INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

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12 octubre, 2008

ARIANOS - ATA


ATA- ARIANOS
INFORME DE LA EXPEDICIÓN DE CUMBRE
Y EXPLORACIÓN

ascendido el 28 Febrero 1998

Integrantes: Jaime Suárez ( U.P.A.M.E. - FRAE)
Mirta Sarmiento (C.A.M.)Hans Siebenhaar, Alejandro Giménez (JANAJMAN)
Fernando Martinis (JANAJMAN)
Fecha de inicio: 19 de Febrero de 1998.
Fecha Finalización: 28 de Febrero de 1998.
Cumbre: Volcán de los Arianos, 6.562 m/ 6.577m Ubicación: Sur 27°10´716 y Oeste 068° 34´344Fecha de Cumbre: Sábado 28-2-98.
Objetivos:
Descubrimiento y exploración de este sistema de montañas, con indicación de sus cumbres, alturas y rutas de acceso.
Ubicación de la cumbre Walter Penck, mediante utilización del GPS.
Documentación fílmica para información y antecedentes.

Cumbre Arianos (ATA-ARIANOS) desde el límite de ese entonces entre Chile y Argentina

EL SISTEMA WALTER PENCK
El Walter Penck, con sus 6.658 metros de altura, es una de las cumbres que al igual que el Tres Cruces –vecino cercano- podemos considerar denominarlas como “esquivas” para el andinista, a pesar de la experiencia que este tenga.
Ello no es extraño, y sucedió con otras montañas a fines del siglo pasado, cuando había poquísima información de la zona. Por ejemplo muchas expediciones han creído subir el Tres Cruces cuando accedían a la cumbre central de las tres cumbres pirámides que se observan desde Maricunga, siendo que en realidad la verdadera (que constituye hito fronterizo) es una cuarta ubicada hacia el final del trío de montañas y se aprecia su imponencia al estar cerca de ella, a veces ya sin tiempo ni medios para subirla.
Con el Walter Penck sucede casi lo mismo. Su posicionamiento en las cartas no es claro, ni las mismas reflejan fielmente la geografía que lo rodea. Hay que señalarlo mejor y hacer ajustes. Aparte de ello se aumenta la confusión en cuanto a cual es su verdadera cumbre en la lectura del mapa relevado oportunamente por el club Andino Tucumán, ya que cita cinco cumbres: el W1 (Walter Penck) -con una altura de 6.683m estimada con eclímetro, y 6.637m por el I.G.M.-, pero también añade en su entorno W2, W3, W4 y un aledaño al W1 denominado C° ATA.
Una laguna, que también figura, y se halla al fondo de un cráter volcánico tapado contribuye con su posición a aumentar nuestras dudas iniciales.
Todo lo expuesto determina que denominemos Sistema a esta montaña, al menos hasta cumplimentar las denominaciones y medidas de toda esta problemática de cumbres circundantes.

Hay poca información de Walter Penck y su actividad en nuestra cordillera Corría Diciembre de 1913 cuando encontramos información de su actividad andinística. . El era un geológo en investigación geográfica, contratado por el Gobierno Argentino, que había partido desde la provincia de Catamarca, contando en ése entonces con unos 25 años de edad.
Escaló primeramente el Nevado de San Francisco, de 6.008 metros de altura, y días después el Inca Huasi, de 6.638 metros. También intentó ascender el Bonete, donde existiría aún un comprobante suyo en una de sus precimas, ubicadas por sobre los 6.300 m, no habiendo llegado a la cumbre principal.
Regresó a Alemania donde en 1924, a los 36 años de edad falleció.

Personalmente estimo, tal vez con gran riesgo a equivocarme, que su nombre fue puesto por la expedición tucumana que lo determinó como W1 y a sus cumbres aledañas las designó como W2,W3 W4 y ATA. Habrá que investigar un poco más sobre el tema para poder determinarlo con exactitud.
También y con el riesgo al equivoco, considero que la cumbre W1 no registra ningún ascenso, y es la que registra la mayor altura.

Ubicación:
La posición que se le da al Walter Penck –mal nominado en mapas anteriores como Nacimiento- es la siguiente: 68°34´Oeste y 27°11´Sur. Pero determinándola en el mapa veremos que surgen varios ajustes, que logran, si queremos más precisión, confundir aún más al andinista.
Su ubicación es dentro de la provincia de Catamarca, en Argentina, pero muy cerca –más de dos kilómetros- del límite internacional con Chile, que en ése lugar se determina por la divisoria de aguas.
Es la novena altura de América luego del Aconcagua, Pissis, Ojos del Salado, Mercedario, Huascarán, Bonete, Tres Cruces, y Llullaillaco y la octava cumbre en altura de las argentinas.

La Partida
Partió nuestra expedición desde Mendoza el Jueves 19 de Febrero a las 2 y media de la tarde, en dos vehículos cuatro por cuatro que transportaban a Hans, Mirta y Jaime. Cinco horas y media después se sumaban en la capital de la Rioja nuestros amigos Alejandro y Fernando que habían llegado desde Salta para unirse a nuestra expedición.
Una vez más seguíamos cumpliendo el rito anual de ascensiones para completar las 10 cumbres argentinas más altas de 6.500 metros.
Por mi parte ya había alcanzado 9 (Aconcagua, Pissis, Ojos del Salado, Mercedario, Bonete, Tres Cruces, Llullaillaco, Incahuasi y Tupungato) y me faltaba esta.
Nuestros 2 vehículos llegaron tras poco más de 800 Km de marca, esa noche, a Tinogasta donde pernoctamos. Al día siguiente nos desplazamos hasta Fiambalá donde procedimos a hacer los trámites de rigor como Aduana y Migraciones y reponer totalmente el combustible de nuestros tanques y bidones de apoyo. Continuamos hasta Pastos Largos donde dormiríamos ésa otra noche, previa carga de agua en nuestros bidones un poco antes de llegar a Chaschuil.

Pastos Largos
Pasadas las 12 horas llegamos. Estábamos a 3.100 metros de altura. Trataríamos de ir obteniendo aclimatación para enfrentar la tremenda puna que nos aguardaba.
Una vez más estábamos en este familiar lugar. Una vez más intentaríamos buscar algún anzuelo abandonado o alguna línea, para una vez más intentar pescar alguna trucha del cercano río Guanchín, y una vez más nos convenceríamos que deberíamos seguir practicando el andinismo y dejar de lado la pesca.
Aprovechamos para subir unos montículos de relativa altura, siempre preocupados por nuestra aclimatación, y en comer lo más que pudiésemos para no perder energías.
No habíamos tramitado permiso de ascensión del vecino país de Chile, ya que a pesar que ascenderíamos la cumbre desde él, esta se encuentra dentro del territorio de nuestro país, por lo que no correspondía. Igual llevábamos una constancia de expedición UPAME la que presentaríamos ante Gendarmería en la zona y ante Carabineros.

Las Grutas
El sábado 21 de Febrero, pasadas las 10 de la mañana, partimos hacia Las Grutas. Tras poco más de 90 kms en que aprovechamos para ir sacando fotografías de guanacos, burros salvajes y montañas, bajo la atenta mirada del Inca Huasi cuyo perfil predomina en toda la región, llegamos hasta Las Grutas, que se encuentra a los 4.000 metros de altura.
Ahí tuvimos una pequeña sorpresa. El agradable bunquer que siempre nos facilitaba la Dirección de Vialidad de Catamarca, estaba totalmente ocupado por empleados de un obrador que en breve pavimentará desde allí hasta el límite con Chile el Paso San Francisco. Un inusitado movimiento de camionetas daba un aspecto febril a este otrora tranquilo lugar de la cordillera de Los Andes.
Por suerte Gendarmería nos facilitó una habitación donde pudimos descansar los cinco esa noche, previo alguna disputa de dominó que al igual que la actividad de pesca no nos dejó muy bien parados.
Es digno de tenerse en cuenta que la febril actividad que desarrollan las empresas telefónicas ha llegado a este tan alejado lugar. Hay en el edificio de Gendarmería un teléfono público de Telecom, pero querido lector, ojo, hay que llevar tarjetas de ésa empresa, sino no hay forma de hacerlo andar. Pero hay que redoblar la atención, porque conseguimos una tarjeta que compramos a un operario de vialidad, y tampoco anduvo ya que empezó a dar una serie de rarísimos mensajes en su display, pero el “poncho”, mejor dicho la llamada, no apareció.
Tal vez tenga mejor suerte y por si acaso llevar tarjetas, ya que resulta agradable durante una expedición poder comunicarse con los seres queridos.

Campamento Retén Carabineros-Murray
El domingo, temprano, a las 9 horas y luego de finiquitar todo el papeleo de egreso del país, partimos hacia nuestro próximo destino de ese día, el abandonado refugio Murray, previo paso por la bellísima Laguna Verde - que se encuentra a casi 4.500 m de altura sobre el nivel del mar- y los trámites de ingreso a Chile en el retén de Carabineros ubicado en su costado. De allí y tras unos 14 kilómetros llegamos a nuestro objetivo del día.
La altura era de 4.500 m. Tras instalarnos, acomodar nuestros vehículos y armar nuestras carpas en la parte inferior del abandonado retén de carabineros, decidimos volver a la Laguna Verde pues nos habíamos informado que habría una regata de velas en su superficie a las 14 horas. Nunca habíamos visto tantos vehículos en ese lugar por que habíamos pasado varias veces. Tampoco tal cantidad de personas en tal alejado sitio. Por supuesto fue un bien intencionado intento de encuentro internacional que no se pudo concretar por el tremendo viento que soplaba. Todo quedó en una ceremonia donde se entonaron nuestros himnos y en dos o tres amages de zarpar que no se pudieron concretar.
Pero el espectáculo brilló por su colorido e intención. No es fácil algo así a los casi 4.500 metros de altura sobre el nivel del mar en la inmensidad de la cordillera de Los Andes.
Regresamos a nuestro cómodo refugio mientras que a excepción de los carabineros y gendarmes los demás debían hacerlo a La Rioja y Copiapó.
A la mañana siguiente y con el asesoramiento del 1° de Carabineros deberíamos llegar a nuestro campamento base donde quedarían definitivamente los vehículos que nos transportaban.

Campamento Base
A la mañana, luego de una descansada noche, partimos por la ruta internacional chilena a Copiapó hasta superar aproximadamente 18 kilómetros de distancia. Eran las 11,40 horas.
Ante nuestra vista apareció el valle por el cual nos internaríamos para acceder lo más posible al corazón de la cordillera, en busca de nuestro objetivo.
Pudimos, cómodamente primero, y luego sorteando promontorios y laderas hendidas por penitentes, llegar a los 4.815 metros de altura y a unos casi 10 km de distancia de la ruta internacional. Eran las 14,50 y no convenía seguir subiendo más ya que era más que suficiente la exposición de nuestros vehículos al frío que daría esa altura al amanecer, situación que hay que considerar por más preparados que los tengamos.
Nuestros GPS marcaban que la cumbre distaba a 27 kilómetros en línea recta.
Armamos nuestras carpas, protegimos a nuestros vehículos lo mejor que pudimos y procedimos a continuar con nuestro descanso y aclimatación.
Quedarían armadas dos carpas en este campamento para que sirvieran de apoyo en caso de alguna emergencia o retorno con tormenta.
Posición C.B. 26°59´638 S y 68°43´236 O- 4,815 m.s.n.m.

Campamento Uno
El martes 24, a las 9,15 y con un agradable amanecer, partimos con nuestras mochilas completamente cargadas. La dirección de ése día era hacia el Ojos del Salado y caminábamos mirando la imponente presencia primero del Tres Cruces, en su faz norte, y la del Solo.
Al rato una azul laguna aparece sorpresivamente ante nuestros ojos. Estaba casi a los 5.000 metros de altura y no figuraba en nuestras cartas. La bordeamos y seguimos desplazando nuestra pesada carga subiendo y bajando pero siempre dentro del límite entre los 4.900 y 5.100 metros.
Más adelante y unos 100 metros más abajo del nivel de la anterior laguna, apareció otra, de color verde y marrón y de similares medidas. Esta la pasamos un poco mas lejos de su borde.
En algunos lugares podíamos descansar protegiéndonos del viento al poner nuestras espaldas tras formaciones de aislados penitentes, otras veces sólo podíamos continuar. Finalmente y tras sortear dos hilos con agua de deshielo -que nos tranquilizaron por si faltaba agua al regreso- llegamos a lo que sería nuestro Campamento Uno. Habíamos hecho en esa jornada 12 kilómetros caminando con pesada carga y a tan tremendas alturas.
En primera instancia y sólo por apreciación visual, pensamos que el Walter Penck era una montaña que se encontraba en el borde del sistema del Ojos del Salado. Al arrimarnos a este campamento comprendimos que no podía ser. Ya que el GPS indicaba su dirección pero a mucha más distancia. No sabíamos si bordearlo subiéndolo por la izquierda y paralelo al final del Ojos del Salado o rodearlo por la derecha en un suave y pronunciado ascenso. Decidimos llamarlo el cerro de la Incognita. Lo pensaríamos tranquilamente mientras descansábamos del fatigoso día en nuestras agradables bolsas de dormir.
Una vez más esa noche pudimos sintonizar mientras conciliábamos el sueño en la frecuencia AM 840 la cálida emisora de Radio Salta, y en AM 720 el noticiero de las 12 de Radio de Cuyo de Mendoza.
Reconfortaba tener ese fino y etéreo lazo con el mundo conocido en tan solitario lugar.
Posición Camp..I. 27°04´353 S y 68°38´180 O-5.100 m.s.n.m.

Campamento Dos
Salimos con el sol rumbo al cerro de la Incógnita y decididos a franquearlo por su derecha.
Nuevamente una larga caminata sorteando campos de hielo y penitentes. Tomando altura y volviendo a perderla para sortear alguna larga dificultad. Transcurrieron así varias horas en que pudimos hacer más de 7 kilómetros y medio, hasta llegar a un pequeño valle plagado de penitentes en un costado y bajo los cuales de deslizaba un arroyo de deshielo. El alrededor y la base del lugar eran morenas.
Estábamos en el costado sur del cerro de la Incógnita, el que habíamos rodeado, y al final del sistema de Ojos de Salado. Al fondo divisamos lo que creímos el Walter Penck, una formación montañosa que tomaba mucha altura y rodeada de otras menores. Nuestro aparato apuntaba hacia allí. Nos pusimos contentos, por fin lo veíamos.
Nuestra caminata había sido larga pero no la altura obtenida. Estábamos a los 5.300 m.s.n.m. y era el Miércoles 25 de Febrero. La posición 27°08´355 S y 68°37´315 O.

Tormenta
Ese atardecer comenzaron a pasar rápidas y cargadas nubes sobre nuestro campamento. Poco más tarde comenzó a nevar. Lo hizo toda la noche. Al amanecer del día 26 estábamos totalmente rodeados por la tormenta y la nieve. Seguir no podíamos ya que no se veía nada y volvernos tampoco, no imaginábamos hacer casi 20 kilómetros en esas condiciones y en un medio tan difícil. Cabia esperar. Lo que sucediera al amanecer sería definitivo para la expedición, ya que dependería continuar o intentar retroceder.
De noche seguíamos sintonizando 840 radio Salta y 720 Radio de Cuyo, y en alguno de los cambios escuchamos una radio chilena que decía que una “tormenta tropical”, con ráfagas de más de 70 Km se había abatido sobre el centro y norte de Chile. La noticia me alegró, si era tropical seguro que pasaría rápido. Trasmití mi pensamiento y nos dedicamos a seguir descansando y oír la nieve golpear sobre nuestras dos carpas.
La noche del 26 fue de dudas hasta que sentimos soplar más fuerte el viento. Seguro que se llevaría todas las nubes y la tormenta.

Campamento Tres
Así fue. La mañana del día 27 era espléndida. Armamos prontamente nuestra mochila y equipo y partimos hacia lo que sería nuestro campamento tres, tan observado desde el dos.
Fuimos ganando altura y continuamos atravesando glaciares hasta llegar a un nivelado lugar que consideramos apto para nuestras carpas. Estábamos a los 5.830 metros. Ahí sería nuestro campamento de ataque a la cumbre. Montamos con la dificultad del viento y el frío nuestras carpas y pronto nos metimos en ellas.


Campamento III; al fondo la cumbre principal del Tres Cruces

Nos hallábamos a un poco más de 4 kilómetros de distancia del campamento dos y nuestra posición era 27°09´804 S y 68°35´486 O. Estábamos a escasos metros de la línea fronteriza argentina. Hicimos algunas filmaciones desde el interior de la carpa, cenamos poco antes de las 19 horas y nos pusimos a intentar dormir, cosa que no es nada fácil a esa altura por las implicancias de la falta de oxígeno.

Buscando la Cumbre
A las 7 y media del Sábado 28 estábamos nerviosamente saliendo de nuestras carpas ataviados con el equipo de ataque a la cumbre, medio litro de agua cada uno y algo de comida seca para poder afrontar lo que pudiese pasar.

Fuimos ascendiendo llevando en nuestra mente los estudiamos mapas y el apunte del Club Andino Tucumán. Había varios cerros en derredor del Walter Penck, algunos de ellos denominados como W2, W3 y W4. Pero pensábamos que estábamos en el principal por lo que era importante seguir subiendo. Debimos desviarnos hacia la derecha de nuestra marcha utilizando el posicionador satelital y poco a poco estábamos alcanzando la filosa cumbre de la montaña que tanto observamos desde el campamento dos.
Tras pesada marcha alcanzamos la cumbre. Nuestra posición era 27°10¨716 S y 68°34´344 O y la altura, por el viento debimos tomarla, luego de revisar la cumbre buscando comprobantes y todo el entorno de la misma, unos 15 metros más abajo, era 6.562 metros, que sumada a la anterior daba 6.577 m.s.n.m.; y nos hallábamos a 2,5 km. del campamento tres. Pero lo más importante apareció ante nuestros ojos, un fuerte promontorio aislado, que vimos más al sur, seguramente era el Walter Penck. Manipulamos en el GPS y en efecto a 2,1 km de distancia de nuestra cumbre, correspondía a su posición. Allí estaba, tal vez, acompañado del ATA, pero para llegar a él se debían cruzar dos pronunciadas y difíciles quebradas. No era fácil y haría falta por lo menos otro día más. Estaba seguro que no tendría más de una ascensión. Otras expediciones no habrían llegado a él.
Procedimos a mirar nuestra montaña. Era la cúspide labial superior de un volcán. Al fondo se veía una laguna en su cerrado cráter, laguna que nos prestó inicialmente a confusión al compararla con la existente en un mapa al lado derecho del Walter Penck. Nuestra montaña no estaba en el mapa, pero su altura era indiscutible ya que dos GPS la estaban revelando. No había absolutamente ningún comprobante como pudimos apreciar luego de buscar exhaustivamente en toda la cresta. Superaba holgadamente los 6.550 metros y era un volcán aislado totalmente, dentro de territorio argentino e innominado.
A pesar de la altura nuestros cerebros trabajaron alocadamente. En el campamento tres durante la tormenta y charlando de muchas cosas habíamos descubierto que los cinco componentes de la expedición, los cuatro hombres, vaya a saber por que circunstancia éramos todos del signo de Aires. Que mejor nombre que ponerle Volcán de los Arianos y fijar su posición a los 27°10´716 Sur y 68°34´344 Oeste.
El grupo en la cumbre

Esta cumbre ya estaba segura dentro del sistema. Cualquiera puede ahora determinarla fácilmente, al igual que la principal -Walter Penck- cuya posición es 27°11´800 Sur, y 68°34´Oeste necesitando pequeños ajustes que lógicamente se harán al acceder a su cima.
El panorama desde la cumbre era indescriptible. Al Sur el Nacimiento, el Pissis con sus lagunas saladas, hacia el Oeste el Tres Cruces, hacia el Norte el Ojos del Salado, hacia el Noreste el Inca Huasi, y mil montañas más incluidas el cerro de la Incógnita. El día con sol realzaba todo lo que mirábamos. Alejandro festejando el ascenso al Volcán

El regreso
Había que regresar, eran las 5 de la tarde y no era prudente demorar más en observaciones. Lentamente volvimos al campamento tres. A pesar de la agotadora marcha decidimos levantarlo y regresar al dos, ya que así conseguiríamos dormir mucho mejor y descansar de un día de mucho cansancio y emociones.
Muy tarde arribamos a los 5.300 metros, donde armamos nuestras carpas y procedimos a descansar mucho más tranquilos que la noche anterior. Había que descansar mucho porque al día siguiente nos cansaríamos en exceso. Nos esperaban desde allí mas de 20 kilómetros de marcha.
El día 1 de Marzo, domingo, los caminamos uno a uno y metro a metro. El interminable ascenso y descenso de niveles entre los 4.900 y 5.100 metros se volvía a repetir. Al igual que observar la fuerte belleza de las 2 lagunas de altura descubiertas.
Finalmente bordeamos la azul y tras una empinada e interminable cuesta pudimos contemplar a los lejos el cauce de glaciar donde estaban nuestros cuatro por cuatro.
El llegar al campamento base, y proceder a arrancar los motores fue otra importante emoción casi igual a la de cumbre. El ronroneo de los motores parecía música de ángeles. Estábamos tan lejos de todo que el ruido nos producía seguridad.
Pronto procedimos a avanzar hacia el regreso. Todo lo demás es muy trivial.

Jaime Suárez

Mendoza, 28-Febrero-98