INTRODUCCION



"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford


Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.

Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com

NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...

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14 octubre, 2008

MERCEDARIO


MERCEDARIO

ascendido el 17 Enero 1993

Mercedario, desde la Pampa del Leoncito




Expedición Internacional realizada al declararse al año 1993 AÑO INTERNACIONAL DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES.




MERCEDARIO

"Cincuenta y nueve años después, y un día antes ..."
por Jaime Suárez


Concluyó con especial éxito la Expedición Internacional organizada por la Unión Panamericana de Asociaciones de Montañismo(U.P.A.M.), la Federación Mendocina de Andinismo y Gendarmería Nacional



Cito estas bellas palabras de Don Antonio BEORCHIA NIGRIS, de su libro “El enigma de los Santuarios Indígenas de alta montaña” , con relación al Mercedario:
...”No existe una montaña igual a otra, del mismo modo que no podremos hallar dos personas idénticas. Hay montañas bellas; las hay imponentes, esbeltas, macizas, romas, toscas, ásperas, salvajes; pero también las hay suaves y blancas como una novia; las encontrareis coloridas y alegres, o grises y mustias; amenas y hospitalarias, o agresivas, hasta asesinas. Es decir, tan variadas en su aspecto y “personalidad” como pueden serlo los hombres entre sí. A nuestro Mercedario podríamos definirlo como “majestuoso”, porque así es de inmenso, macizo, soberbio...”

El Mercedario era llamado Pichiregua por los indios que habitaban las zonas de Calingasta y Ligua por los indios araucanos. Fue bautizado Mercedario por el explorador y geógrafo Pissis. Fue coronado, modernamente, por primera vez, por los polacos Victor Ostrowski, Adam Karpinsky, Esteban Daszynski y Esteban Osiecki, el 18 de enero del año 1934.

Cada año, la Federación Mendocina de Andinismo, al igual que otras federaciones americanas, presenta proyectos de ascensiones y escaladas a la comisión directiva de U.P.A.M.E. En el año 1992, fue aprobada y seleccionada por la Asamblea Ordinaria de este organismo reunida en México, la ascensión a partir del 11 de Enero de 1993 del monte Mercedario, ubicado en San Juan, Argentina, en conmemoración de dedicarse el año 1993 “AÑO INTERNACIONAL DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES” Y a que se reuniría la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (U.I.A.A.) en Octubre de dicho año en Santiago, Chile.

Una vez más contó con la inestimable colaboración y apoyo de Gendarmería Nacional, por medio de su Escuadrón 27 de Punta de Vacas y la Patrulla de Rescate, con quienes ya habíamos ascendido el Tupungato el año anterior, para la organización de esta expedición.
Durante Noviembre y Diciembre de 1992 se fueron inscribiendo para esta ascensión andinistas de la Federación Mexicana de Excursionismo y Montañismo, club de Exploraciones México, Federación Española de Montañismo, club de Montaña San Agustín (Palencia, España), club de Montaña U.E.C. (Barcelona, España), club E.I.G.E.R. (Murcia, España), Federación Andinismo de Chile, club Andino Patrulla Excursionista Aguila Azul (Chile), Universidad de Río Cuarto, Universidad de Buenos Aires, Club Andinista Mendoza, Andes Talleres Sport Club, club Universitario de Andinismo (U.N.C.), club Alpino Italiano y Coop. Inti Natura.

Nos reunimos todos y partió la expedición integrada por 37 andinistas desde Uspallata el 11 de Enero, hacia Barreal en San Juan, por la precordillera y atravesando a bordo de los fiables Unimog, la Pampa del Leoncito, luego internándose hacia el Oeste hasta un poco más allá de Casa Amarilla, al pie de la cordillera. Al día siguiente con parte de la carga en mulas, se ascendió 765 metros hasta hacer campamento en la zona de las veguitas a 2766 m. y al pie del arroyo que baja, filtrado, de la Laguna Blanca.
Muy temprano el día 13 se inició el ascenso de los 925 m. en donde se haría el próximo campamento, ya a 3700 m., lugar desde el cual regresarían las mulas. que habían colaborado con la carga. Siete días más tarde volverían a buscarnos.

El amanecer del día 14 nos encontró a los andinistas subiendo con toda la carga en sus mochilas por la "Cuesta Blanca", un glaciar de fuerte desnivel de más de 300 mts. de altura (hoy desaparecido), llegando más tarde a una hollada protegida por montes circundantes del mismo Mercedario, llamado Pircas de Indios, a 5000 m. de altura y siendo las 17 horas. El día 15 se lo dedicó, para nivelar al grupo, a la aclimatación en dicho lugar. Aquí es donde pueden observarse varias pircas incas derruidas, que a toda costa se deben preservar y no tocar. Se recobraron fuerzas y se aprovechó el agua que corría por debajo de las piedras, para la hidratación del grupo.

El día 16 se retomó el ascenso bien temprano. Unos 100 metros más arriba de Pirca de Indios y sobre la cresta camino a la cumbre apareció otra pirca derruida que parecía un atalaya, puesto que de ella se dominaba todo el entorno a muchos kilómetros de distancia, por lo que apreciábamos la Pampa del Leoncito y el brillo de la cúpula del observatorio astronómico que cerca de ella se encuentra.
Se cruzó luego el inicio del glaciar del Caballito y la hollada del Mercedario, donde se rindió homenaje al Comandante de Gendarmería Marchesi cuyas cenizas descansan en un solitario nicho a más de 5400 metros de altura en un sitio solo pisado por andinistas. Se prosiguió, castigados por un implacable viento blanco, hasta el "Diente" a aprox. 6000 m., donde se instaló el campamento de salida a la cumbre.
Hacia allí se partiría al día siguiente, siendo una noche de poco y molestoso sueño por la altura, el frío-imperante y el nerviosismo de "cumbre". ­
Finalmente llego la mañana del día 17 y a las 8 horas empezaron a partir los primeros escaladores rumbo a la cima del Mercedario. En las zonas de sombra que aún no eran tocadas por los rayos del sol, el frío se hacía sentir en manos y pies a pesar del abrigo especial, después el movimiento y el sol normalizaron la temperatura de los cuerpos.
Cuatro horas después de la salida, previo ascender numerosas falsas cimas, se alcanzaba la cumbre del Mercedario, contemplando desde ella la hermosura de toda la Cordillera Central, con el imponente Aconcagua, al Sur, Donoso, y Ansilta al Norte, la Pampa del Leoncito al Este y la línea del océano Pacífico al Oeste.
Veintidós personas alcanzaron ese día los 6770 metros de altura de la 4° cumbre de Occidente, no recordándose referencia alguna en que un grupo tan numeroso coronara esta cima.


Mercedario, una parte del grupo en la cumbre.

Se conmemoraba un nuevo aniversario, ese mismo día, del Escuadrón 27 de Gendarmería Nacional y su cambio de Comandante, y agradecimos muy especialmente al Comandante Principal Juan Antonio Torá por su apoyo al andinismo americano, esa fue también la primera ascensión oficial correspondiente a la declaración del Año Internacional de la Cordillera de los Andes (UPAME, UIAA).
La expedición no estuvo exenta de inquietudes, a los 6000 m. se declaró un edema cerebral a uno de los integrantes, quien luego de una larga noche de ser asistido por médicos de la expedición, y tras organizarnos por grupos para la evacuación, fue bajado hasta los 3000 m. de altura, al refugio de Fabricaciones Militares, desde donde un helicóptero de Gendarmería lo trasladó hasta Barreal, donde fue dado de alta al día siguiente.
Cito aquí el relato de dicha situación, por parte del apreciado montañista español, José Mijares:, con pequeñas acotaciones “...Sin embargo nuestra alegría se cortó súbitamente cuando vimos que uno de los miembros argentinos de la expedición que se quedó en El Diente, estaba muy enfermo. El médico diagnosticó edema cerebral, había perdido la conciencia y ya no podía salir de la tienda ni para orinar. Su aspecto, lamentable, alarmó a todo el campamento; si no se descendía de inmediato, esa noche podría ser la última. Quedaban apenas dos horas para el anochecer y bajar un peso muerto de 80 kilos no es tarea fácil para gente agotada. Nos organizamos por grupos, el jefe de la expedición, junto a tres compañeros y yo bajaríamos hasta el campo base a 3.800 m., lugar desde el cual podríamos avisar por radio al helicóptero militar. Otro grupo descendería a Pirca de Indios para esperar el relevo al día siguiente y seguir descendiendo al enfermo, si era capaz de superar aquella terrible noche. El resto, apenas cuatro hombres y el médico, atenderían al enferme todo una larguísima noche, que , según nos relataron más tarde fue lo más difícil de sus vidas. Entretanto nuestro médico Gustavo Irusta, experimentado andinista, le administraba corticoides. Al amanecer el enfermo estaba un poco mejor. Llevaban 48 horas a 6.000 m., sin dormir y con todo el esfuerzo acumulado por toda la actividad, y a pesar de todo descendieron sobre sus hombros al enfermo. Mariano Muñoz los estaba esperando en Pirca de Indios junto con otros compañeros para hacer el relevo y tenía preparada la comida y las tiendas donde descansaría el grupo. Sin perder un minuto, cargaron sobre hombros nuevos al enfermo, hasta los 4.000 m. En dicho lugar los esperaba con una mula lista...”
El helicóptero de Gendarmería, a pesar que había llegado, no quiso operar, por una serie de “justificaciones” hacia Pirca de Indios. Subimos inmediatamente al enfermo en la mula que teníamos preparada y poco a poco y paso a paso, en un suave descenso por la ventaja la diferencia de altura, que ayudaba, fue recobrándose.
Llegamos al refugio de fabricaciones militares, donde nos albergó un grupo de sanjuaninos que lo ocupaba y luego de acomodarlo en mi bolsa de dormir, paso una mejor noche. A la mañana siguiente, y sumamente facilitadas las cosas, llegó a este sitio el helicóptero y desde allí lo llevó al hospital de Barreal. Hay filmación de esta última etapa por mi parte.
Un día después llegaron al campo base Gustavo y su grupo completamente exhaustos y ávidos de noticias. Fue un excelente trabajo de equipo para salvar la vida de un hombre, que hubiera muerto sin esa coordinación.
Sigue contando José Mijares: “ El camión de Gendarmería nos recogió de nuevo junto a Barreal, donde esperábamos al enfermo recuperado. En la ciudad la expedición ya era noticia, y nosotros, almorzando en el bar del pueblo, esperábamos al enfermo, que apareció como un fantasma, dirigiéndose tambaleante para abrazar al médico. Sin poder contenernos por la emoción, empezamos a aplaudir y a proferir vivas. Venía del más allá...”

Cincuenta y nueve años y un día antes que la primera expedición, de los polacos, habíamos llegado a la cumbre de esta preciosa y enigmática montaña. Fue una excelente e importante experiencia para los andinistas de diferentes latitudes y países, que día a día colaboran para acrecentar el interés por esta actividad.




Jaime Suárez
1993





Cerro Mercedario, hacia Pirca de Indios




Cumbre Mercedario, con Mariano Muñoz