Huayna Potosí - Bolivia
HUAYNA POTOSI
6.088 m
ascendido en Junio 1996
por Jaime Suárez
Corría mayo de 1996 y nos encontrábamos en Bolivia miembros del Club Andinista Mendoza, junto con varios amigos de federaciones americanas y de la española de montaña.
por Jaime Suárez
Corría mayo de 1996 y nos encontrábamos en Bolivia miembros del Club Andinista Mendoza, junto con varios amigos de federaciones americanas y de la española de montaña.
La Paz - Bolivia. Foto Luis Mut
Realizamos, aunque ya la altura de La Paz -3.650 m- lo había logrado, una aclimatación ascendiendo los cerros Chacaltaya -5.300 m- donde se encuentra una bella y altísima pista de esquí, con cada vez menos glaciar- y La Paloma (5.390 m).
Al día siguiente partiríamos bien temprano, en un vetusto micro, para acometer el ascenso al Huayna Potosí (en aymará significa joven cerro) en una expedición que nos demandaría dos días. Había escuchado otra definición que significaría joven tronador, tal vez en quechua.
Arribamos al refugio existente en la base del Huayna Potosí, junto a un precioso lago de deshielo, donde nos recibió el amigo boliviano y gran montañista, Hugo Berríos.
Pronto, luego de las consabidas indicaciones, partimos en una cansina fila india, cresteando un sendero a la vera de glaciares, y luego sobre ellos, hacia el que sería nuestro primer campamento en el Campo Argentino, a los 5.200 metros de altura.
Allí armamos nuestras tiendas. Y preparamos comida y bebidas para recuperar fuerzas. Luego de un apacible descanso, partimos a la madrugada del día siguiente, con las linternas frontales encendidas, para acometer la cumbre. Poco a poco fuimos tomando altura. Superamos dos pasos un poco delicados y tras un largo transito que rodeó algunas profundas oquedades en el hielo, alguna de las cuales mostraba superpuestas capas y estratos de hielo de muchos pasados años, tras cinco horas, y siempre sobre nieve, usando cuerdas y grampones en muchas oportunidades, llegamos a la cima.
Hubo algunas caras insatisfechas al ver que había un “poco” más de hielo hacia un sector más alto. Una larga y afilada cornisa proyectaba la cumbre hacia un sector de absoluto vacío. No dudamos en encararla. Bajo el musical sonido del clavado de nuestras piquetas, y los gritos dando seguridad con la soga, llegamos hasta el punto en que ya no se podía continuar al bajar la fina cresta de hielo hacia el lado opuesto.
La vista de montañas en los 360° y con nevadas y lejanas cordilleras, era total. El paso de un avión a hélice en el valle, por los 5.000 metros de altura y del que contemplábamos su techo, no dejó de darnos idea de la magnitud de altura a la cual nos encontrábamos.
Estábamos en la cumbre del Huayna Potosí, a sus 6.088 metros, pero los abrazos serían al regresar al sector anterior, un poco más seguro en cuanto a espacio. Así lo hicimos con Jordi, Joan, Tato, Daniel y varios camaradas más.
Cumbre del Huayna Potosí 6.o88 m - 1996
Ahora el regreso, con tanto cuidado como el ascenso.
¡Cómo me gustaría saber hoy, 12 años después, el estado de toda esa masa de hielo y nieve cumbrera! ¡Se nos está derritiendo nuestro bello planeta!
Lamenté haber sacado pocas fotos, pero si realicé una filmación de todo el ascenso. Quedan más comentarios en ella.