INTRODUCCION
"Tanto si piensa que puede, como si piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto" Henry Ford
Montañista amigo, con el conocimiento, lo difícil o desconocido se vuelve fácil y accesible. ¡Que poca información teníamos en la decada del 90 y años posteriores, de muchas de las más altas montañas de Argentina y Chile! Algunas veces ascendimos una cumbre que no era la principal y otras tuvimos que dejar la expedición como mera exploración al recién poder determinar, ya al fin de la misma, por donde se debería haber accedido o ascendido! Y VOLVER. Durante años fui informando, con relatos y películas, de los resultados de las expediciones que realizabamos y las he condensado en este blog. Espero te sirvan mis relatos.
Jaime Suárez
jaimesuarezgonzalez@gmail.com
NO QUIERO MINERAS, O SUS CAMPAÑAS DE INTELIGENCIA, ANUNCIANDO EN MI PÁGINA...
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12 octubre, 2008
EL CANDADO - NEVADOS DEL ACONQUIJA
Huaca Cuntur, ascendido el 20 de Junio de 2006
Jaime Suárez
EXPEDICIÓN AL NEVADO DEL CANDADO EN LOS NEVADOS DEL ACONQUIJA
informe y relato de ascensión
Ficha de ascenso:
NEVADO DEL CANDADO - 5.453 m por GPS
Expedición realizada desde el 14 al 22 de Julio de 2006.
Fecha de cumbre: 20 de Julio de 2006.
Integrantes de la expedición:
David H. Lucero, Ricardo Córdoba, Marisa Arias, Sergio Ariel Mercado, Carlos Rodríguez Lastra, Jaime Suárez.
Cumbre alcanzada:HUACA CUNTUR HAY QUE VOLVER!!!
Dentro de los Nevados de Aconquija, la cumbre Nevado del Candado.
Posición y Altitud:
La posición de esta cumbre es: S 27°20.368 y O 66°10.775
Altura estimada en cumbre por GPS 5.453 m
Ruta y Permisos:
Vertiente Oriental, partiendo desde El Charquiadero, sobre la RP-48 en Catamarca.
Se deben atravesar hasta las estribaciones de los cerros anteriores a este nevado, propiedades privadas con tranqueras, por lo que se debe solicitar autorización que se puede conseguir a través de la Asociación de Montaña Calchaquí, en la capital de la Provincia de Catamarca.
Época más adecuada de ascenso:
Los inviernos suelen ser secos y los veranos lluviosos pareciendo mejor época entre Mayo y Julio, pero considerar la posibilidad de nevadas.
Dificultad:
De alta montaña. No difícil, aunque es imprescindible una buena aclimatación y también experiencia previa en altura y en marcha a gran altitud. Hay que llevar grampones, aunque no se usen, ya que se suelen presentar glaciares en los últimos 300 metros anteriores a la cumbre.
Equipo:
Tienda de altura. Hornillo y combustible o gas suficiente. Abrigo de Alta Montaña. Parka y bolsa de dormir de altura. Guantes y mitones, zapatos dobles, grampones, bastones, gorro, gafas U.V., GPS. Llevar abundante agua.
Trayecto y desnivel:
Dura caminata y luego ascenso, en que se deben superar unos 25 km. de marcha y salvar un desnivel de casi 3.000 metros.
Acceso:
Ya en la provincia de Catamarca, se accede hasta las cercanías de Andalgalá, donde se empalma por la RP-48 hasta Aconquija y El Charquiadero. Esta ruta llega hasta Concepción en Tucumán.
Sugerencias:
Es un largo trayecto el que hay que realizar caminando, y parece más largo aún en el retorno, por lo que se sugiere –para el transporte de la carga- alquilar caballos en Charquiadero, y si es posible ser esperados, por los arrieros, al regreso. Ellos conocen muy bien los lugares donde hay agua.
Aconquija. Hacia el campamento I
Nevados del Aconquija
Nevados de Aconquija es un sistema montañoso que se extiende, con leve sentido Noreste a Sudoeste, por casi 100 km desde Tucumán a Catamarca. En unos 60 kilómetros, forma frontera entre ambas provincias. Es un sistema alejado de la Cordillera de Los Andes y cargado de historias y leyendas precolombinas. Tiene un clima casi propio que la diferencia, al igual que el Famatina, de otros cordones y sistemas montañosos.
¡Cuanta historia y cuanto misterio despierta esta palabra! Según cita Córdova Navarro el nombre Aconquija (antiguamente Anconquija) significa “La luna cerca de la nieve” porque este inmenso cordón montañoso y en especial en el valle catamarqueño donde se encuentran las cumbres más importantes, es donde la luna se observa más cerca de ellas.
Este cordón de montañas tiene riscos inaccesibles, misteriosos senderos, y quebradas profundas que nacen a los 4.500 metros y sirven de cauce, inicialmente para suaves deshielos, y luego para fuertes corrientes de agua provenientes de tormentas. Posee varios picos importantes entre los 5.400 y 5.550 metros. Esto permite que la humedad de los vientos del atlántico y las consecuentes precipitaciones queden en su sector oriental, que presenta bosque y selva subtropical y mucha vegetación que se va achaparrando con la altitud. Por el contrario, la ladera occidental es totalmente árida y rocosa y presenta vegetación de arbustos espinosos y cardones.
Tiene un clima subtropical de inviernos crudos con nevadas y sequías; y veranos de abundantes precipitaciones y mucha calidez; lo cual puede perjudicar la expedición del andinista que no conozca la región y no se informe debidamente.
La expedición
El día 14 de Julio, luego de llegar a Andalgalá, empalmar la ruta provincial 48, superar la peligrosa cuesta de las Chilcas y acceder a El Alamito, nos reunimos a las 19 horas, en el Hostal Aconquija, montañistas de Catamarca, Buenos Aires y Mendoza. Habíamos sido invitados por la Agrupación de Montaña Calchaquí para una expedición a los Nevados del Aconquija, especialmente a la cumbre Nevado del Candado, segunda montaña en altura de ese sistema después del Cerro el Bolsón. Lideraría la expedición formada finalmente por seis personas, el presidente de la agrupación, David H. Lucero.
Esta invitación fue bienvenida ya que es un sistema montañoso del que se tiene muy poca información. Mi amigo alemán Eisenböck me había pedido información en el año 2000 y fue muy poco lo que pude brindarle. Finalmente en Febrero del 2001 hizo esta cumbre, no sin antes quejarse del excesivo conocimiento que sobre el Aconcagua había y el poco existente sobre otras montañas argentinas. Era el momento de poder informarme personalmente.
A primerísima hora del día siguiente, ya preparada la carga que transportaríamos en la mochila y armados los bolsos que serían despachados en caballos, nos dirigimos en vehículos hasta el corral desde donde partiríamos caminando. Se terminaron de definir detalles con Don Roque, encargado de los animales y el transporte de las cargas y comenzó nuestra expedición dando el primer paso hacia la aventura a las 11,30 horas, al ingresar desde la ruta, a los l.508 m, en el punto S27°26,740-O 66°00,120.
Poco a poco atravesamos el fino y ascendente cordón de casas que corre paralelo a la ruta, hasta llegar (tras más de dos kilómetros y medio de caminata) a la primer tranquera, a los 1.800 m de altura, en la posición S27°26,378-O 66°01,680. Aquí nos reunimos con la caballada con la cual seguiríamos la marcha teniéndola siempre a la vista. Previo paso por una segunda tranquera, y tras de haber atravesado unos 4 km de fértil zona de pastoreo, crianza de ganado y plantaciones, denominada Las Mesadas, comenzaron a aparecer los primeros perfiles y crestas en una ascendente geografía. Los fuimos sorteando primeramente dentro de una maraña de arboledas que se iban raleando a medida de nuestro ascenso para luego achaparrarse dentro de pastizales de altura y fusionarse con vegetación xerófila y pastos duros por arriba de los 2.500 m de altitud.
Ascendiendo en el Aconquija
Campamento 1
Casi a las 20 horas estábamos armando nuestro primer campamento, luego de un pequeño descenso desde la senda para hacerlo al lado de un cauce con un hilo de agua, en Cañada Paica, a los 2.746 metros, S27°25,481-O 66°05,568. Hidratamos, rellenamos nuestras botellas con agua, cenamos y a descansar. Habíamos caminado durante la primer jornada 10, 5 km.
Hacia campamento 2
A la mañana siguiente, Domingo, luego de desarmar las carpas, iniciamos la marcha pasadas las 9 horas. Acompañarían nuestra marcha hasta el campamento 2, los arrieros con sus caballos cargados. La idea era llegar cerca de la cumbre del Obero, importante montaña que se interpone en nuestro ascenso hacia el Candado y alcanza los 4.312 metros de altitud. Nuevos y largos ascensos sobre crestas con vegetación que descendía en tamaño, un frugal almuerzo y casi 5 horas después llegamos (según los arrieros) a “Ciénago”, a los 3.840 metros. La posición S27°23,510-O 66°07,194. Habíamos caminado sólo 5 kilómetros y superado un desnivel de casi 1.100 metros. Armamos el 2° campamento, tratando de protegernos del viento, en una ladera y a escasos 100 metros más arriba de una surgente de agua que desaparecía metros más abajo de su afloramiento.
jaime suarez
Campamento 2 rumbo a El Candado
Don Roque y su ayudante se despidieron de nosotros y regresaron con sus animales. De conocer mejor nuestro objetivo, situación que se experimenta al concretarlo o tener un buen relato de expedición, debiéramos haber continuado un día más con la caballada y haber hecho que nos esperaran hasta nuestro regreso de la cumbre, en el siguiente campamento. Pagaríamos el error al regresar, con un día más de demora y el cansancio de transportar en nuestras mochilas todo el peso del equipo, durante todo el largo camino.
La jornada del día siguiente, lunes 17, sería de descanso en este campamento para lograr la mejor aclimatación posible. Aprovecharíamos para hacer una selección del material y de la comida a subir, dejando el resto en bolsas junto a la basura, para recoger al regreso.
A las 8, 15 de la mañana apareció el sol en el horizonte. Al este daba la puerta de nuestra carpa y nos permitió apreciarlo con plenitud y sentir de inmediato el calor de sus rayos. Por la noche, antes de dormir, en esa misma dirección, habíamos visto en la distancia(a más de 55 km), a Concepción, Aguilares y otras ciudades tucumanas, como grandes alfombrados círculos lumínicos.
Luego de desayunar sin abandonar la bolsa de pluma, nos levantamos y caminamos por las cercanías. Fotos, charlas, comida y rápidamente se pasó el día de descanso. Siempre sostengo que hay que descansar mucho, para poder cansarse mucho el día siguiente.
Hacia campamento 3La temperatura durante la hora previa al amanecer superó los 5 grados bajo cero. Apenas salió el sol desayunamos y comenzamos a armar nuestras mochilas y desarmar el campamento. A las 9,20 horas iniciamos la marcha del día, dirigiéndonos resueltamente hacia el Obero que teníamos frente a nuestro objetivo. Estaba la posibilidad de rodearlo por su izquierda, en un flanco sumamente rocoso e inclinado, o demorando dos horas más encarándolo por la derecha. Preferimos la vía rápida de la izquierda, que encaramos con sumo cuidado ( a la vuelta volveríamos por su cumbre evitando rodearlo). Luego de haber superado el peligro, nos encontrábamos en el portezuelo posterior del Obero, en la posición S27°22,374-O 66°08,058, a los 4.268 metros de altura y era el sitio para una buena comida y reponer energías. Media hora de descanso, y ya con la vista del Candado en nuestras retinas retomamos la marcha hacia el próximo campamento. Tratando de evitar perder altura, fuimos bordeando totalmente laderas que formaban anfiteatros. Por fin llegamos a la base inferior derecha de la cresta que conduce a la cumbre del Candado, donde aparecieron unas preciosas surgentes de cristalina agua rodeadas de vegas y una gran piedra, que indicaban era un punto ideal para hacer el campamento 3 de altura. La posición S27°21,618 -O 66°09,213, a los 4.275 metros. Este era el sitio al cual deberían haber arribado los caballos con la carga pesada y quedar ahí con pasto y agua esperándonos.
Habíamos caminado, con toda la carga a cuestas, durante 6 largas horas, una distancia de 5 kilómetros –considerados en línea recta- en un desnivel de casi 450 metros. El tener a la vista totalmente la cumbre del Candado, más abundante agua y buen piso para colocar las carpas de altura, nos ponía bastante contentos. Montamos las tiendas apuntando las puertas hacia el Este y así nos sentimos acompañados al contemplar a lo lejos las luces de las ciudades tucumanas que resaltaban en la oscuridad de la fría noche. Nos hidratamos con un té y poco después una rápida cena y nos dormimos escuchando radio dentro de la bolsa de plumas. A pesar de ser pleno invierno no sentimos mayor frío.
Hacia el campamento de altura AMCEl miércoles 19, con todo a cuestas y con una carga extra de agua ya que más arriba sólo habría nieve para derretir, iniciamos a las 9,30 horas el ascenso hacia el último campamento de altura. En unos veinte minutos accedimos al perfil del filo que nos llevaría al objetivo del día, en los 4.900 m y desde él intentaríamos la cumbre.
A las 14,30 horas, tras 5 horas de esfuerzo en que superamos 650 metros de desnivel y 2,2 km de distancia, llegamos a un pequeño collado a los 4.929 m.
Desde él podíamos contemplar Andalgalá, la ruta que pasa por Pomán y Saujil, también el Manchado y el Peinado que nos indicaba que a su izquierda estaba San Fernando del Valle de Catamarca, y hacia el Noreste, el faldeo de las montañas que finalizaba en las ciudades de Tucumán. Hacia el sur, el Nevado de Famatina, que orgullosamente mostraba su perfil, que se contemplaba a pesar de los casi 250 km. de distancia que nos separaban. Buscamos con la vista alrededor y unos 20 metros más abajo, muy bien protegido entre las rocas, estaban las marcas dejadas por carpas del campamento de ataque Agrupación de Montaña Calchaquí. Era el sitio. S27°21,051 y O66°10,345 a los 4.908 m. Cerca de él, manchones de nieve, con las que podríamos obtener agua al derretirla con nuestros hornillos. Lo tuvimos que hacer luego de armar las carpas y tomar un té ya que habíamos consumido casi toda la que traíamos durante el pesado ascenso.
Ese proceso nos mantuvo ocupados hasta la hora de la cena. Preparamos dos litros por persona, que utilizaríamos para desayunar y durante el ataque final a la cumbre. Por suerte transportaríamos solo equipo ya que las carpas quedarían armadas esperando nuestro regreso, previo colocar en su interior, dos piedras grandes y chatas sobre los neoprenes, para evitar fueran voladas por algún inoportuno viento.
A la cumbreDespertamos muy temprano. Era el día clave. A las siete y aún enfundados en las bolsas habíamos tomado el desayuno. Nos pusimos lentamente el equipo de altura y ubicamos la parka dentro de la mochila junto con los grampones, agua y un poco de comida de marcha para recuperar energías.
A las 9, 20 horas, aprovechando los rayos solares que mitigaban el frío, comenzó el ascenso final. Nos separaba poco más de 1,5 km. y un desnivel de casi 550 metros hasta la cumbre. El desnivel era abrupto pero eso nos estimulaba ya que todo el grupo se movía con entusiasmo.
Con firme paso y bastoneo ascendíamos metro a metro, mientras parecía agrandarse el sector de cumbre. A mitad de ascenso y recostado longitudinalmente sobre la cresta que transitábamos, había un largo glaciar marcado con enigmáticas huellas por el viento. Debimos transitarlo en su perfil para evitar colocar los grampones. En los descansos podíamos contemplar hacia el Oeste majestuosos perfiles de cumbres, que a pesar de estar a una distancia superior a los 200 kilómetros mantenían su personalidad. Así de Norte a Sur vimos el San Francisco, el Inca Huasi, el Ojos, el Tres Cruces, el Pissis y hasta el Bonete, ya en la Rioja. Finalmente la pirámide de cumbre pareció invitarnos a ascenderla. Estaba acompañada a su izquierda por dos inmensas moles, cubiertas con glaciar, que en un primer momento nos parecieron más altas. Por fin, tras 4 horas de trabajoso ascenso llegamos a la apacheta que indica la cumbre del Candado (¡error!).
En la cumbre, pero del Huaca Cuntur!!!
Surgieron los acostumbrados abrazos y salutaciones de cumbre de todo el grupo y la alegría de haber coronado nuestra montaña. Luego la búsqueda del libro de cumbre, dentro de un plástico, el registro de nuestros nombres y la obtención de fotos y el emborrachamiento de contemplar el resto de las bellas cúspides del Aconquija, que parecían invitarnos a que las visitáramos en el futuro. Desde la cima bebimos todo el entorno de paisajes.
jaime suarez
comprobantes de cumbre
Apareció entre los comprobantes un tubo plástico y un envase de vidrio, seriamente dañados por un rayo que había impactado sobre ellos, atraído seguramente por un pedazo de bastón metálico que se hallaba en el costado de la apacheta.
Milagrosamente una imagen pequeña de la Virgen del Valle florecía intacta entre los restos carbonizados de los envases.
A las 13,30 comenzamos el retorno azuzados por un frío y continuo viento que parecía mortificarnos por haber invadido la montaña. Nos acompañó hasta que dos horas más tarde nos metimos a descansar en las carpas del campamento AMC. Un café bien caliente, las conversaciones entre carpas de lo hecho durante el día y a dormir. Al día siguiente comenzaría el retorno, que es otra historia digna de ser contada, pero en un fogón de campamento.
Regresando del Aconquija
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Cerros de Catamarca