviosamente saliendo de nuestras carpas ataviados con el equipo de ataque a la cumbre, medio litro de agua cada uno y algo de comida seca para poder afrontar lo que pudiese pasar.

Fuimos ascendiendo llevando en nuestra mente los estudiamos mapas y el apunte del Club Andino Tucumán. Había varios cerros en derredor del Walter Penck, algunos de ellos denominados como W2, W3 y W4. Pero pensábamos que estábamos en el principal por lo que era importante seguir subiendo. Debimos desviarnos hacia la derecha de nuestra marcha utilizando el posicionador satelital y poco a poco estábamos alcanzando la filosa cumbre de la montaña que tanto observamos desde el campamento dos.
Tras pesada marcha alcanzamos la cumbre. Nuestra posición era 27°10¨716 S y 68°34´344 O y la altura, por el viento debimos tomarla, luego de revisar la cumbre buscando comprobantes y todo el entorno de la misma, unos 15 metros más abajo, era 6.562 metros, que sumada a la anterior daba 6.577 m.s.n.m.; y nos hallábamos a 2,5 km. del campamento tres. Pero lo más importante apareció ante nuestros ojos, un fuerte promontorio aislado, que vimos más al sur, seguramente era el Walter Penck. Manipulamos en el GPS y en efecto a 2,1 km de distancia de nuestra cumbre, correspondía a su posición. Allí estaba, tal vez, acompañado del ATA, pero para llegar a él se debían cruzar dos pronunciadas y difíciles quebradas. No era fácil y haría falta por lo menos otro día más. Estaba seguro que no tendría más de una ascensión. Otras expediciones no habrían llegado a él.
Procedimos a mirar nuestra montaña. Era la cúspide labial superior de un volcán. Al fondo se veía una laguna en su cerrado cráter, laguna que nos prestó inicialmente a confusión al compararla con la existente en un mapa al lado derecho del Walter Penck. Nuestra montaña no estaba en el mapa, pero su altura era indiscutible ya que dos GPS la estaban revelando. No había absolutamente ningún comprobante como pudimos apreciar luego de buscar exhaustivamente en toda la cresta. Superaba holgadamente los 6.550 metros y era un volcán aislado totalmente, dentro de territorio argentino e innominado.
A pesar de la altura nuestros cerebros trabajaron alocadamente. En el campamento tres durante la tormenta y charlando de muchas cosas habíamos descubierto que los cinco componentes de la expedición, los cuatro hombres, vaya a saber por que circunstancia éramos todos del signo de Aires. Que mejor nombre que ponerle Volcán de los Arianos y fijar su posición a los 27°10´716 Sur y 68°34´344 Oeste.
El grupo en la cumbre

Esta cumbre ya estaba segura dentro del sistema. Cualquiera puede ahora determinarla fácilmente, al igual que la principal -Walter Penck- cuya posición es 27°11´800 Sur, y 68°34´Oeste necesitando pequeños ajustes que lógicamente se harán al acceder a su cima.
El panorama desde la cumbre era indescriptible. Al Sur el Nacimiento, el Pissis con sus lagunas saladas, hacia el Oeste el Tres Cruces, hacia el Norte el Ojos del Salado, hacia el Noreste el Inca Huasi, y mil montañas más incluidas el cerro de la Incógnita. El día con sol realzaba todo lo que mirábamos. Alejandro festejando el ascenso al Volcán

El regreso
Había que regresar, eran las 5 de la tarde y no era prudente demorar más en observaciones. Lentamente volvimos al campamento tres. A pesar de la agotadora marcha decidimos levantarlo y regresar al dos, ya que así conseguiríamos dormir mucho mejor y descansar de un día de mucho cansancio y emociones.
Muy tarde arribamos a los 5.300 metros, donde armamos nuestras carpas y procedimos a descansar mucho más tranquilos que la noche anterior. Había que descansar mucho porque al día siguiente nos cansaríamos en exceso. Nos esperaban desde allí mas de 20 kilómetros de marcha.
El día 1 de Marzo, domingo, los caminamos uno a uno y metro a metro. El interminable ascenso y descenso de niveles entre los 4.900 y 5.100 metros se volvía a repetir. Al igual que observar la fuerte belleza de las 2 lagunas de altura descubiertas.
Finalmente bordeamos la azul y tras una empinada e interminable cuesta pudimos contemplar a los lejos el cauce de glaciar donde estaban nuestros cuatro por cuatro.
El llegar al campamento base, y proceder a arrancar los motores fue otra importante emoción casi igual a la de cumbre. El ronroneo de los motores parecía música de ángeles. Estábamos tan lejos de todo que el ruido nos producía seguridad.
Pronto procedimos a avanzar hacia el regreso. Todo lo demás es muy trivial.

Jaime Suárez

Mendoza, 28-Febrero-98

LAS TÓRTOLAS

LAS   TÓRTOLAS
                                                por Jaime Suárez
ascendido en Febrero 2003


INFORME DE LA EXPEDICIÓN


Fecha de cumbre: 13 de Febrero de 2003.
Ruta: Por Argentina, vertiente Este.

Ubicación:
Esta montaña, Santuario Indígena de Altura, se encuentra en la República Argentina, en la provincia de San Juan, en la posición 29°56´393Sur y 69°54´359Oeste.
Altitud:
6.180m sobre el nivel del mar.
Época más adecuada de ascenso:
Noviembre a Marzo.
Integrantes:
Jaime Suárez, Hans Siebenhaar, Mirta Sarmiento, Susana Miatello.
Dificultad:
De alta montaña. Imprescindible buena aclimatación. También experiencia previa en altura, en marcha a gran altitud y conocimiento de Los Andes. Se presenta dificultad en la escalada al ascender los últimos 200 metros de altura del morro de cumbre. Hay que llevar grampones, aunque no se usen, ya que según el año y/o al inicio o fin de temporada se presentan glaciares en la ruta. Es fundamental la buena aclimatación.
Equipo:
Tienda de altura. Hornillo y combustible o gas suficiente. Abrigo de Alta Montaña.
Parka y bolsa de dormir de altura, zapatos dobles, grampones, bastones. GPS.
Acceso:
Ya en la provincia de San Juan, se arriba hasta Jachal o Pismanta, desde allí hasta Tudcum desde donde se enfilará hacia la Quebrada de Conconta, debiendo superarse el Nevado de Conconta hasta llegar al Río del Valle del Cura. Los detalles de acceso e itinerario se citan en el relato.


Las Tórtolas



LAS TÓRTOLAS

Objetivo Las Tórtolas....

Las Tórtolas o como también se lo llama Tórtolas, que alcanza una altura de 6.180 metros, es límite internacional entre Argentina y Chile, precisamente entre la provincia San Juan y Coquimbo respectivamente. Lo establecimos como objetivo, sabiendo que había muy poca o ninguna información sobre esta montaña, salvo misteriosos relatos recogidos de aquí y de allá, lo que nos sirvió de acicate para preparar una expedición aún sabiendo que la realizaríamos lejos de cualquier ayuda en caso de inconvenientes. Pero ya estábamos acostumbrados a marchar sobre zonas bastante vírgenes de información.
Su ubicación es 69°54’359O y 29°56´393’S. Y si bien su cumbre es el punto limítrofe, se encuentra gran parte del mismo en territorio argentino. Hacia el Sur, unos 30 kilómetros más abajo se encuentra el paso de Agua Negra, que une San Juan con La Serena en Chile. Hacia el Norte se aprecian, a unos 90 kilómetros El Toro (6.160m) y a 170 kilómetros El Potro (5.789 m), éste último visualmente indica la separación entre San Juan y La Rioja. Todos ellos puntos limítrofes internacionales y verdaderos desafíos para andinistas deseosos de cumbres de altura menos transitadas. Hacia el Oeste, desde la cumbre del Tórtolas hasta la Ciudad de Coquimbo, a orillas de Pacífico hay 140 kilómetros de distancia.
Su primera ascensión conocida con posterioridad a la conquista fue en el año 1952 por Edgardo Kaussel y Heinz Koch, desde Chile y descubrieron maravillados una plataforma con pircado de piedras y un manojo de leña. A su regreso al valle vecino oyeron, de boca de mineros, la leyenda de que “en la cumbre se aparecían indios que venían a bailar en un plato de oro”. Del relato de Bión González y Oscar González, que lo ascendieron en Enero de 1956, habíamos extraído que en su cumbre existía “Una enorme pirca de unos 8 metros por cuatro, con muros de contención, que se elevan un metro más sobre la cumbre de la montaña, y en su extremo noreste un enorme atado de leña semienterrada, en el cascajo del relleno”. Encontraron también varios objetos arqueológicos.

Al Tórtolas:
Partimos desde Mendoza el Viernes 7 de Febrero del 2003 a las 8 horas, con Hans, Mirta y Susana en dos vehículos 4x4. Tras superar San Juan, Talacasto, Iglesias y Las Flores, a las 12,30 horas estábamos preparándonos para un almuerzo en el Hotel Pismanta. Desde allí seguimos por asfalto hasta Tudcum y luego por el camino consolidado que conduce a la Quebrada de Conconta ingresamos en ella hasta llegar a un puesto de control. Anteriormente era un control de Gendarmería y en la fecha lo ocupa la minera Barrick. Se alza a los 3.000 metros de altura en la posición 30°05´298 y 69°30´758. Para cruzar el Portezuelo del Nevado de Conconta y transitar por la zona se necesita permiso de paso, que se debe tramitar previamente en la compañía minera. A partir de aquí existen serias medidas de seguridad, que incluyen la firma de un compromiso y la aceptación de control de un banderillero que actúa desde las 9 horas hasta las 16 horas. Mi odómetro marcaba 400 km. de distancia desde Mendoza.
Para ir logrando aclimatación y descansar la jornada, casi dos kilómetros más adelante decidimos armar nuestro campamento en una vega que separaba el camino del borde del río. Eran las 16 horas cuando terminamos de armar las carpas. Estábamos en un buen lugar a los 3.104 metros de altura, en la posición 30°04´744 S. y 69° 31´640 O. Un poco después procedimos a escalar algunos cerros cercanos para ir logrando aclimatación y desentumecer el cuerpo de las horas de viaje.
Despertamos temprano con el ruido del arroyo y controlamos las pulsaciones. Tras un buen desayuno desarmamos las carpas y a las 9,30 reiniciamos la marcha de nuestros vehículos para superar el cordón de Conconta. Pronto se acabó el camino de leve ascenso que acompañaba al río, estrechándose y aumentando el desnivel. A partir de la Quebrada de la Vicuñita apareció una fuerte subida en caracoles hasta llegar al Portezuelo de Conconta, a los 4.880 metros de altura. Un poco antes se puede dar una espectacular mirada hacia el Este observando la magnitud y belleza de toda la Quebrada de Conconta.
jaime suárez
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Es inevitable sacar unas fotografías. Pronto aparece en nuestros parabrisas la cadena central de la Cordillera de los Andes y floreciendo sobre las montañas, el Tórtolas, con una desafiante belleza y un aura de misterio y soledad. La cumbre principal sobresale, desde la vista argentina, como un picacho con bastante semejanza al que le da nombre al Bonete Chico. A partir de aquí hay un suave y largo descenso, y casi al final trazos del arroyo Conconta, que inesperadamente se inician formando algunas manchas de verde pasto, para desaparecer prontamente a través de filtraciones. Esta huella nos lleva al fondo del Valle del Cura, que es tajeado de Sur a Norte por el Río del Valle Del Cura.
jaime suarez
Las Tórtolas, montaña y aves...
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El valle del Cura actualmente se encuentra en explotación minera, y tenía antecedentes de gran cantidad de minas de oro.

El campamento base:
Frente al Tórtolas salimos del camino que sigue con rumbo Norte hacia Sepultura y directamente enfilamos hacia el río del Valle del Cura. Llegamos a su orilla y luego de estudiar el cauce, en el lugar que consideramos el más apropiado Hans constató que el fondo era de piedras pequeñas, lo que facilitaría el vadeo. Con cuidado lo cruzamos primero un vehículo y luego el otro, evitando a la salida del agua unos manchones de barro.
jaime suarez
Río del Valle del Cura.

A partir del río, continuamos hasta la entrada de una pequeña quebrada previa a las que descienden la inmensa y mesética barda que cimenta la falda argentina del Tórtolas. Continuamos por muy mal camino una centena de metros el cauce del arroyo de La Pirca. Junto a un viejo y casi totalmente derruido pircado inca que da nombre al arroyo, estacionamos nuestros vehículos y montamos nuestro campamento base. Eran las 12,40 horas. La altura 3.990 metros. La distancia por odómetro a Mendoza de 450 kilómetros y la posición 29°57´748 S y 69°45´672 O. La distancia a la cumbre en línea recta de casi 15 kilómetros, que deberíamos transitar ascendiendo con nuestro equipo de montaña. Desde nuestro campamento apreciábamos todo el trayecto realizado desde la salida del Portezuelo de Conconta y el tramo de río cruzado.
Armamos carpas y decidimos descansar, la idea era hacer un suculento almuerzo, ya que el cruce del río nos había abierto el apetito. Exquisitos bifes de filet con dos o tres gotas de aceite de oliva en la sartén comenzaron a dar un peculiar olor al lugar. Un tetra mendocino se encargó de ayudar, a alguno de nosotros, a la digestión. Luego una siesta. Para el día siguiente determinamos hacer una avanzada llevando parte del equipo y lograr también mejor aclimatación.
Partimos a las 9 después del desayuno, y a poco más de un kilómetro entramos a la quebrada que nos permitiría ascender en leve inclinación y cómodamente a la parte superior de la barda que tiene casi cinco kilómetros de largo hasta la base del Tórtolas. La quebrada que transitábamos tenía una especial belleza en las rocas que la tachan en su lecho y en sus laderas. Desmembradas por la fuerza de la naturaleza hacen curiosas figuras. Hans la llamó muy acertadamente Quebrada de Dalí. Y así la bautizamos. Tras casi dos kilómetros más de marcha, parte de los cuales nos acompañó observándonos desde lejos un solitario guanaco, ascendimos los 270 metros de desnivel de altura existentes desde nuestro campamento a la mesética superficie. Caminamos dos kilómetros y medio más, ahora sobre ella, hasta cumplir el límite de marcha que nos habíamos fijado, que eran las 12 del mediodía. Llegamos a una gran piedra rojiza, en los 4.337 metros a cuyo pie dejamos comida, grampones, agua y refrescos. Regresamos los casi 6 kilómetros de distancia con bastante hambre y ganas de descansar. Al día siguiente iniciaríamos la salida nuevamente pero ya hasta el campamento uno de altura.

Hacia nuestra montaña...el Campamento 1 Piedras Blancas:
El día 10 de Febrero salimos a las 9 de la mañana dejando 2 carpas armadas y las camionetas protegidas del frío con anticongelantes y mantas. Nuevamente entramos en la Quebrada de Dalí, la fuimos ascendiendo paso a paso hasta comenzar a transitar la superficie de la Barda, hasta la piedra donde dejáramos carga el día anterior. Retiramos los grampones, latas de duraznos y parte del agua, dejando una coca-cola para el regreso. Continuamos ya con mucho más peso en las mochilas hasta el final de la meseta. Allí, apareció una planicie que era el fin del faldeo del Tórtolas y que concluía en un nivel inferior en unos 20 metros al de la barda. Vimos en él grandes piedras dispersas y tras una rápida deliberación nos dirigimos hacia dos grandes y blancas que sobresalían notoriamente y darían el nombre a nuestro campamento.
Llegamos apenas pasadas las 14 horas. La posición 29°56´410 S y 69°50´147 O, y la altura
4.410 metros. Habíamos hecho un desnivel de unos 420 metros recorriendo 9 kilómetros en 5 horas de marcha. Allí montamos nuestro primer asentamiento de altura, debajo de una de las piedras para que nos protegiera del viento. Mirta y Susana en una carpa y Hans y yo en la otra. Almorzamos y luego dimos un pequeño recorrido exploratorio. Una formación rocosa piramidal a la que nos dirigimos, ubicada más al norte, nos permitió descubrir un cauce con cristalina agua que descendía desde uno de los brazos del glaciar principal del Tórtolas. Había agua. Aunque unos centenares de metros más adelante desaparecía entre las piedras. Estudiamos la montaña y la ruta a seguir y decidimos que ese cauce y el brazo de fin de glaciar que lo formaba constituía la mejor ruta para tomar altura en la búsqueda de cumbre. Al día siguiente saldríamos.
Pronto nos metimos en nuestras bolsas y con conversaciones entre carpas o escuchando radio pasamos el resto de la tarde hasta las 20 horas en que cenaríamos. Luego a dormir. La aclimatación obtenida con la marcha nos permitió hacerlo muy bien.

Al campamento 2.
Con sol sobre nuestras cabezas, luego de desayunar y desmontar el campamento partimos apenas pasadas las 9 hacia el brazo de agua por el final del faldeo del Tórtolas. El entusiasmo de emprender ya el ascenso de la montaña nos hacía olvidar el peso de las mochilas. A casi dos kilómetros de Piedras Blancas en los 4.660 metros apareció una formación de pircas.
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Pircado Inca, cercano al viejo camino que cruza desde la parte norte del Tórtolas.
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Estaban algo derruidas y se mimetizaban con las piedras del borde del cauce y de la montaña. Eran unas 5 habitaciones, más o menos redondas, sin trazas de techado. Desde ellas, al mirar hacia el Este, se aprecia perfectamente el acceso al valle del Cura desde el Cordón de Conconta. Toda una estratégica posición. Hacia el Norte se podía seguir un sendero hasta rodear la montaña en el Portezuelo del Tórtolas, zona de paso al país vecino. Tenía el recuerdo de haber leído en el libro “El enigma de los Santuarios Indígenas de alta montaña” de Antonio Beorchia Nigris que la expedición de 1960 del Club Andino Mercedario - que venció al Tórtolas por el flanco argentino -, a 4.900 metros descubrió pircas indígenas con restos de cerámica. Debían ser éstas. Probablemente los doscientos metros de diferencia de medidas se debieran a la relatividad de las mediciones barométricas que tienen más amplitud acorde la presión y según la altura.
Seguimos ascendiendo, muy pronto el fin del glaciar hizo desaparecer el agua que hasta entonces brincaba hacia abajo. Fuimos bordeándolo y en los 5.003 metros de altura decidimos armar campamento.

Campamento 2, Penitentes:
Sólo habíamos caminado 3 horas y media. Pero el haber recorrido casi tres y medio kilómetros, superando un desnivel de 600 metros, nos pareció suficiente para continuar con la buena aclimatación. Era fundamental lograr la mejor aclimatación posible y mantenerla ya que de surgir algún problema sería calamitoso para todos.
Al lado de una formación de penitentes, en la posición 29°56´300 S y 69°51´387 O., montamos nuevamente nuestras dos carpas, no sin un poco de trabajo para nivelar el piso. Hacer un pozo al final de una hilera de penitentes, separando piedras y arena, nos permitió rato más tarde obtener abundante y excelente agua de deshielo. No nos sería necesario en consecuencia derretir nieve. Era una gran satisfacción. Habría más tiempo para hidratarnos, comer (debíamos reducir urgentemente más de dos kilos de peso de nuestras espaldas, representados por dos latas de duraznos en almíbar, trabajosamente ascendidas) y luego descansar cómodamente.

Hacia el 3 de altura:
Doce de Febrero. El frío del amanecer nos hizo demorar un poco la salida. A las 9 y media, ya con el pesado equipo de altura encima comenzamos el ascenso bordeando el glaciar que tenía muchos penitentes y grandes pedazos de hielo de azul brillo que acentuaba más su peligro. A los 5.670 metros, tras larga búsqueda de un espacio lo menos inclinado posible, nivelamos cerca del glaciar, con gran trabajo, dos lugares para nuestras carpas en lo que sería el campamento 3. Inmediatamente comimos livianamente. Habíamos llegado a las 13,30 tras 4 horas de dura subida en las que superamos casi 670 metros de altura y dos kilómetros de distancia. Recogimos con esfuerzo nieve del glaciar en la bolsa de la carpa, para poderla derretir y obtener agua y dado que el sol desaparecería más rápidamente atrás de la montaña, nos metimos pronto en nuestras bolsas de dormir. Restaba esperar la hora de la cena mientras hacíamos nuestra anotaciones y cálculos. Luego a dormir, con un poco más de esfuerzo ya que la altura nos hace despertar varias veces durante la noche.

Hallazgo en la búsqueda de la cumbre:
Decidimos, ese día 13 de Febrero, salir muy temprano, ya que estimábamos el desnivel a ascender en unos 550 metros, en un trayecto de poco más de dos kilómetros hasta la cumbre. Había una fuerte inclinación que podría demorarnos unas 5 o 6 horas, pero no sabíamos con que nos podríamos encontrar. Desde lejos se había apreciado perfectamente el pico final de la cumbre del Tórtolas, pero al acercarnos carecíamos de perspectiva y sólo la flecha del GPS nos indicaba el rumbo.
Partimos, los cuatro, pasadas las 7 de la mañana, (habíamos desayunado un rato antes) dejando armado el campamento 3 y sólo con el equipo, un litro de agua y algo de comida. El amanecer nos flechó intensamente de frío las manos y los pies. El movernos, poco a poco calentaba el cuerpo, aunque sólo terminó de hacerlo el sol un buen rato después de su aparición. Ascendimos en sentido noroeste buscando la parte más alta de las crestas nevadas, evitando el glaciar para no colocarnos los grampones. Buscamos nerviosamente la cresta de cumbre hasta que, ya cerca de la mayor altura del glaciar, apareció hacia el Oeste nuestro objetivo. Florecía majestuosamente sobre un inmenso glaciar, que con una pequeña laguna, tachonaba su base sur. El glaciar se extendía para ascender el abrupto faldeo de la mole hasta casi la mitad de su altura. Había que descender unos ochenta metros, para volver a subir muy por arriba de nuestro actual nivel. Rápidamente vencimos la desazón. Era como subir otra montaña cuando ya creíamos estar muy cerca de la cumbre. Comenzamos el descenso en directo sentido Oeste.
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Tórtolas, cúspide final, y descubrimiento de 2 pircas.

Cuando estábamos a los 5.960 metros, en un pequeño collado que escalonaba el descenso, aparecieron dos pircas rectangulares. Una en mejor estado que la otra al alcanzar sus paredes en algunos lugares más de 60 cm. de altura. En su interior había varios leños para fuego. Desde ellas se apreciaba perfectamente la cumbre. Era nuestro descubrimiento. Estaban sin haber sido holladas o escarbadas desde que fueron abandonadas por los incas.
Vimos varios leños en su interior. El haber buscado la cumbre y equivocar levemente el camino nos había permitido llegar a ellas. Estaba seguro de que no figuran en ningún relato, amén de que no están en la ruta de ascenso desde Chile. La posición 29°56´325 S y 69°53´890 O., estábamos a un kilómetro en línea recta a la cumbre. Pero debíamos seguir descendiendo, para volver a subir. En los 5.920 metros, al pie de la helada laguna comenzó la subida. Nos restaban unos 270 metros hasta la cúspide. Pronto superamos el glaciar y luego fuimos dejando en la fuerte inclinación nuestras fuerzas. Era, entre jadeos entrecortados y descansos, una constante búsqueda por la mejor piedra donde asirse y el lugar que diera mayor seguridad para no derrapar violentamente hacia el glaciar.

En la cumbre
Por fin a las 12,30 estábamos pisando la plataforma de la cumbre. Hay en ella un monolito de unos cincuenta centímetros, de caños de acero con una plaqueta en homenaje a Gabriela Mistral. La posición 29°56´393 S y 69° 54´359 O. y la altura de nuestros GPS 6.195 metros.
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Las Tórtolas, cumbre por la ruta argentina.
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El sol iluminaba toda la cordillera. Hacia el Oeste, en montañas más bajas de Chile apreciamos trabajos mineros viales que circundan en forma de caracol algunas de las pirámides rocosas. Se apreciaba a lo lejos una intensa actividad minera. Hacia el Norte se mimetizaban el Toro, Las Palas y el Potro, no pudiendo diferenciarlos.
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Tórtolas, al fondo la Sierra del Veladero (230 km).
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Pero sí era perfectamente visible el perfil níveo de la Sierra del Veladero que se erguía a 230 kilómetros de distancia y a su Oeste el Bonete Chico. En el Este veíamos la Cordillera de Colanguil, la de Conconta, y también el Nevado de Mondaca hacia el Sur.
Como sabíamos, Las Tórtolas tiene como una de sus más destacadas características, el haber sido coronado con anterioridad a la conquista de América, y así lo prueba, como vimos en su cumbre, la plataforma artificial en forma de trapecio que tiene unos 3 metros de ancho en su lado norte, unos 6 en el lado sur, separados ambos extremos por unos 10 metros de distancia que es la medida de los costados este y oeste. Un santuario de altura de los más explorados por parte de nuestro vecino país, mientras que por Argentina han sido pocas, tal vez la nuestra sea la segunda de las expediciones que lo coronaron. Se encuentra con socavones, agujeros y rastreos, que la han horadado, y prácticamente destruido, realizados por científicos y no científicos. El manojo de leños lucha con dignidad, sobre el costado norte de la plataforma, el paso de más de 500 años desde que fueron depositados por los indios. Ya tampoco quedan trazos de la construcción montada más de cinco siglos atrás. En “nuestra cumbre” la desaparición de la pirca cumbrera era total. Su construcción de bloques de piedra de muchos kilos de peso y grueso espesor no existía. Había sido totalmente destruida y probablemente despeñada para que no estorbase en las excavaciones y búsqueda de hallazgos arqueológicos. Aún, escarbando un poco con el pie aparecen restos de carbono correspondientes a antiguos fogones en la cumbre. En un promontorio de piedras apareció un pequeño cajón de tablas de madera y unos comprobantes dentro de una bolsa plástica. Eran del 28 de Febrero de 2001 de la expedición chilena de Guillermo Handing y del 19 de Marzo del 2002 de una expedición en solitario, también chilena, de Jaime Cartagena. Había habido dos expediciones anteriores a la nuestra, una por año, que pudimos registrar. También al lado de los comprobantes apareció un cortafierros de acero de unos treinta y cinco centímetros de largo, que metí en mi mochila. No se haría más daño con él. Mirta descubrió un diente entre los cascajos y al rato, otro. La ayudamos con Susana y juntamos 30 piezas a pesar de estar diseminadas en un metro cuadrado. Algunas estaban unidas a través de un fino agujero con un alambrito de bronce en grupos de 3 y 4 que formaban, tal vez, parte de un collar o pulsera. Eran demasiado perfectas y al bajar días después descubrimos que eran piezas probablemente de cerámica y modernas. ¡Que absurdo motivo habrá impulsado a alguien a depositarlas allí!. A las 13,30 iniciamos el retorno, encarando el sector sur, que era a pesar de tener grandes piedras, la ruta más segura. A las tres de la tarde estábamos en el campamento 3 de altura. Lo desarmamos y decidimos, a pesar del cansancio, descender hasta Piedras Blancas.

No me cansaré de decir que independientemente de las actividades de santuarios de altura, todo esto es parte de un mudo testimonio de una importante actividad inca de comunicación y control. Las cumbres, en estas alturas, son increíblemente visibles desde grandes distancias pudiendo utilizar fuego y humo para comunicarse no tan sólo entre ellas, sino que con los campamentos base y asentamientos bajos. La leña y los restos de carbono de la cumbre, al igual que los hallados en otras ascensiones y lugares, me lo confirman.
Jaime Suárez
Marzo 2003.
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Meses antes de esta ascensión habíamos realizado una expedición de exploración, durante un fin de semana largo, que nos permitió llegar casi a la base de la montaña, pudiendo ya imaginar las zonas de campamento y la ruta a seguir.
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Me acompañaron a la misma, Susana, Mirta y mi hija Estefanía.
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Tórtolas, Estefanía bajando por la Quebrada de Dali


Tórtolas, un descanso durante la exploración...