El Gemelos desde el campamento base
GEMELOS
ascendido el 9 Febrero 2005
6.196 m.s.n.m.
Realizada desde el 3 al 10 de Febrero de 2005
Ubicación:
Esta montaña, se encuentra en la República Argentina, en la provincia de La Rioja, en la posición S 27°51´416 y O 068°54´586.
Altitud:
Por GPS, 6.147 m sobre el nivel del mar; por mapa del IGM, 6.196 m.
Fecha de cumbre:
9 de Febrero de 2005.
Nombre de la Ruta:
Gladiadores.
Ascensos:
Nuestra expedición fue el 3° ascenso que coronó esta cumbre, Johan Reinhard –EEUU- y Alexander Von Götz –Alemania- fueron los anteriores; y se constituyó en la primera nacional.
Época más adecuada de ascenso:
Noviembre a Febrero.
De alta montaña. Imprescindible buena aclimatación. También experiencia previa en altura, en marcha a gran altitud y muy buen conocimiento de Los Andes. Se presenta dificultad al ascender los últimos 200 metros de altura del morro de cumbre. Hay que llevar grampones, aunque no se usen, ya que según el año por una nevada imprevista al inicio o fin de temporada se presentan glaciares en la ruta, especialmente al final. Es fundamental la buena aclimatación.
Equipo:
Tienda de altura. Hornillo y combustible o gas suficiente. Abrigo de Alta Montaña.
Parka y bolsa de dormir de altura, zapatos dobles, grampones, bastones. GPS.
Agua:
Hay que llevar al menos, en el vehículo, 10 litros de agua por persona.
Acceso:
Ya en la provincia de La Rioja, se arriba hasta la Laguna Brava, desde allí hasta el Río Salado, desde donde se enfilará paralelo a él hacia el Norte. Los detalles de acceso e itinerario se citan en el relato.
Objetivo Gemelos....
Los Gemelos, nombre que seguramente no verán figurando en ningún mapa, se encuentran en la provincia de La Rioja, a casi 10 kilómetros al sur de la frontera con Catamarca y a 20 kilómetros al este de la frontera con Chile. Forman parte de las cumbres casi ignotas que aún quedan en nuestro país. Son dos conos casi semejantes, el Norte y el Sur, separadas sus cumbres por un kilómetro y medio de distancia. La Norte, que es la más alta, tiene unos 50 metros más que la sur, y posee a su norte una antecumbre 100 metros más baja de la cual esta separada por un collado que desde los 5.950 metros desciende con glaciares hacia los costados este y oeste. Desde la parte superior de este collado se accede a la cumbre.
Gemelos es el final de la Sierra del Veladero. Esta sierra nace más arriba de la Laguna Brava y se extiende de Sur a Norte por unos 26 kilómetros. De este sistema la cumbre del Veladero, el Reclus y Gemelos son las principales montañas, pero a pesar del mapa, parecieran estas dos últimas ser independientes de la Sierra.
Se propuso como objetivo, considerando que era una montaña con poquísimas ascensiones dentro de una zona muy virgen aún en exploraciones. El único impedimento que veíamos era tener que dejar seguramente las camionetas por varios días en alturas cercanas a los 5.000 metros con los consiguientes problemas ocasionados por el frío en los líquidos y combustibles.
Partimos desde Mendoza a La Rioja, el Jueves 3 de Febrero a las 8 horas y al mediodía almorzábamos en Villa Unión, donde llenamos totalmente los tanques de combustible. Desde allí seguimos el asfalto hasta Vinchina y luego por camino consolidado, con trazos de asfalto, hasta llegar al puesto de control de la Reserva de la Laguna Brava, en Alto Jagüe, donde una vez más Don Cirilo Urriche, tras los pertinentes y afectuosos saludos, procedió a cobrarnos el ingreso al parque. Era de 15 pesos por vehículo y 10 por cada persona transportada. Igual siempre es conveniente consultar por variaciones que se pudieran producir.
Es agradable contemplar poco antes de llegar a Alto Jagüe, la magnitud de la bella silueta del Bonete Chico ( 6.759 m) hacia el noroeste, y poco más adelante, mirando hacia el Sudeste, el níveo perfil del Famatina y su principal cumbre el General Belgrano de 6.107 m.
Pasadas las 17 horas arribamos al refugio de El Peñón, inevitable lugar en el que a sus 3.600 metros de altura comienza la aclimatación de la expedición. Armamos nuestras carpas en un costado del refugio, respetando una lógica distancia con las tumbas existentes de las que ya no queda vestigio visible, que las indiquen. Prendimos y alimentamos un pequeño fogón en el interior de la vieja construcción y procedimos a preparar una suculenta cena. A la mañana pudimos apreciar, cercano a nuestras carpas, un zorro de precioso y brillante pelaje buscando comida.
Cerca de las diez partimos hacia la Laguna Brava. Una vez en ella nos arrimamos a su borde para tratar de acceder, a los restos del avión que en ella aterrizó años atrás, y que se encuentra casi en la parte opuesta. Pero el nivel del agua salada que nos llegaría hasta las rodillas, nos desanimó. Continuamos viaje pasando frente al refugio de la Laguna Brava (del destapadito), contemplamos la majestuosidad del Bonete, el Pissis, el Reclus y la Sierra del Veladero, luego superamos el refugio del Veladero (S 28°13´467 y O 68°55´263, 4.395 metros ), hasta finalmente llegar al de Barrancas Blancas, donde pensábamos pernoctar, pero un ofrecimiento de los operarios de un cercano obrador, a quienes habíamos ayudado en una reparación liviana de su camioneta, nos permitió dormir bajo muy buen techo. Nuestra posición S 28°10´416 y O 69° 08´692, la altura 4.050 metros, casi unos 500 mas alto que el Peñón, nos venía muy bien para nuestro plan de aclimatación. Como siempre, una vez ubicados en un campamento, procedemos luego a paseos y ascensiones en los alrededores. Más tarde fue muy agradable disfrutar de una buena cena, que pudimos preparar cómodamente y de la hospitalidad que nos fue brindada. Partiríamos a la mañana siguiente al encuentro del Río Salado.
Salimos al día siguiente a las 9,30 horas, poco más allá de 8 kilómetros llegamos al Río Salado, comenzando nuestro rumbo hacia el norte siguiendo su cauce. En la posición S 28°03´457 y O 69° 09´419 por sobre los 4.140 metros y a poco más de siete kilómetros de haber seguido el río encontramos el desvío que tras unos cinco kilómetros de marcha, hacia el oeste, no ubicó en el “volcancito”. S 28°01´380 y O 69° 10´994, en los 4.210 metros.
GEMELOS
ascendido el 9 Febrero 2005
6.196 m.s.n.m.
Realizada desde el 3 al 10 de Febrero de 2005
Ubicación:
Esta montaña, se encuentra en la República Argentina, en la provincia de La Rioja, en la posición S 27°51´416 y O 068°54´586.
Altitud:
Por GPS, 6.147 m sobre el nivel del mar; por mapa del IGM, 6.196 m.
Fecha de cumbre:
9 de Febrero de 2005.
Nombre de la Ruta:
Gladiadores.
Ascensos:
Nuestra expedición fue el 3° ascenso que coronó esta cumbre, Johan Reinhard –EEUU- y Alexander Von Götz –Alemania- fueron los anteriores; y se constituyó en la primera nacional.
Época más adecuada de ascenso:
Noviembre a Febrero.
De alta montaña. Imprescindible buena aclimatación. También experiencia previa en altura, en marcha a gran altitud y muy buen conocimiento de Los Andes. Se presenta dificultad al ascender los últimos 200 metros de altura del morro de cumbre. Hay que llevar grampones, aunque no se usen, ya que según el año por una nevada imprevista al inicio o fin de temporada se presentan glaciares en la ruta, especialmente al final. Es fundamental la buena aclimatación.
Equipo:
Tienda de altura. Hornillo y combustible o gas suficiente. Abrigo de Alta Montaña.
Parka y bolsa de dormir de altura, zapatos dobles, grampones, bastones. GPS.
Agua:
Hay que llevar al menos, en el vehículo, 10 litros de agua por persona.
Acceso:
Ya en la provincia de La Rioja, se arriba hasta la Laguna Brava, desde allí hasta el Río Salado, desde donde se enfilará paralelo a él hacia el Norte. Los detalles de acceso e itinerario se citan en el relato.
Objetivo Gemelos....
Los Gemelos, nombre que seguramente no verán figurando en ningún mapa, se encuentran en la provincia de La Rioja, a casi 10 kilómetros al sur de la frontera con Catamarca y a 20 kilómetros al este de la frontera con Chile. Forman parte de las cumbres casi ignotas que aún quedan en nuestro país. Son dos conos casi semejantes, el Norte y el Sur, separadas sus cumbres por un kilómetro y medio de distancia. La Norte, que es la más alta, tiene unos 50 metros más que la sur, y posee a su norte una antecumbre 100 metros más baja de la cual esta separada por un collado que desde los 5.950 metros desciende con glaciares hacia los costados este y oeste. Desde la parte superior de este collado se accede a la cumbre.
Gemelos es el final de la Sierra del Veladero. Esta sierra nace más arriba de la Laguna Brava y se extiende de Sur a Norte por unos 26 kilómetros. De este sistema la cumbre del Veladero, el Reclus y Gemelos son las principales montañas, pero a pesar del mapa, parecieran estas dos últimas ser independientes de la Sierra.
Se propuso como objetivo, considerando que era una montaña con poquísimas ascensiones dentro de una zona muy virgen aún en exploraciones. El único impedimento que veíamos era tener que dejar seguramente las camionetas por varios días en alturas cercanas a los 5.000 metros con los consiguientes problemas ocasionados por el frío en los líquidos y combustibles.
Partimos desde Mendoza a La Rioja, el Jueves 3 de Febrero a las 8 horas y al mediodía almorzábamos en Villa Unión, donde llenamos totalmente los tanques de combustible. Desde allí seguimos el asfalto hasta Vinchina y luego por camino consolidado, con trazos de asfalto, hasta llegar al puesto de control de la Reserva de la Laguna Brava, en Alto Jagüe, donde una vez más Don Cirilo Urriche, tras los pertinentes y afectuosos saludos, procedió a cobrarnos el ingreso al parque. Era de 15 pesos por vehículo y 10 por cada persona transportada. Igual siempre es conveniente consultar por variaciones que se pudieran producir.
Es agradable contemplar poco antes de llegar a Alto Jagüe, la magnitud de la bella silueta del Bonete Chico ( 6.759 m) hacia el noroeste, y poco más adelante, mirando hacia el Sudeste, el níveo perfil del Famatina y su principal cumbre el General Belgrano de 6.107 m.
Pasadas las 17 horas arribamos al refugio de El Peñón, inevitable lugar en el que a sus 3.600 metros de altura comienza la aclimatación de la expedición. Armamos nuestras carpas en un costado del refugio, respetando una lógica distancia con las tumbas existentes de las que ya no queda vestigio visible, que las indiquen. Prendimos y alimentamos un pequeño fogón en el interior de la vieja construcción y procedimos a preparar una suculenta cena. A la mañana pudimos apreciar, cercano a nuestras carpas, un zorro de precioso y brillante pelaje buscando comida.
Cerca de las diez partimos hacia la Laguna Brava. Una vez en ella nos arrimamos a su borde para tratar de acceder, a los restos del avión que en ella aterrizó años atrás, y que se encuentra casi en la parte opuesta. Pero el nivel del agua salada que nos llegaría hasta las rodillas, nos desanimó. Continuamos viaje pasando frente al refugio de la Laguna Brava (del destapadito), contemplamos la majestuosidad del Bonete, el Pissis, el Reclus y la Sierra del Veladero, luego superamos el refugio del Veladero (S 28°13´467 y O 68°55´263, 4.395 metros ), hasta finalmente llegar al de Barrancas Blancas, donde pensábamos pernoctar, pero un ofrecimiento de los operarios de un cercano obrador, a quienes habíamos ayudado en una reparación liviana de su camioneta, nos permitió dormir bajo muy buen techo. Nuestra posición S 28°10´416 y O 69° 08´692, la altura 4.050 metros, casi unos 500 mas alto que el Peñón, nos venía muy bien para nuestro plan de aclimatación. Como siempre, una vez ubicados en un campamento, procedemos luego a paseos y ascensiones en los alrededores. Más tarde fue muy agradable disfrutar de una buena cena, que pudimos preparar cómodamente y de la hospitalidad que nos fue brindada. Partiríamos a la mañana siguiente al encuentro del Río Salado.
Salimos al día siguiente a las 9,30 horas, poco más allá de 8 kilómetros llegamos al Río Salado, comenzando nuestro rumbo hacia el norte siguiendo su cauce. En la posición S 28°03´457 y O 69° 09´419 por sobre los 4.140 metros y a poco más de siete kilómetros de haber seguido el río encontramos el desvío que tras unos cinco kilómetros de marcha, hacia el oeste, no ubicó en el “volcancito”. S 28°01´380 y O 69° 10´994, en los 4.210 metros.
jaime suarez
El Volcancito
Esta formación es este resultado de una curiosa y constante erupción de agua que ha ido forjando a lo largo de muchísimos años esta forma cónica similar a un volcán. Fluye en su centro y hacia la superficie, seguramente con alguna temperatura, pero al llegar el agua a la orilla no se puede apreciar calor alguno. No se ve el fondo, que se adivina sumamente profundo.
Retornamos a la posición del desvío y encaramos nuevamente nuestra marcha al norte. Muy pronto nos separamos del cauce del Río Salado y avanzamos entre montañas que nos separaban del río por un lado y del límite con Chile por el otro. Antes de la Quebrada Seca Norte comenzamos a ver hacia el Este los perfiles de la parte de atrás del Veladero, el frente oeste del Reclus y Gemelos
jaime suárez
Retornamos a la posición del desvío y encaramos nuevamente nuestra marcha al norte. Muy pronto nos separamos del cauce del Río Salado y avanzamos entre montañas que nos separaban del río por un lado y del límite con Chile por el otro. Antes de la Quebrada Seca Norte comenzamos a ver hacia el Este los perfiles de la parte de atrás del Veladero, el frente oeste del Reclus y Gemelos
jaime suárez
jaime suarez
Gemelos, desde la huella paralela al Rio Salado
y la pared sur del Pissis. Continuamos nuestro avance por una huella con alguna que otra dificultad causada por aluviones hasta llegar a S 27°48´172 y O 69°02´640, en los casi 4.600 metros donde desviamos rumbo a Gemelos, cruzando los flacos hilos superficiales que conforman en esa planicie el río Salado. De haber continuado la ruta hubiésemos salido al Valle Ancho, para pasar por la faz norte del Pissis y terminar saliendo en Las Coipas, sobre la ruta al Paso San Francisco, ya en Catamarca.
El campamento base
Desde ahí un abrupto ascenso, en el que debimos utilizar el bloqueo y todas nuestras mañas de manejo. Pronto estuvimos en los 4.700 metros sobre piedras flojas y ripio que nos hacían derrapar, hasta que ya sobre una mejor superficie alcanzamos los 4.900 metros. Buscamos desde allí una buena zona descendiendo unos metros hasta un extinguido cañadón o cauce, que descendía de mayor altura, entre dos amplios hombros rocosos. Era el lugar ideal para ubicar nuestro campamento base. La posición 27°47´828 y O 68°59´352, sobre los 4.870 metros, a cinco kilómetros y medio del desvío y a casi once de la cumbre que intentaríamos. Habíamos demorado cuatro horas en llegar.
Armamos una carpa estructural grande que nos daba cabida a todos, ya que pasaríamos dos noches en el lugar y queríamos estar lo más cómodos que fuera posible. En un campamento base, a casi 4.900 metros de altura, solos ante todo y muy lejos de cualquier pueblo o posibilidad de ayuda, es importante mantener una buena comunicación y ánimo. Comimos muy bien, nos hidratamos suficientemente y no pudimos dejar de admirar esa noche un resplandeciente y lechoso cielo colmado de miles de estrellas. Se ven muchísimo mejor que en cualquier ciudad o lugar a nivel del mar. No dejó de preocuparnos la gran cantidad de rayos que se veían muy distantes en alturas inferiores a la nuestra, y casi en todo nuestro alrededor. Esa noche escuchando radio nos enteramos de lluvias muy fuertes en muchas ciudades del país.
Nunca dejaré de resaltar la importancia del adecuado control de los líquidos de las camionetas. A pesar de ser verano, sobre los casi 5.000 metros las temperaturas pueden llegar, especialmente en la hora previa al amanecer, fácilmente a los 20° bajo cero. En nuestra carpa la primera noche llegó a los 12° bajo cero según registraba el termómetro exterior añadido al cierre relámpago de la carpa. Por lo tanto el agua debe estar con el suficiente anticongelante al igual que el gas-oil, el que precipita la parafina e impide el arranque. Desconectar la batería, protegerla con alguna manta especial y resguardar del viento frío al radiador, tapándolo cuanto más se pueda, ayuda más de lo que pudiera suponerse. Cuidado con los arranques prolongados que restan vida a la carga eléctrica y si es necesario esperar a las horas de mayor calor para arrancar el vehículo. Lógicamente, ir en un solo vehículo es exponerse a no regresar. Llevar un juego de cables para conectar baterías.
El domingo 6 teníamos pensado realizar un porteo con los vehículos hasta los 5.500 metros de altura, donde estableceríamos el campamento 1 y regresar al Campamento Base para poder partir el día lunes “ligeros de equipaje”. Las lenguas de penitentes que existían más adelante nos impidieron hacerlo. Ascendimos cerros cercanos para aclimatar mejor y decidimos partir el lunes 7 hacia el Campamento Uno, continuando el plan original, pero con todo el peso a nuestras espaldas. Disfrutamos esa noche de una pequeña nevada.
Hacia el campamento unoPartimos a las 8 y media, con el equipo, carpas y la comida. El sol había empezado media hora antes a dispersar sus rayos sobre un fino manto que había dejado la nieve. Caminamos pesadamente por dos kilómetros y ascendiendo poco más de 100 metros en dirección a nuestra montaña. Un pequeño alto. Cinco kilómetros adelante y habiendo ascendido casi 350 metros mas, apareció un ancho glaciar de altos penitentes de debíamos franquear, no sin cierto grado de dificultad por sus filos y dureza. Nos tomó un tiempo y debimos al final del mismo descansar un buen rato. Seguimos ascendiendo por más de un kilómetro y medio y llegamos a los 5.427 metros y al lugar donde fijaríamos nuestro campamento uno de altura. Buscamos el resguardo de unas grandes piedras que nos protegieran del viento y armamos las carpas. Al día siguiente intentaríamos coronar la cumbre. Fueron unas siete horas de marcha y ascenso. El tiempo parecía mejorar. Nos hallábamos en S 27°49´854 y O 6°54´392, a poco más de 700 metros de desnivel y casi 3 kilómetros de distancia del punto que habíamos presupuestado como el de cumbre.
Hacia nuestra montaña...Las distancias y alturas que manejamos nos posibilitaban intentar la cumbre con un solo campamento de altura y también partir una vez que el sol hubiera aparecido. Eso nos evitaba pasar fríos innecesarios. Salimos el martes 8 nuevamente a las ocho y media de la mañana dejando armadas y bien cerradas las carpas. Llevamos un litro de agua y comida liviana de marcha que incluía algunos caramelos. Luego de cruzar tres glaciares de penitentes, esta vez más pequeños, encaramos el ascenso longitudinalmente por dos largos y pronunciados acarreos, ubicados en la faz norte de la montaña. Por lo trabajoso que resultaba el esfuerzo Hans bautizó la ruta como “de los gladiadores”. El último acarreo nos proyectó a los 5.890 metros. Luego apareció el suave glaciar que descendía del collado que separaba la cumbre norte de su antecumbre, tapizado de una regular superficie que nos permitió colocarnos sin dificultad cincuenta metros más arriba. Habíamos llegado al punto más alto del collado. Encaramos rápidamente a la cumbre norte sobre piedras de buen tamaño que facilitaban el ascenso, a pesar de la inclinación. El esfuerzo se acrecentaba por la altura. Fueron casi doscientos metros de arduo trabajo, pero al final coronamos cuatro personas la cumbre más alta del Gemelos. Eran las 14,30 horas, había sido un esfuerzo de 6 horas desde la partida, pero podíamos ya contemplar toda la belleza de esa parte de la montaña Argentina.
La que Hans denominó ruta Gladiadores había comenzado en el Campamento Uno de altura avanzando de norte a sur sobre la pared norte de esta montaña y sobre la zona de acarreos, luego ascendiendo sobre la pared noreste formada por el glaciar y el cono final.
Ante nuestros ojos sobresalía la pared sur del Pissis que exhibía sus cumbres, su glaciar y en medio de éste el cono de la cumbre Cardenal Samore. Hacia el sur la cumbre unos 50 metros más baja del Gemelos Sur. Más lejos el Reclus y más allá el Veladero. Hacia el este el Bonete Grande y los bordes del cráter de la Caldera del Inca Pillo. Al sud-este toda la mole del Bonete Chico.
Lejos hacia el norte, superando el perfil y entorno del Pissis, el Tres Cruces, el Tres Quebradas, la punta del Walter Penck, los picos que forman el cráter del Nacimiento y la inconfundible silueta del Inca Huasi.
Era un maravilloso espectáculo que disfrutamos por el buen día que nos había tocado de cumbre. Fotos, recoger el testimonio de la expedición de Alexander, que fue la segunda en hacer cumbre, felicitar a Susana por ser la primera mujer y el orgullo de haber sido la primer expedición argentina en coronar esa montaña.
Jaime, Oscar y Hans en la cumbre. Al fondo pared Sur de Pissis
El campamento base
Desde ahí un abrupto ascenso, en el que debimos utilizar el bloqueo y todas nuestras mañas de manejo. Pronto estuvimos en los 4.700 metros sobre piedras flojas y ripio que nos hacían derrapar, hasta que ya sobre una mejor superficie alcanzamos los 4.900 metros. Buscamos desde allí una buena zona descendiendo unos metros hasta un extinguido cañadón o cauce, que descendía de mayor altura, entre dos amplios hombros rocosos. Era el lugar ideal para ubicar nuestro campamento base. La posición 27°47´828 y O 68°59´352, sobre los 4.870 metros, a cinco kilómetros y medio del desvío y a casi once de la cumbre que intentaríamos. Habíamos demorado cuatro horas en llegar.
Armamos una carpa estructural grande que nos daba cabida a todos, ya que pasaríamos dos noches en el lugar y queríamos estar lo más cómodos que fuera posible. En un campamento base, a casi 4.900 metros de altura, solos ante todo y muy lejos de cualquier pueblo o posibilidad de ayuda, es importante mantener una buena comunicación y ánimo. Comimos muy bien, nos hidratamos suficientemente y no pudimos dejar de admirar esa noche un resplandeciente y lechoso cielo colmado de miles de estrellas. Se ven muchísimo mejor que en cualquier ciudad o lugar a nivel del mar. No dejó de preocuparnos la gran cantidad de rayos que se veían muy distantes en alturas inferiores a la nuestra, y casi en todo nuestro alrededor. Esa noche escuchando radio nos enteramos de lluvias muy fuertes en muchas ciudades del país.
Nunca dejaré de resaltar la importancia del adecuado control de los líquidos de las camionetas. A pesar de ser verano, sobre los casi 5.000 metros las temperaturas pueden llegar, especialmente en la hora previa al amanecer, fácilmente a los 20° bajo cero. En nuestra carpa la primera noche llegó a los 12° bajo cero según registraba el termómetro exterior añadido al cierre relámpago de la carpa. Por lo tanto el agua debe estar con el suficiente anticongelante al igual que el gas-oil, el que precipita la parafina e impide el arranque. Desconectar la batería, protegerla con alguna manta especial y resguardar del viento frío al radiador, tapándolo cuanto más se pueda, ayuda más de lo que pudiera suponerse. Cuidado con los arranques prolongados que restan vida a la carga eléctrica y si es necesario esperar a las horas de mayor calor para arrancar el vehículo. Lógicamente, ir en un solo vehículo es exponerse a no regresar. Llevar un juego de cables para conectar baterías.
El domingo 6 teníamos pensado realizar un porteo con los vehículos hasta los 5.500 metros de altura, donde estableceríamos el campamento 1 y regresar al Campamento Base para poder partir el día lunes “ligeros de equipaje”. Las lenguas de penitentes que existían más adelante nos impidieron hacerlo. Ascendimos cerros cercanos para aclimatar mejor y decidimos partir el lunes 7 hacia el Campamento Uno, continuando el plan original, pero con todo el peso a nuestras espaldas. Disfrutamos esa noche de una pequeña nevada.
Hacia el campamento unoPartimos a las 8 y media, con el equipo, carpas y la comida. El sol había empezado media hora antes a dispersar sus rayos sobre un fino manto que había dejado la nieve. Caminamos pesadamente por dos kilómetros y ascendiendo poco más de 100 metros en dirección a nuestra montaña. Un pequeño alto. Cinco kilómetros adelante y habiendo ascendido casi 350 metros mas, apareció un ancho glaciar de altos penitentes de debíamos franquear, no sin cierto grado de dificultad por sus filos y dureza. Nos tomó un tiempo y debimos al final del mismo descansar un buen rato. Seguimos ascendiendo por más de un kilómetro y medio y llegamos a los 5.427 metros y al lugar donde fijaríamos nuestro campamento uno de altura. Buscamos el resguardo de unas grandes piedras que nos protegieran del viento y armamos las carpas. Al día siguiente intentaríamos coronar la cumbre. Fueron unas siete horas de marcha y ascenso. El tiempo parecía mejorar. Nos hallábamos en S 27°49´854 y O 6°54´392, a poco más de 700 metros de desnivel y casi 3 kilómetros de distancia del punto que habíamos presupuestado como el de cumbre.
Hacia nuestra montaña...Las distancias y alturas que manejamos nos posibilitaban intentar la cumbre con un solo campamento de altura y también partir una vez que el sol hubiera aparecido. Eso nos evitaba pasar fríos innecesarios. Salimos el martes 8 nuevamente a las ocho y media de la mañana dejando armadas y bien cerradas las carpas. Llevamos un litro de agua y comida liviana de marcha que incluía algunos caramelos. Luego de cruzar tres glaciares de penitentes, esta vez más pequeños, encaramos el ascenso longitudinalmente por dos largos y pronunciados acarreos, ubicados en la faz norte de la montaña. Por lo trabajoso que resultaba el esfuerzo Hans bautizó la ruta como “de los gladiadores”. El último acarreo nos proyectó a los 5.890 metros. Luego apareció el suave glaciar que descendía del collado que separaba la cumbre norte de su antecumbre, tapizado de una regular superficie que nos permitió colocarnos sin dificultad cincuenta metros más arriba. Habíamos llegado al punto más alto del collado. Encaramos rápidamente a la cumbre norte sobre piedras de buen tamaño que facilitaban el ascenso, a pesar de la inclinación. El esfuerzo se acrecentaba por la altura. Fueron casi doscientos metros de arduo trabajo, pero al final coronamos cuatro personas la cumbre más alta del Gemelos. Eran las 14,30 horas, había sido un esfuerzo de 6 horas desde la partida, pero podíamos ya contemplar toda la belleza de esa parte de la montaña Argentina.
La que Hans denominó ruta Gladiadores había comenzado en el Campamento Uno de altura avanzando de norte a sur sobre la pared norte de esta montaña y sobre la zona de acarreos, luego ascendiendo sobre la pared noreste formada por el glaciar y el cono final.
Ante nuestros ojos sobresalía la pared sur del Pissis que exhibía sus cumbres, su glaciar y en medio de éste el cono de la cumbre Cardenal Samore. Hacia el sur la cumbre unos 50 metros más baja del Gemelos Sur. Más lejos el Reclus y más allá el Veladero. Hacia el este el Bonete Grande y los bordes del cráter de la Caldera del Inca Pillo. Al sud-este toda la mole del Bonete Chico.
Lejos hacia el norte, superando el perfil y entorno del Pissis, el Tres Cruces, el Tres Quebradas, la punta del Walter Penck, los picos que forman el cráter del Nacimiento y la inconfundible silueta del Inca Huasi.
Era un maravilloso espectáculo que disfrutamos por el buen día que nos había tocado de cumbre. Fotos, recoger el testimonio de la expedición de Alexander, que fue la segunda en hacer cumbre, felicitar a Susana por ser la primera mujer y el orgullo de haber sido la primer expedición argentina en coronar esa montaña.
Jaime, Oscar y Hans en la cumbre. Al fondo pared Sur de Pissis
Pasadas las 15 horas comenzamos el retorno. A cada metro bajado, un poco más de oxígeno llenaba nuestros cansados pulmones. Pronto bajamos el glaciar. Los largos y trabajosos acarreos resultaron ahora fáciles de descender y tras tres horas estábamos arribando al campamento uno. A dormir y al día siguiente el objetivo sería llegar a los vehículos, desarmar el campamento base, arrancar nuestras camionetas e iniciar el largo retorno .
Al pasar por la Laguna Brava vimos que, por las tormentas, había aumentado la cota de agua, y lucía orgullosa ahora un mayor tamaño y profundidad.
Comenzaba nuevamente un regreso, que quiera Dios sea el inicio de otra aventura de montaña.
Jaime Suárez
Febrero 2005
jaime suarez